Miguel Tellado, Cuca Gamarra y Alberto Núñez Feijóo en el Congreso en una imagen reciente.
02/07/2025
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Creo que no me equivocaré demasiado si escribo ahora sobre Miguel Tellado lo mismo que escribí sobre José Luis Ábalos en su día: ha nacido una estrella. venía de dar la gran sorpresa, habiendo recuperado contra todo pronóstico -y contra el aparato del partido- la dirección del PSOE, de la que había sido defenestrado meses antes. mofas), pidiendo el voto de los militantes para volver a ser el jefe de filas del PSOE. En ese coche le acompañaron los pocos fieles que le quedaban: eran José Luis Ábalos, Santos Cerdán y Adriana Lastra. entonces en el punto de ser capaz de generar ilusión, al menos entre los militantes y votantes del PSOE. Con el resto de fuerzas de izquierdas y con los independentistas catalanes y vascos costó más, porque entonces con quien quería gobernar Pedro Sánchez estaba con los Ciudadanos de Albert Rivera.

Por su parte, Feijóo también hace tiempo que dejó de generar ilusión, incluso entre los votantes y los militantes del PP, sobre todo después del trauma de no gobernar después de las elecciones generales de hace dos años. Como dice David Miró en su artículo, Feijóo parece no haber acabado de entender la dinámica de la política madrileña, y menos aún de la parlamentaria, y eso hace que se cierre en un lamento ("me faltan sólo cuatro votos para poder llevar adelante una moción de censura") que no hace más que mostrar la evidencia de su falta de liderazgo y, sobre todo, la relación tóxica y, sobre todo, la relación tóxica a la vez, de la que depende. Una relación sellada por los pactos presupuestarios o de gobierno que han firmado con Vox en diferentes comunidades autónomas, y muy particularmente en la Comunidad Valenciana y en las Islas Baleares, donde las políticas contra el catalán y la escuela pública, ya favor de la desregulación y la especulación con el territorio, han situado al PP en la parte más extrema de la derecha nacionalista.

La diferencia entre Sánchez y Feijóo es que uno ha dejado de generar ilusión desde el gobierno y el otro, desde la oposición. La coincidencia es que ambos han situado como su mano derecha un mismo perfil de perro de buey de una supuesta lealtad sin fisuras, y también sin demasiadas luces, con lo que se supone que el líder puede obtener un apoyo incondicional. A Sánchez, está por ver si Ábalos (y compañía) le acaba costando la legislatura. En cuanto a Feijóo, puede que Tellado sea un motivo por el que nunca llegue a gobernar.

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