Salud mental y limpieza

2 min
La japonesa Marie Kondo

En La tarde de Catalunya Ràdio, Elisenda Carod, con Carlos Baraibar, entrevista a una psicóloga, María José Valiente, que hizo un tuit que venía a decir: “Tener orden en casa ayuda a la salud mental y al bienestar”.

No hace falta ser Marie Kondo para determinar que tu mesa de trabajo es tu cerebro. Sí, sí, sí. Einstein dijo que si tu mesa desordenada es tu cerebro desordenado, tu mesa vacía es tu cerebro vacío.

Si tienes fragmentos de galleta paleolítica en el compartimiento de la mochila de la escuela, si en tu armario hay un magma de ropa girada del revés, hacinada, como punto de la incineración, si en tu mesa hay punta de lápiz, chicle, papeles encima del libro de griego y solapándose con tres cargadores (dos, inservibles) una botella vacía de Mirinda (vintage) y un trocito de bocadillo de cacao, significa que no puedes estudiar bien.

Si tú, aunque no seas el adolescente de más arriba, vas a la cocina, te cortas un trocito de látigo y dejas, en el mármol, el cuchillo, la piel del embutido y muelles, porque no es necesario recoger, seguro, seguro, seguro que no eres tan “saludable” como lo que ocurre el trapo. Todos los cocineros de la tele, de YouTube, limpian incansablemente, pasan el trapo, secan. Todos nosotros, quizás, si nos soltáramos tiraríamos la ropa por el suelo, los zapatos en el asiento, el bolso sobre la cama. Quién sabe si esta forma de hacer va asociada a la idea de tener criada. La madre o una señora que cobra.

Lo que me fascina y flipa y emociona incluso es que todas las personas que conozco que no son ordenadas no lo admiten. Y que, entonces, en un hotel, cuando tú, finalmente, soltada, dejes las bragas sobre el mueble bar, te dicen: “Ten en cuenta a las personas que limpian”. Y, en casa, ¿la persona que limpia quién es?

stats