Un alto cargo de Emergencias confirma que la preocupación por el pantano de Forata provocó el olvido del barranco de Poio

El relato Jorge Suárez confirmaría varios errores de un departamento sobrepasado y lastrado por el retraso en la convocatoria del Cecopio

El subdirector general de Emergencias de la Generalitat Valenciana, Jorge Suárez, en el momento de su llegada al juzgado de Catarroja este miércoles.
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ValenciaEl posible colapso del embalse de Forata -que regula el río Magro y que se desbordó el día de la dana- impidió seguir con la atención necesaria la situación del barranco de Poio –el causante de la mayoría de los fallecidos– aunque a las 12 h se había decretado la alerta hidrológica de esta rambla. Así lo dijo este miércoles el subdirector general de Emergencias de la Generalitat Valenciana, Jorge Suárez, en la segunda jornada de su declaración como testigo según explicaron al ARA fuentes presentes en el interrogatorio.

Para justificar la desatención del barranco, Suárez ha aducido que a primera hora de la tarde el nivel del barranco había descendido respecto a la mañana y que el posible colapso del pantano ponía en peligro la situación de miles de personas, circunstancia que provocó el olvido de otros peligros como el de la rambla Poio. El alto funcionario insistió en que se enteraron de incidentes en el barranco desde las 17.30 horas, pero reiteró que la atención estaba puesta en la presa de Forata. Explicó también que, una vez constituido el Cecopio, a las 17 horas, él no tuvo información concreta de los casos de personas en peligro, más allá de un mapa con las zonas más afectadas. Sin embargo, ha señalado que el comité de emergencias no estuvo aislado, sino que se comunicaba con la sala del 112, que es donde se reciben las llamadas de auxilio.

En relación con las medidas que se estudiaron para proteger a la población, ha detallado que inicialmente se planteó la posibilidad de la evacuación, pero que al constatar que no era viable por la falta de tiempo, se valoró el confinamiento.

El relato del alto funcionario coincide en lo expresado hasta ahora por otros testigos y confirmarían que desde el departamento de Emergencias acumularon varios errores, entre ellos destaca el hecho de que los técnicosno avisaron a los altos cargos de la conselleria del desbordamiento del barranco de Poioporque"no estaban autorizados a interrumpir" el Cecopio y porque en este ya había telemáticamente cinco miembros de la Confederación Hidrográfica del Júcar. También, porque los trabajadores se vieron "sobrepasados" por un alud de alertas y peticiones de rescate. Una saturación que se explica porque el día de la DANA sóloexistía el 47,5% de la plantilla prevista, que es de 59 personas, y por medidas controvertidas comola retirada a las 14.30 h de los bomberos que vigilaban las principales ramblas. El olvido se produjo pese a que, sólo de 17 ha 18 h, el 112 recibió 2.438 llamadas telefónicas que alertaban de la situación, como tampoco evaluaron adecuadamente los datos de lluvia.

La duda que dejan los testigos producidos hasta ahora en la causa es si una convocatoria del Cecopio a las 14 horas una reunión de coordinación previa a primera hora de la mañana habría evitado que las prisas, los nervios y los numerosos frentes a atender provocaran el olvido de la situación del barranco de Poio. En esa decisión influyó la decisión de la exconsejera de Justicia e Interior Salomé Pradas de desplazarse al municipio de Carlet –localidad de la ribera del río Magro– casi a las 14 h.

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