'EPIC FAILS'

Wave: la plataforma más extraña de Google

Marc Amat
3 min
Wave: la plataforma Más extraña de Google “Si el nuevo invento no satisface una necesidad del mercado, el camino hacia el éxito puede hacerse muy difícil –asegura Frederic Guerrero-Solé, investigador en redes sociales en la UPF–. Google siempre se había definido como una empresa que hacía herramientas sencillas y con Wave parecía lo contrario; hicieron bien en echar la toalla”.

El 28 de mayo de 2009 Google convocó a la prensa para presentar uno de sus nuevos proyectos. Se llamaba Google Wave y parecía prometedor. Se trataba de una nueva herramienta online que combinaba todas las funciones más típicas de internet en una sola plataforma. Sin salir de Wave, el usuario podía enviar correos electrónicos como si estuviera en Gmail; mantener conversaciones individuales o colectivas como si lo hiciera por WhatsApp; publicar textos, fotografías, vídeos y enlaces como si tuviera una cuenta en Facebook, y guardar y editar cualquier tipo de archivo, como si utilizara DropBox o el propio Drive. Los periodistas salieron excitadísimos con lo que acababan de ver.

Al cabo de unas horas el portal especializado Venture Beat ya glorificaba a Google Wave asegurando que “podría redefinir la comunicación online”. En el New York Times, Anthony Ha, uno de los gurús del periodismo tecnológico, también hablaba de ello. “Wave tiene funciones fantásticas y podría convertirse en la herramienta que unifique toda nuestra comunicación y colaboración en la red”, destacaba. Pero, a su vez, Ha también se hacía eco de una pregunta que había salido en la rueda de prensa: “¿Wave significará la muerte de Gmail y Google Docs?”. El vicepresidente de ingeniería de Google, Vic Gundotra, había pasado de puntillas: "Es muy, muy pronto", había dicho.

Ciertamente, los interrogantes que tenía todo el mundo eran enormes. Wave, un proyecto todavía en fase de desarrollo, acababa de presentarse en sociedad y aún quedaba mucho trabajo por hacer antes de llegar al usuario final. "Parecía un buen producto pero, a la hora de la verdad, nadie sabía muy bien qué era", recuerda Frederic Guerrero-Solé, investigador en redes sociales de la UPF.

A pesar de esta falta de concreción, Google continuó trabajando en la estabilidad y escalabilidad del proyecto. El 30 de septiembre, por último, se anunció la apertura de la plataforma. Eso sí, en pequeño comité: tan sólo recibieron acceso 100.000 usuarios que lo habían solicitado previamente, así como desarrolladores. Sin embargo, la prueba no salió como se esperaba.

Sólo medio año después de la apertura de la plataforma, el británico The Guardian sacaba a la luz un artículo breve pero demoledor. “¿Recuerda ese proyecto de Google que todo el mundo quería probar? -preguntaba retóricamente-. Pues hoy ya nadie habla”. Esta afirmación iba acompañada de una gráfica que mostraba cómo el interés de la plataforma se había disipado pocos días después del lanzamiento. Google no había convencido a los 100.000 primeros usuarios.

“Viendo los resultados, Google enseguida abandonó el Wave -apunta Guerrero-Solé-. Hay que recordar que juntar todas las funcionalidades en una sola herramienta no solucionaba ningún problema existente”, apunta. Albert Armisen, experto en innovación digital de la UVic, opina lo mismo: “No aportaba ninguna mejora significativa del correo electrónico tradicional –ejemplifica-. Esto hizo que no enganchara a los usuarios”, concluye. Para Guerrero-Solé, además, "entonces Google Chrome aún no era mayoritario, y las empresas tampoco querían oír hablar de Wave, que suponía un gran cambio".

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La lección

“Si el nuevo invento no satisface una necesidad del mercado, el camino hacia el éxito puede hacerse muy difícil –asegura Frederic Guerrero-Solé, investigador en redes sociales en la UPF–. Google siempre se había definido como una empresa que hacía herramientas sencillas y con Wave parecía lo contrario; hicieron bien en echar la toalla”.

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