El temporal vuelve a romper la barra del Trabucador

La lluvia causa inundaciones en unas cuantas poblaciones del sur de las Terres de l'Ebre y se ha hecho notar especialmente en el Delta

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Imagen de las inundaciones en l'Ampolla

BarcelonaEl viento de la noche casi no lo ha dejado dormir. Y cuando esta mañana Cristian Jensen ha ido hasta el Trabucador se ha encontrado con una situación dantesca. “El viento se me llevaba. Ni siquiera he podido salir del coche. Entre el Poble Nou del Delta y el mar ha aparecido una manguera marina, que se movía por encima de los arrozales. Y, peor todavía, el istmo volvía a estar completamente inundado”, explicaba este biólogo y asesor de Infosa, la empresa que gestiona las Salines de la Trinitat. El acceso vía terrestre a las instalaciones industriales situadas en la península de la Banya ha quedado cortado. Los trabajadores que hacían el turno por la noche han tenido que volver a casa en barca.

En pocas horas se han registrado 175 l/m². Y ha sido como llover sobre mojado, porque el temporal que durante la noche —y hasta muy entrado el mediodía— ha afectado a las comarcas del Montsià y el Baix Ebre, se ha hecho notar especialmente en este lugar de la costa, uno de los más frágiles del delta del Ebre. “Desde el Gloria y el Filomena la barra del Trabucador se rompe cada pocos meses. De nada ha servido el millón y pico de euros que la empresa ha invertido en los últimos dos años para remover tierras y restituir el paso”, comentaba Jersen. Una cantidad a la cual caben sumar los más de dos millones que ha gastado el ministerio para la Transición Ecológica. “No hace falta una gran tormenta. El istmo de tierra es tan débil que con un poco de lluvia y unas pocas oleadas es suficiente para que todo quede bajo agua”, añadía el biólogo.

La rotura del Trabucador dificulta la actividad industrial –con pérdidas económicas que se cuentan por millones–, pero sobre todo malogra el ecosistema de una zona de gran interés medioambiental, que forma parte del Parc Natural y ha sido declarada Reserva Natural Parcial. Por ejemplo, la salinización de la bahía de los Alfacs, con la consiguiente proliferación de los patógenos que afectan a especies protegidas de moluscos como los nácares; y la desaparición de hábitats donde invernan más de 100.000 aves acuáticas y se reproducen más de 4.000 parejas de flamencos.

Las próximas horas, cuando haya bajado el oleaje y se puedan hacer las primeras prospecciones a pie, se evaluarán los daños, tanto en la naturaleza como las instalaciones de la empresa. “La cosa que más me preocupa es que todavía estamos en otoño y la situación ya es catastrófica. Se acerca el invierno, que es la época fuerte de temporales, y la situación irá a peor. En el Trabucador hacen falta sedimentos, y mientras no haya será imposible combatir los temporales”, asegura.

En el resto de poblaciones del sur de las Terres de l'Ebre el temporal también se ha hecho sentir y ha dejado entre 100 y 150 l/m² en muchas localidades. En Santa Bàrbara el barranco de Pelós, que cruza el casco urbano por la calle Aire, ha bajado pleno desde la madrugada y ha causado inundaciones en bajos. En Ulldecona, la lluvia ha afectado a la balsa de Montsià, la acequia de Foia y Valldepins, pero sobre todo a la parte de arriba del término, Valentins, Miliana y la llanura de la Galera. En Alcanar y el Poble Nou del Delta se han suspendido las clases. La C-12 a la altura de Tortosa ha estado cortada hasta primera hora de la tarde. Las lluvias han sido constantes e intensas, pero no tan graves como los torrentes que el 1 de septiembre afectaron a Alcanar y a la Ràpita. En aquella ocasión descargaron más de 250 litros de agua por metro cuadrado y causaron fuertes destrozos en el mobiliario urbano, en edificios y en las infraestructuras viarias.

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