El retraso de las 'golondrinas' (1888)
Piezas históricas
Artículo completo de Pepe Rodríguez (autor no identificado) en La Vanguardia (2-IV-1888). Traducción propia. Mañana hará 136 años que se inauguró el servicio de golondrinas para pasajeros en el Port Vell de Barcelona, nexo marítimo entre el Portal de la Pau y la escollera de la Barceloneta. Aportó un aliciente más de esparcimiento a una ciudad que una semana después abriría su Exposición Universal. El periodista ironizaba sobre las dilaciones para tener lista la Exposición y también, en este caso, a propósito de una doble acepción en plural de la palabra castellana 'golondrina' (embarcaciones y pájaros) y sobre el desconcierto de las golondrinas a causa de las irregularidades atmosféricas y las anomalías en las estaciones del año, cuando todavía no se atribuían al cambio climático.
El retraso está a la orden del día. Se retrasa el pago de las deudas, se retrasa la apertura de la Exposición, se retrasa la venida de las golondrinas. Casi cada año, estas aves oscuras, preludio del buen tiempo, inglesas [por turistas] del espacio que siempre van a buscar el sol y la primavera, en esta época poblaban el aire con sus alegres chillidos, colgaban sus nidos en los voladizos de los tejados y ensuciaban a mansalva los sombreros de los peatones. Por causas inexplicables, este año las viajeras aladas no han aparecido todavía. Son muchas las personas que se preocupan por este retraso y procuran averiguar las causas de esta carencia de formalidad ornitológica. "Seguro que el invierno dará otra sacudida", exclama la mayoría. Otros suponen que las golondrinas del año pasado eran las que refrenan el vuelo para contemplar disfrutes y hermosuras, en una palabra, de éstas golondrinas que, según Bécquer, no volverán. Yo opino que con el moco que les hicieron el pasado año no han querido precipitarse. Las pobrecitas llegaron entonces satisfechas y satisfechas, creyendo que la primavera era un hecho, tomándose en serio el calendario y, quizás cuando mejor se encontraban, el cielo tuvo la pensada de regalarnos una nevada que las dejó blancas todo y ser oscuras de natural. Ante estas bromas atmosféricas han tomado precauciones, y han pensado esto en su fuero interno: "Lo que este año nos puede sorprender a mitad del camino es una granizada, pero seguro que no nos pillará una nevada". Sabiendo lo de la Exposición de Barcelona, habrán pensado que este año corrían el riesgo de estar más expuestas. Además de esto se habrán enterado de la novedad de los vapores golondrinas y ciertamente les debe infundir por este nuevo invento que lanzará al agua las golondrinas del aire. Desgraciadamente, si no rodean por aquí las golondrinas, no faltará quien, por influencia primaveral, se lamente de verse con golondrinos [aventureros]. Una cosa por otra.