Salvador Isla en el Parlament
06/09/2024
2 min

El presidente Isla ha protagonizado esta semana su primer debate parlamentario, y lo ha hecho a partir de una premisa inexcusable: la realidad aritmética de un gobierno determina su flexibilidad programática. El PSC obtuvo 42 escaños y necesita socios para aprobar cualquier ley, comienzo por los presupuestos. A mayor necesidad de los socios, mayor flexibilidad, y ahora Isla, al igual que Sánchez en Madrid, debe hacer continuas demostraciones de elasticidad parlamentaria. Por el momento, de rechazar la amnistía y una financiación singular para Catalunya ha pasado a defenderlas.

Pero lo interesante del debate es que, haciendo gala de su fama de corredor de fondo meticuloso, Illa argumentó con calma pero contundencia, no rehuyó los cara a cara con la extrema derecha e incluso, en esta primera aparición , fue al tuétano del hueso identitario cuando se enfrentó a la gran pregunta que todos los presidentes de la Generalitat deben contestar alguna vez, a falta de pasaporte que resuelva el ser o no ser: ¿quién es catalán? Para Illa, "es catalán todo el mundo que venga a mejorar Cataluña".

La afirmación necesita ser afinada. Nadie en el mundo emigra a ningún país para mejorarlo sino para mejorar su situación personal y familiar, y es natural que así sea. Hay que entender, pues, que el presidente quiere decir que todo el mundo que ha llegado aquí, trabaja honestamente, y con su trabajo contribuye al progreso del país, es catalán. Que éste es el tipo de ciudadanos que el país abraza. Como punto de partida es razonable, pero el punto de llegada pide más: que al cabo de los años, ya su vez, esa persona haya abrazado también al país. ¿Y en qué consiste abrazarlo? Que cada uno diga la suya.

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