La meteo

Viernes nublado y Año Nuevo sin nieve

Llegaremos a Nochevieja con unos Pirineos bien secos

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Carme Molist - Garrotxa

BarcelonaHa tenido que aparecer una borrasca con nombre y apellidos para recordar cómo era tener un cielo nublado en toda Cataluña. La borrasca Gerrit, instalada en las islas Británicas, ha arrastrado un frente ocluso a la península Ibérica que ha llegado a Catalunya de forma muy desgastada.

Los últimos frentes que provenían del Atlántico precipitaban en Galicia y en el mar Cantábrico, pero no llegaban ni a los Pirineos, que eran una barrera orográfica que evitaba la entrada de cualquier cambio atmosférico en Catalunya. En este caso, el frente ha sido suficientemente potente para atravesar toda la Península, aunque las lluvias no han llegado a la cuenca mediterránea.

Este viernes las nubes continuarán presentes en nuestro país y esto hará incrementar las temperaturas mínimas, ya que todo el calor latente del suelo no se perderá hacia el espacio.

Las temperaturas más bajas, por eso, se quedarán estancadas en las tierras de Ponent, concretamente en las comarcas del Segrià, Pla d'Urgell, Urgell, y Garrigues, donde se esperan temperaturas inferiores a los 0 °C por la mañana.

En el caso de las máximas, el termómetro no variará mucho y las máximas se volverán a concentrar en la costa mediterránea. El área metropolitana de Barcelona es el lugar donde el termómetro subirá más, llegando a valores de 15 °C a primera hora de la tarde.

De hecho, este viernes por la tarde el Sol empezará a asomarse, sobre todo en las comarcas interiores de Catalunya y en el extremo occidental del país.

El fin de semana no esperamos muchos cambios, las nubes se quedarán en las Terres de l'Ebre, mientras que en el resto del territorio el Sol será más predominante, con un mar muy con calma y olas que como mucho llegarán a los 20 cm. De hecho, tampoco se espera ningún viento en ningún punto aunque las temperaturas bajarán unos 2 °C en su conjunto.

En Nochevieja, se celebrará el día festivo con mucha tranquilidad, y este año el paisaje montañoso quedará bien seco de nieve, con este episodio insólito de muchísima sequedad que se traduce en la inexistencia de nieve.

Mirando a largo plazo, y buscando la luz al final del túnel, los modelos europeos muestran una entrada de inestabilidad que sobre todo afectará a la alta montaña y con un poco de suerte a las cuencas del Ebro y el Segre el 5 de enero, con la entrada de mucho más frío y, si la meteorología lo permite, un regado más generalizado en nuestro país.

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