El consejero de Economía , Jaume Giró, este lunes en el Parlamento
22/11/2021
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BarcelonaEl Parlament rechazó ayer las enmiendas a la totalidad de los presupuestos de la Generalitat y dio luz verde así a la tramitación de las cuentas, que todavía necesitarán un mes más para aprobarse totalmente. Finalmente, el proyecto elaborado por el conseller de Economía y Hacienda, Jaume Giró, ha salido adelante gracias a los votos de los comuns, que han obtenido a cambio la garantía de la aprobación de las cuentas en el Ayuntamiento de Barcelona mediante la abstención del grupo de ERC. Se trata de un quid pro quo que les beneficia a los dos y abre un nuevo escenario político que todavía habrá que acabar de calibrar.

El president de la Generalitat, Pere Aragonès, tenía un problema y ha maniobrado con rapidez para encontrar una solución. El paso atrás de la CUP comprometía seriamente unos presupuestos absolutamente necesarios para el país, y por eso Aragonès ha buscado la salida que parecía más lógica dentro del espacio del soberanismo. Eso sí, en el camino no se ha podido ahorrar ni una nueva crisis con Junts ni el sacrificio de Ernest Maragall, que ha visto alterada su estrategia en Barcelona.

Los apoyos cruzados en las instituciones siempre han sobrevolado los acuerdos presupuestarios, pero seguramente nunca como ahora se habían hecho de una manera tan pública y notoria. De entrada no es una buena noticia que se mezclen planos institucionales, porque cada uno de ellos merece ser tratado por sí mismo, pero también es cierto que a veces el beneficio general pide altas dosis de pragmatismo partiendo de la máxima que, para el funcionamiento de las administraciones, siempre es mejor que haya presupuestos que no que se tengan que prorrogar los anteriores. Y en un contexto de pospandemia y reconstrucción de la economía todavía más.

Ahora bien, del mismo modo que pasó con la investidura, y después con la mesa de diálogo, Junts no subscribe, al menos en cuanto al discurso, el pacto con los comuns, y ha abierto un nuevo frente contra sus socios de ERC. Artadi culpa a Aragonès de no haber hecho bastante para convencer a la CUP, pero a la vez su formación es la que hace más bandera de los proyectos que los cupaires querían borrar, como por ejemplo el del Hard Rock o los Juegos Olímpicos de Invierno. El diputado de Junts Joan Canadell hizo un discurso duro contra los comuns y contra sus socios de ERC, pero finalmente los tres grupos votaron en el mismo sentido y aplaudieron al acabar.

En las próximas semanas habrá que ver cómo evoluciona la tramitación presupuestaria, pero todo apunta que las cuentas se aprobarán sin problemas. Otra cosa es que la grieta entre ERC y Junts es cada vez más ancha; de hecho, no han sido capaces de hacer piña en ninguno de los grandes proyectos de la legislatura: ni con el aeropuerto, ni con la mesa de diálogo ni ahora con los presupuestos. Hay que apuntar, sin embargo, que el conseller Giró, que es independiente, mantiene un perfil propio, y este lunes ha recordado a la CUP que, "como todos los presupuestos del mundo, estos no son una palanca para la revolución sino un instrumento para la mejora continuada". Los presupuestos saldrán adelante; lo que no está tan claro es cómo se evitará que la fractura dentro del ejecutivo se vaya haciendo cada día más grande.

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