El Banco Sabadell se impone
BarcelonaLa serie de intriga financiera ha terminado. Después de una batalla que ha durado casi año y medio, no habrá tercera temporada. Solo el 25,47% del capital social del Banco Sabadell acudió a la opa hostil del BBVA, según comunicó la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Esto significa que la oferta del banco de origen vasco ha descarrilado después de quedarse lejos del 30%, que era lo mínimo que el banco que preside Carlos Torres necesitaba si quería tener el control del Sabadell. Ésta es la segunda vez que Torres intenta integrar el banco catalán dentro de la estructura del BBVA y no lo consigue. La opa hostil contaba con una rara unanimidad en contra que ha sumado al gobierno catalán, las grandes y pequeñas patronales, sindicatos, pequeños inversores y la opinión pública. De hecho, el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, salva una situación indeseable y para la que había contado con el apoyo del gobierno español, con las condiciones impuestas por el ministro de Economía a la operación.
Si bien tenía una lógica clara de crecimiento, sinergias y menos exposición en México y Turquía para el BBVA, costaba ver los beneficios para la economía y la empresa en Catalunya, donde se perdía oferta bancaria y una pieza clave del sistema financiero. El Sabadell, con el presidente Josep Oliu y el consejero delegado César González-Bueno al frente, había calificado la oferta reiteradamente de insuficiente, y así lo han acabado valorando los accionistas, que no han dado una nueva oportunidad al banco vasco, probablemente por la insuficiencia del precio finalmente ofrecido y por las incógnitas sobre una segunda 50% del accionariado.
El fracaso de la opa hostil deja al presidente del BBVA, Carlos Torres, en una posición incómoda, a pesar de haber afirmado reiteradamente que el banco es "mucho más que la opa" y haber desvinculado su continuidad del éxito de la operación. De hecho, la primera reacción fue poner el foco en la retribución de los accionistas, con el pago de un dividendo récord el 7 de noviembre. Torres ha jugado fuerte y ha perdido.
En estos meses de batalla pública, en algunos momentos al límite de lo tolerable por el regulador, el Banc Sabadell ha devuelto su sede a Catalunya en un gesto claro para afianzar las raíces vallesanas del banco. Que su sede esté en Catalunya y que el Banc Sabadell sobreviva son buenas noticias. Ahora habrá que ver cuál es la estrategia de futuro para hacerlo crecer en volumen y solidez y cuál es la reacción de los mercados a una operación en la que costaba ver el sentido desde el punto de vista de la sociedad y la economía catalanas. El Sabadell es hoy independiente, pero no deja de tener desafíos en un mercado europeo para el que le falta integración bancaria y volumen. Para autónomos y empresarios también es una buena noticia tener una oferta amplia y competitiva. Políticamente, la victoria de la opa se habría interpretado como una debilidad de país.