El viaje

Viaje a Hong Kong: el ritmo frenético de una ciudad que nunca duerme

Descubrimos esta moderna urbe que no renuncia a sus tradiciones y creencias milenarias y donde la dominación británica ha marcado la historia reciente

Lucas Vallecillos
5 min
Una pareja en la avenida de las estrellas con el skyline de Hong Kong al fondo.

Hong KongLa vida en Hong Kong es rápida e inquieta, con más de siete millones de habitantes, el mismo número de coches y rascacielos que superan los 400 metros de altura. Sin embargo, la tradición también está muy presente, en los templos budistas y en las calles, donde sobre todo a primera hora del día se puede ver a mucha gente practicando artes marciales, solos o en grupo. Es emocionante observar cómo personas de todas las edades practican taichí o kungfu con espadas. Como visitante, puedes emular a los locales ejercitándote por la mañana y después tomando un congee, un desayuno clásico que consiste en una papilla de arroz blanco que se sirven normalmente combinadas con bolas de pescado o incluso panceta. Para los vegetarianos existe la opción de añadirle cebolleta y jengibre.

Una chica orando en el monasterio de Po Lin
Un grupo de personas ejercitándose en Victoria Park
Un país, dos sistemas

Hong Kong es una ciudad que desde 1997 es región administrativa de China, después de ser durante más de un siglo una colonia británica fruto del Tratado de Nanjing, al finalizar la Primera Guerra del Opio, en 1841. Este pequeño puerto chino pasó a depender del Reino Unido y le proporcionó una puerta de entrada al mercado chino. Cien cincuenta y seis años después ha pasado a manos de China, pero en condiciones muy especiales: durante 50 años se mantendrá el sistema capitalista en un país que formalmente todavía es comunista. Está por ver que pasará en el 2047.

Un 'skyline' de ensueño

Esta ciudad es conocida en todo el mundo por su impresionante skyline, configurado por algunos de los rascacielos más altos del planeta. Veinte de ellos superan los 200 metros de altura y concentran las sedes de bancos, empresas aseguradoras y multinacionales que han convertido a la ciudad en uno de los grandes centros financieros de Asia. La bolsa de Hong Kong es la segunda más importante de este continente, detrás de la de Tokio.

El 'skyline' de Hong Honk en un día nublado

Entre todos los rascacielos que llenan la ciudad, el Two International Finance Center, con una torre de 412 metros de altura, destaca por encima de los demás. Es obra del arquitecto argentino César Pelli, tiene 88 pisos de altura y su gracia es que la planta 55 es de libre visita y se puede gozar de una espectacular vista sobre la ciudad. En altura, sólo le supera el International Commerce Centre, un rascacielos de 484 metros. Pero colosos hay muchos más en esta ciudad: otro destacado es el Bank of China Tower, de 367 metros, el cuarto más alto y que también brinda un mirador espectacular en la planta 44, que es de libre acceso al público , que puede contemplar todo el Distrito Central. Pero si lo que desea es una vista de conjunto para disfrutar de toda la magnitud de la ciudad, se puede subir hasta lo más alto: el Victoria Peak. Es el mejor sitio para hacerse una idea de la grandiosidad de Hong Kong.

La represión de las protestas

La ex colonia británica había sido un símbolo de libertad desde su regreso, en 1997, a la soberanía china, pero en los últimos años la fuerte represión contra la disidencia política prodemocrática ha creado un nuevo escenario mucho más opaco y complejo.

Hoy en día muchos de los activistas están en prisión o en el exilio, el Parlamento se ha blindado y ya no hay diputados discordantes con el discurso oficial y se han cerrado los medios de comunicación que eran contrarios al gobierno chino.

Tras las violentas protestas del 2019 –que empezaron por la polémica ley de extradición a China pero que se convirtieron en manifestaciones multitudinarias pidiendo democracia para la ex colonia– la represión se endureció. El Parlamento chino aprobó una ley de seguridad que ahogó la insurrección y en el 2023 el gobierno volvió a realizar una nueva ley de seguridad –que aprobó de forma exprés para evitar protestas en la calle– que amplía la ya controvertida ley del 2020 y permite ahogar cualquier intento de disidencia.

En contraste con la magnificencia y la sensación de modernidad de los rascacielos, una de las cosas que más sorprenden de esta ciudad son los andamios descomunales elaborados con bambú que se utilizan en la construcción de todo tipo de edificios, que se ha ganado el apodo deacero vegetal y que, en contra de lo que muchos pueden pensar, dan seguridad por su dureza y flexibilidad. También es un material mucho más económico y existen plantaciones únicamente planificadas para su uso en la construcción.

