Moda

Xancó: el adiós de un negocio casi bicentenario

La icónica camisería cerró en el 2019 su tienda en la Rambla por la acusada caída de ventas y el incremento del precio del alquiler

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Xancó: el adiós de un negocio casi bicentenario

Camisas de magia corta y de manga larga; de colores vivos y de colores discretos; de algodón, de lino, de seda; algunas rayadas, otras llenas de cuadros... También se podían ver complementos: desde corbatas hasta tirantes. Bañadores, calzoncillos, calcetines... Durante décadas, muchos de los peatones que paseaban por la Rambla de Barcelona se detenían ante los escaparates de la Camisería Xancó, junto al Pavimento Miró, el mosaico que luce en medio del Pla de la Boqueria . Fundada en 1820, era una de las tiendas más antiguas que todavía levantaban la persiana todos los días en la Rambla. Resistían una tienda de souvenirs, flanqueada por un hotel, y una casa de cambio de monedas.

A pesar de las constantes riadas de turistas, la camisería había logrado mantenerse estoicamente como un establecimiento de referencia en el barrio. Sin embargo, en diciembre del 2019, días antes de celebrar los dos siglos de vida, cerró sus puertas.

“Es un momento triste, pero también muy gratificante”, resumía Carme Bofarull, una de las almas de la camisería durante las últimas décadas, en la Cadena SER, unos días antes del cierre. Con enormes rótulos de descuentos en los escaparates, en las últimas semanas estuvieron llenas de abrazos y de personas que querían comprar por última vez. Si bien la tienda atraía clientela del barrio y turistas deslumbrados por su mobiliario noucentista y modernista, las ventas llevaban años sin acompañar.

A principios de 2019, Bofarull ya admitía al programa Básicos de Betevé que la situación era complicada. “Durante los últimos diez años, las ventas han caído cerca de un 60%, pero todavía tenemos muchos clientes que confían en nosotros por venir a hacerse, por ejemplo, las camisas a medida”, apuntaba entonces la encargada. La caída sostenida de ventas, junto con la situación personal de los propietarios, hizo que en Navidad del 2019 la tienda se despidiera para siempre.

“Barcelona ha cambiado mucho durante los últimos 30 años, y la tienda local se ha visto superada por las grandes superficies y las cadenas low cost –diagnostica Mia Torner, experta en análisis de empresas de la Universidad Pompeu Fabra–. Hoy en día, la mayoría de las personas no compran una camisa a medida, porque es lento y, sobre todo, más caro”.

Al cambio de tendencia de consumo también se ha sumado la escalada constante del precio de los alquileres, que complica mucho la continuidad de negocios ubicados en lugares tan cotizados como la Rambla. “El precio del alquiler de locales se ha multiplicado por siete u ocho, por lo que es prácticamente imposible que una tienda que no sea una multinacional pueda tener continuidad –asegura Andrei Boar, profesor en la Barcelona School of Management de la UPF–. Si los ingresos descienden y los costes suben, los números no cuadran”, sentencia. Para ambos expertos, el modelo de negocio imperante y la situación de mercado actual no invitan al optimismo. “Si la sociedad cree que hay que mantener estas tiendas, es necesaria ayuda financiera pública o de grandes mecenas”, apunta Torner”. Y concluye: “Con todos los cambios, por lo general no podrán sobrevivir por sí mismas”.

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