Imponer el valenciano al País Valenciano

El presidente de la Generalidad Valenciana, Carlos Mazón.
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El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, ha anunciado muy satisfecho que los ciudadanos del País Valenciano que lo deseen ya pueden descargarse un título "de valenciano" C1 o B2, para todos aquellos que hayan realizado los estudios de secundaria y bachillerato desde el curso 2008-2009. En efecto, este falso título –porque es de eso, de lo que hablamos– puede descargarse en la web de la propia Generalitat, “sin trabas burocráticas”, que es algo que gusta al PP porque rellenar papeles y hacer las cosas reglamentariamente siempre les ha molestado. También es totalmente gratuito, sólo faltaría. Serán 337.000 certificados y, si desea más, sólo hay que parar el capazo: por certificados no será. Según el propio presidente, este disparate constituye “una gran línea de apoyo, incentivo y promoción al [sic] valenciano”. Y añade, también: "por justicia, por mérito [¿de quién?] y por convivencia de una lengua que ha sido impuesta durante demasiado tiempo", en referencia a los ocho años del gobierno progresista del Botánico.

Es posible que Mazón incluso se crea sus palabras, porque es un hombre sencillo y entusiasta al que le da igual reunirse con Juanma Moreno Bonilla (uno de los nuevos varones aventajados del Partido Popular, al que Mazón querría parecerse) como literalmente grabar vídeos rifando entradas para los conciertos de celebración del Nou d'Octubre, como si la primera autoridad valenciana fuera el animador de una tómbola. Pero la idea de literalmente regalar un título de conocimiento del propio idioma, y ​​de hacerlo retrospectivamente, no sólo no tiene ningún sentido académico, pedagógico ni lingüístico, sino que demuestra una absoluta falta de respeto hacia el catalán (o valenciano o como quieran decirlo), que es la lengua propia del País Valenciano (para Mazón, y para el PP y el PSOE, “Comunitat Valenciana”). Una lengua que no merece el esfuerzo de ser aprendida ni estudiada. Naturalmente, tampoco hablada ni respetada. ¿Que es necesario acreditar un conocimiento mínimo para presentarse a según qué puestos de trabajo? Regalamos el título, y abajo que baja.

Lo llamativo, sin embargo, es que el presidente de la Generalitat Valenciana llegue a afirmar que el valenciano ha sido impuesto... en el País Valenciano. Como ha comentado Isidor Marí en las redes, "si alguien no sabe en qué consiste el autoodio, aquí tiene un ejemplo difícilmente mejorable" (es del todo recomendable, sea dicho de paso, el libro de conversaciones de Marí con Enric Ribes que acaba de salir publicado por Lleonard Muntaner: Isidoro Marino. El compromiso ético y poliédrico). El comportamiento de Mazón también es un ejemplo contundente de una de las mentiras preferidas de la derecha española sobre el catalán y sobre cualquier lengua distinta del castellano: que su aprendizaje es una “imposición” (porque aprender castellano es “natural” y se hace sin pensar en ello) fruto del chantaje de los nacionalistas, los separatistas y, por supuesto, ahora también del pensamiento woke. Éste es el argumentario que predican igualmente a las instituciones europeas, para impedir cómo sea la oficialidad europea del catalán.

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