Un andamio elaborado con bambú en el centro de la ciudad

La fusión entre Oriente y Occidente en las calles de Hong Kong, fruto de la pasada presencia británica, resulta muy atractiva. Por ejemplo, rascacielos de diseño futurista construidos con los andamios de bambú que hemos mencionado anteriormente o templos budistas a pocos pasos de centros comerciales con trazos visionarios. Un espíritu captado perfectamente por una de las frases más célebres de Bruce Lee, nacido en San Francisco pero muy ligado a Hong Kong, lugar de procedencia de sus padres y en el que se instaló desde muy pequeño. "Be water", decía el actor haciendo alusión a la facilidad que tienen los fluidos para adaptarse a cualquier modificación. Y los hongkongueses parecen poner esa idea en práctica todos los días, ante la constante evolución de una sociedad ultramoderna, con un ritmo de vida asfixiante, pero sin perder de vista a sus ancestros.

La calle comercial Lockhart Road
El templo Man Mo
Queen's Road Central

El templo budista Man Mo es el mayor santuario de Hong Kong. Se desconoce con certeza la fecha exacta de su construcción, aunque se estima que fue alrededor de 1841. Cada día se congregan los creyentes para rezar y seguir sus costumbres milenarias. En el exterior hay un horno en el que queman billetes como ofrenda en honor a Buda, para que les conceda favores. En el interior cuelgan de todo el techo numerosas espirales de incienso con forma piramidal, de las cuales emana un humo que dota al lugar de un olor y una atmósfera especial. Aquí es donde los fieles colocan ofrendas en cuencos y rezan. Todo el conjunto transmite una paz majestuosa. Durante los días más señalados del calendario sagrado budista los fieles llevan cerdo asado como ofrenda. A unos 500 metros se encuentra el mítico restaurante Yung Kee, que desde 1942 brinda la mejor cocina clásica cantonesa de la ciudad y conecta los sabores del pasado con el presente.

La meca de los compradores

Uno de los grandes atractivos que ofrece esta ciudad son sus tradicionales mercados callejeros. Hong Kong es la meca de los compradores. Ir al mercado nocturno de la calle Temple es una de las experiencias más auténticas. Regatear es normal y es sencillo conseguir una rebaja de entre un 20% y un 40% del precio inicial de un producto. Es uno de los mejores lugares de la ciudad para degustar la cocina tradicional local: marisco, arroces, fideos, tortillas de ostras y sopas variadas son algunas de las delicias que ofrecen las paradas. El mercado Ladies, en Kowloon, es otro de los más populares entre los viajeros. En ambos mercados se pueden encontrar las mejores copias de relojes y bolsas de marcas exclusivas, junto a todo tipo de souvenirs.

El mercado de Kowloon al anochecer

Una de las calles comerciales más concurridas de Hong Kong es Nathan Road, que se ha convertido en todo un atractivo turístico. Va de norte a sur desde la zona de Tsim Sha Tsui hasta la de Mong Kok. Es la cara más bulliciosa de esta urbe donde se concentran un gran número de turistas. De hecho, es el sitio con más hoteles y hostales a buen precio de toda la ciudad. Nathan Road y sus calles adyacentes son de paseo obligado. Se encuentran todo tipo de tiendas, preferentemente las dedicadas a la electrónica y al audiovisual. Esta área está llena de muy buenos restaurantes, como el The Point Tsuen Wan o el Ru Chinese Restaurant, donde disfrutar de excelentes recetas de la cocina hongkonguesa, complementada con sabores cantoneses y, en algunos lugares, con toques de cocina occidental, vietnamita y coreana. Imprescindibles los dim sum o el ganso asado.

La estatua de Bruce Lee en la Avenue of Stars

Hay muchas formas de despedirse de esta preciosa ciudad, pero pocas tan fascinantes como visitar la Avenue of Stars al atardecer. Es un amplio paseo peatonal que rinde culto a las estrellas cinematográficas locales, donde destaca una escultura que reproduce la figura de Bruce Lee en posición de combate. Este emplazamiento, además de proporcionar una puesta de sol maravillosa sobre la bahía de Kowloon, es la mejor opción para disfrutar del espectáculo de luces diario que tiene lugar al caer la noche: el Symphony of Lights, que ilumina todo 'skyline de Hong Kong con luces de colores que bailan al ritmo de la música en la Avenue of Stars.

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