Las exportaciones, la clave de la economía catalana

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Las exportaciones crecen, pero las importaciones también.

BarcelonaCatalunya ha sido históricamente una economía abierta al exterior, pero en los últimos años ha dado un paso decisivo para volcarse en las exportaciones. Tanto es así que, en un contexto tan difícil como el de la pandemia, este 2021 habrá superado su récord, con un total de 78.000 millones de euros, según las estimaciones de la Generalitat. Esta cifra supone un 6% más que el anterior año récord, que fue el 2019, y un 18% más que el año pasado, el 2020, cuando el coronavirus consiguió parar prácticamente el comercio mundial durante los primeros meses de pandemia.

Se tiene que poner en contexto que el crecimiento medio de este comercio internacional respecto al 2020 se situará alrededor del 10%. Esto quiere decir que las exportaciones catalanas están creciendo a un ritmo de casi el doble de la media mundial, en parte seguramente porque la caída del 2020 fue superior. Sea como fuere, las exportaciones se consolidan como un indicador que, junto con el buen comportamiento del empleo, invita a un cierto optimismo. La economía catalana ha resistido en los últimos años, y casi décadas, todos los malos augurios de los que predecían una catástrofe por la tensión política. Y ahora ha demostrado que ni siquiera la pandemia es capaz de parar una tendencia positiva que ya venía de antes, y es la apertura cada vez más grande de las empresas catalanas hacia el exterior. Este hecho provoca que la economía catalana sea especialmente sensible a todo lo que pasa a nivel internacional, de forma que es la primera en notar tanto las crisis como las recuperaciones.

A falta de los datos definitivos, el sector que habrá tirado de las exportaciones habrá sido el químico, lo cual demuestra la importancia de tener industria con valor añadido en un momento de incertidumbre alrededor del automóvil por el cierre de Nissan. También se espera que las cifras del sector agroalimentario hayan sido especialmente buenas.

Además, este crecimiento de las exportaciones ha ido en paralelo a una disminución de la dependencia del mercado español. A mediados de los 90 el sector exterior catalán destinaba un 60% al mercado español y un 40% a otros mercados. En 2008 la balanza se equilibró y quedó al 50%, pero a partir de entonces las exportaciones al extranjero han ido ganando peso respecto al mercado español. Esta también es una buena noticia, porque, como decía un viejo eslogan de la Generalitat, "Nuestro mundo es el mundo". Y, finalmente, las exportaciones son una prueba de competitividad, uno de los grandes retos de la economía catalana actual, que necesita poder competir en los mercados exteriores con grandes potencias como por ejemplo Alemania.

El año 2022 tiene que ser un año clave en este sentido. Catalunya necesita aprovechar los fondos europeos para dar un salto y situar sus empresas en mejores condiciones de salir al mercado para vender sus productos. Si las cosas se hacen bien y se aprovecha la oportunidad que ahora se abre, Catalunya está en una situación privilegiada para volver a desmentir todos los augurios sobre una supuesta decadencia que las cifras desmienten.

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