Monarquía

Dos años de la fuga de Juan Carlos I: ninguna explicación y solo una causa pendiente

El emérito ha podido volver a España ante la incomodidad del PSOE, que se afana en blindar la monarquía

03/08/2022
4 min

MadridEl 3 de agosto de hace ya dos años Juan Carlos I hacía las maletas para instalarse, casi a escondidas y por sorpresa, en Abu Dhabi. Acorralado por varios casos de corrupción, la Moncloa y la Zarzuela creyeron que lo mejor para preservar la monarquía era que el emérito huyera del país y se distanciara –también físicamente– de Felipe VI, que meses antes ya había renunciado a la herencia de su padre y le había retirado su asignación económica. Dos años después de aquel exilio, sin embargo, la mayoría de causas que Juan Carlos I tenía abiertas han quedado archivadas, no por falta de pruebas, sino porque los delitos habían prescrito o gracias a su inviolabilidad. Y el antiguo monarca ha evitado dar explicación alguna sobre sus negocios en el extranjero. La decisión de la Fiscalía de exonerarlo de los casos que lo asediaban llevó al emérito a volver a tomar un avión el mayo pasado para plantarse en España. Una visita que incomodó al PSOE y contó con el recibimiento frío de su hijo.

Los asuntos de Juan Carlos I hicieron tambalear los fundamentos de la monarquía y dieron alas a los republicanos –entre ellos, Unidas Podemos, socio minoritario del ejecutivo español– para intentar sin éxito abrir el melón de un cambio en la forma de estado. Felipe VI, conjurado con el ala socialista del gobierno español, ha intentado alejar el legado del emérito de la monarquía para frenar el declive de la institución. En los últimos meses, cuando al presidente español, Pedro Sánchez, se le ha preguntado sobre Juan Carlos I, sus respuestas siempre han ido en una misma línea: ha reprobado el pasado del anterior monarca y ha alabado la ejemplaridad de su sucesor. La última vez que los periodistas le han podido preguntar sobre el rey emérito ha sido este martes, precisamente después de reunirse con el actual jefe de estado en el tradicional encuentro antes de vacaciones. Y Sánchez ha optado por no responder sobre si era partidario de que Juan Carlos I volviera a España: "No corresponde al Gobierno de España responder a esta cuestión".

El caso de acoso en el Reino Unido

La Fiscalía Anticorrupción archivó en marzo las tres causas que el exmonarca tenía abiertas por presuntos delitos relacionados con sus fondos en el extranjero. De entrada, a Juan Carlos I se le investigaba por la adjudicación en 2011 de las obras del AVE que une las ciudades de Medina y La Meca, en Arabia Saudí, al consorcio empresarial Al Shoula, a través de la cual se habría llevado una comisión de 64,8 millones de euros. El ministerio público determinó que este dinero, en todo caso, había sido "un regalo". La segunda causa que se investigaba eran los gastos efectuados por la fundación Zagatka, creada por un primo lejano de Juan Carlos I, Álvaro de Orleans, y por las cuales el emérito hizo dos regularizaciones en Hacienda por un valor de 5,1 millones de euros. Y el tercer caso indagaba en el trust en la isla de Jersey vinculado al exmonarca y dotado con unos 15 millones de euros. Todo ello, archivado.

Con la investigación de la Fiscalía suiza sobre los 65 millones de Arabia Saudí también archivada desde diciembre del 2021, al emérito solo le queda a estas alturas una causa abierta, y no es por corrupción: es la que investiga un juzgado del Reino Unido sobre el presunto acoso a su examante Corinna zu Sayn-Wittgenstein. El caso está pendiente de que la defensa de Juan Carlos I recurra la decisión de dos jueces del Tribunal de Apelación de Inglaterra y Gales, que aseguran que el emérito no tiene inmunidad porque, entre otros, no forma parte de la Casa del Rey. Esto llevaría al exmonarca a juicio por un delito de acoso.

Esta causa abierta, sin embargo, no fue un impedimento para que Juan Carlos I volviera en mayo pasado a poner los pies en España. Ni tampoco que lo hiciera, además, con una actitud desafiante. Pasó un fin de semana en Sanxenxo, volvió a hacer vela e ironizó sobre las causas por presunta corrupción que lo involucraban. A la pregunta de los periodistas sobre si daría explicaciones, respondió: "¿Explicaciones de qué?" La visita generó malestar en las filas socialistas pero también en la casa real. De hecho, Felipe VI solo lo recibió en la Zarzuela el último día de su viaje: no hubo imagen del reencuentro entre padre e hijo, pero sí que el actual monarca volvió a dejar la puerta abierta a que Juan Carlos I pudiera volver a España para quedarse a vivir. A riesgo de que se volviera a convertir en un polémico espectáculo mediático, la siguiente visita, prevista para el mes de junio, se acabó cancelando.

Los intentos de mejorar la transparencia

Felipe VI quiere mantenerse alejado de su padre y su manera de hacer. Y de allí que en los últimos meses la casa real haya pactado con el ejecutivo español una fiscalización de su actividad. El Tribunal de Cuentas hará una auditoría externa de las cuentas de la institución a partir del 2023, después de que el 2 de junio la Casa del Rey y el órgano fiscalizador firmaran el convenio de colaboración que recogía el decreto aprobado por el gobierno español para mejorar la transparencia de la monarquía. El texto, sin embargo, no tocaba la inviolabilidad del rey, una de las peticiones que había hecho Unidas Podemos. De hecho, los socialistas se continúan aliando con la triple derecha para vetar en el Congreso comisiones de investigación sobre la monarquía y, en concreto, de las causas que han afectado al emérito. De momento, Juan Carlos I continúa instalado en Abu Dabi, lejos de España, pero con personal que lo asiste pagado por Patrimonio Nacional, el organismo público adscrito al ministerio de la Presidencia, y la voluntad de hacer más frecuentes las visitas al Estado. No se conoce oficialmente la opinión de la ciudadanía sobre este tema: después de recoger sucesivas valoraciones negativas en las encuestas, el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) dejó de preguntar sobre la monarquía en 2015.

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