El verdadero crimen es que no aprendemos las lecciones

Un joven palestino ayer en la ciudad de Gaza, destruida por los bombardeos aéreos israelíes.
18/10/2023
2 min

El bombardeo de un hospital en Gaza que ha dejado 500 muertos ha sido un escalón más en la escalada inacabable de horrores que nos amargan el día nada más levantarnos. Los telediarios de estos días empiezan todos igual, en off: un edificio en pie, una explosión y el edificio que salta por los aires. Y a continuación, sirenas y gente que llora desesperada frente a cámara. Y hasta mañana, cuando asistiremos a más desgracias y más crímenes de guerra.

Si, como dice la analogía que ha hecho fortuna, el ataque de Hamás es para Israel lo mismo que fue para Estados Unidos el atentado de las Torres Gemelas, preparémonos. Porque el atentado del 11-S del 2001 acabó siendo la excusa para una guerra contra el terror tan llena de mentiras y de intereses, tan fracasada, que solo ha servido para aumentar el terror.

Han pasado 22 años, y he aquí algunos análisis ilustres de aquellos días: “Nadie tendrá paz hasta que haya èstado palestino”. “La única solución es política. La desesperación alimenta el fanatismo”. "Hoy, las raíces del terror -la injusticia y la miseria- son visibles y curables". "El problema es de injusticia, de opresión y de una insoportable prepotencia militar estadounidense". "El integrismo que se inculca a los niños desfigura el islam y convierte el asesinato en valor religioso". "Los islamistas buscan una guerra que nunca podrían ganar, pero desde Afganistán hasta Palestina, pueblos enteros tendrán que pagar un precio altísimo por actos de los supuestos representantes de la justicia". Suena como si hubiera sido escrito ayer mismo, ¿verdad?

Hace más de veinte años que estamos dando vueltas a las mismas ideas, pero aparte de levantar muros e instalar arcos de seguridad, nadie ha sido capaz de pasar del diagnóstico al tratamiento. La guerra de estos días llena hasta la cima los depósitos de odio de una nueva generación. Esta incapacidad global para cambiar las cosas es el verdadero crimen contra la humanidad.

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