10 claves de la ampliación del aeropuerto

Aeropuerto de El Prat visto de la torre de control
24/06/2025
Catedràtic d'Història i Institucions Econòmiques del Departament d'Economia i Empresa de la Universitat Pompeu Fabra. Director d'ESCI-UPF
3 min

La ampliación del aeropuerto de Barcelona anunciada la semana pasada ha ido acompañada de un alud de información y debate que nos ha hecho perder de vista algunos elementos que no pueden olvidarse. Los que yo he detectado son estos:

1. ¿Es necesario disponer de un aeropuerto que pueda acoger vuelos intercontinentales de muy larga distancia? La respuesta es que sí. La promoción de las opciones de futuro de la economía barcelonesa y catalana exige poder acoger vuelos de larga distancia. El grueso de la actividad empresarial se ha desplazado tanto hacia el área del Pacífico y del Índico que no participar de ello es certificar nuestra renuncia a mejoras de prosperidad para el futuro.

2. ¿Es necesario disponer de un hub para la conexión de vuelos? Creo que no, porque no disponemos del espacio para multiplicar pistas y terminales que es indispensable en los hubs, y porque tampoco disponemos de compañías aéreas que apuesten por Barcelona con voluntad de facilitar conexiones entre vuelos. Este jueves se ha confirmado que Iberia, del grupo IAG, no tiene ninguna intención de hacerlo, dado que piensa focalizarse en desarrollar el hub de Barajas, y el mismo grupo destina a Level a profundizar en la especialización low cost de El Prat. Si hubiera alguna compañía que apostara por transformar el aeropuerto de Barcelona en un hub lo suficientemente ambicioso solo podría ser haciendo una isla frente a la costa, como en Osaka.

3. ¿Necesitamos una pista larga? Hay que recordar que tenemos una, que no se puede utilizar porque los vecinos han ganado todos los pleitos contra Aena que han planteado. ¿No podría flexibilizarse su actitud con medidas de protección sónica? Estoy seguro de que sí. De hecho, algo se habrá hecho, si resulta que la pista larga se utiliza para los despegues en algunas horas del día y en momentos puntuales y rutinariamente para los aterrizajes.

4. Si la pista larga no se utilizara, se podría recortar y renaturalizar, para compensar el alargamiento de la pista corta. Dado que ni se habla de ello, se puede deducir que se usa lo suficiente como para no desperdiciarla. Vuelve la duda: ¿es inevitable alargar la actual pista más cercana al mar?

5. Se habla de miles de millones de euros de inversión. Como ya se comentó sobradamente hace cuatro años, la casi totalidad de la inversión no es para la pista, ni siquiera para otra terminal, sino para el desarrollo inmobiliario que se quiere hacer en el aeropuerto de Barcelona.

6. ¿Barcelona y Catalunya se aprovecharán de este despliegue constructivo? No lo parece. Aena tiene la mayoría absoluta del Estado y los excedentes que siempre genera el aeropuerto de Barcelona, junto al de Palma, que es el más excedentario, van a parar a las prioridades de Aena, que son las del Estado. Con los últimos datos disponibles, de hace diez años, esta era la función redistributiva de Aena: chupar recursos de Barcelona y Palma para la mayor gloria del aeropuerto de Madrid y repartirlos para todos los demás, que son deficitarios. Es un incremento del déficit fiscal en acción.

7. El problema sigue siendo el mismo de siempre: la gobernanza del aeropuerto. Todos los pequeños cambios del proyecto no esconden que falta el gran cambio: poner el aeropuerto de Barcelona al servicio del área de Barcelona y Catalunya.

8. Aceptemos que incrementar las líneas de muy largo recorrido es indispensable para la promoción económica y empresarial de Catalunya. Pero ¿dónde va a vivir todo el personal cualificado que se espera que las nuevas inversiones empresariales vayan contratando o todos los empresarios de la nueva economía del conocimiento y sus familias?

9. La mejora radical de Cercanías es imprescindible para acoger y proporcionar vivienda a las nuevas contrataciones. Sigue siendo la mayor debilidad de la economía del área barcelonesa y del bienestar de sus ciudadanos. Además, es la promesa más incumplida por los gobiernos del Estado, incluso por parte de quienes más prometen que lo harán.

10. ¿Y qué pasará con el modelo de turismo masivo que querríamos redimensionar? No podemos engañarnos: la ampliación del aeropuerto lo fomentará. No dudemos en utilizar la poderosa herramienta del incremento de la tasa turística para reducir la demanda turística excesiva que sufrimos y recaudar los recursos para compensar el consumo excesivo de bienes y servicios públicos que hace el turismo masivo.

Para terminar: está bien focalizarse en las conexiones de muy largo recorrido, pero la propuesta es muy similar, con todos los defectos, virtudes y distorsiones, a la del año 2021. Solo cambia una nueva promesa de compensar la afectación de espacios protegidos. Dado que hace más de veinticinco años que se promete y no se cumple, se entiende el escepticismo de muchos.

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