Netflix envuelve el 'reality'

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Netflix ha estrenado un concurso de producción española que complica y tergiversa el formato tradicional de reality televisivo, tipo Gran Hermano. Insiders son siete episodios de unos cincuenta minutos que muestran la convivencia de un grupo de concursantes. El programa despierta tan poco interés como los reality tradicionales. A pesar del deseo de evolucionar, la estética del decorado, los estereotipos terribles de los concursantes y la dinámica básica del juego son las de siempre. Pero la presentadora anuncia: «No nos engañemos, los concursantes de 'reality' de ahora se las saben todas. Querían pillarles con la guardia baja y que mostraran su verdadera cara. Y para eso solo había una opción: crear 'Insiders'». El nuevo programa pretende revolucionar las dinámicas del reality con estos planteamientos:

Pérdida del directo y de la simultaneidad con el espectador: «Empieza la vida en ‘streaming’ », dice la presentadora cuando empieza el juego en el capítulo 4. Abandona el directo, vinculado a la percepción de realidad. Pero el reality enlatado y por episodios se aboca a una cierta artificialidad e incluso un falseamiento de la acción. El espectador pierde la sensación de simultaneidad y, por lo tanto, de autenticidad. La grabación facilita la manipulación del contenido.

Cambio de rol del presentador: La presentadora afronta su rol no desde su yo real (la actriz Najwa Nimri) sino como un personaje. Hace uso de una máscara transparente cuando empieza el juego. Es su aspecto pero no es su yo de verdad. Además, desprecia el experimento. «Lo que se ha acabado, por fin, es el ‘casting’ de los cojones », dice cuando ya se han seleccionado los participantes.

Metatelevisión: Parte del reality consiste en construir este reality y reflexionar sobre su proceso de grabación, la construcción del decorado e incluso la incorporación de conflictos laborales del equipo de producción. De hecho, inicialmente Insiders hace creer a los concursantes que participan en la fase final de un casting cuando en realidad ya han sido elegidos y están dentro del programa sin saberlo.

El engaño y la confusión del concepto de realidad con el de verdad: Tergiversan la realidad pero a partir de manipular la verdad. Se engaña al concursante con conflictos falsos y actores que fingen asumir roles del equipo televisivo. Utilizan la mentira para provocar una realidad más inestable. «Nos están follando la cabeza», lamentan algunos concursantes.

Incorporación del control corporal del concursante: Se utilizan pulseras para obtener unos supuestos datos biométricos y se crean falsos algoritmos para evaluar las dinámicas de convivencia. Esto añade la sensación de un control superior del participante y, por lo tanto, de más eficacia televisiva. Porque el juego tiene un supuesto nuevo objetivo: fabricar al concursante perfecto.

Introducción del 'flash-forward': Como es enlatado, permite ir incluyendo avances de lo que pasará próximamente; por lo tanto, el futuro se incorpora a la idea de presente y realidad.

Eliminación de servidumbres comerciales: El streaming permite abandonar la dilatación inútil del programa y el abuso de las pausas por los anuncios. El espectador tiene el control del consumo y se libera de la tiranía de la explotación publicitaria televisiva.

A pesar de estos cambios, Insiders mantiene el uso del machismo como motor y detonador de conflictos y la normalización de las conductas tóxicas y sexistas para dinamizar a los participantes. Dos detalles que delatan que, por más que se quiera revolucionar el formato, las claves de la dinámica continúan siendo tan retrógradas y nocivas como siempre.

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