Los exconvergentes que están entre Puigdemont e Isla

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El candidato del PSC el 12-M, Salvador Illa, durante la conferencia del jueves

BarcelonaSi hace unos años le hubieran dicho a un cargo de la extinta CDC que votaría al PSC en unas elecciones al Parlament de Catalunya no se lo habría creído. La rivalidad entre el espacio convergente y los socialistas siempre estuvo viva antes del Proceso, aunque había un reparto implícito de áreas de influencia: Jordi Pujol en las elecciones de la Generalitat y el PSC como partido preeminente en los comicios municipales y españoles. Ahora, sin embargo, esto ha cambiado y ese dilema existe en algún sector de la antigua Convergència, el menos nacionalista.

Paradójicamente, hay excargos de Convergència que dudan entre votar a Carles Puigdemont o Salvador Illa en las próximas elecciones. La frontera entre estos dos espacios electorales, alejados en el eje nacional, existe por el eje ideológico: se trata de un votante moderado, catalanista, que se sitúa en el centro (algunos hablan directamente de derecha y hay de centroizquierda). Este tipo de votante no se plantean votar a ERC –lo consideran demasiado a la izquierda, dicen–, aunque también lleva a la lista a un exdirigente convergente como Carles Campuzano.

No sólo se trata de excargos de CDC, sino también de círculos empresariales que quieren una rebaja fiscal, resolver la cuestión de la financiación de la Generalitat y volver a la bandera del business friendly que sí abanderó a Artur Mas. Hay dirigentes de Junts que intentan retener a este empresariado y están manteniendo contactos. No en vano Puigdemont, en sus últimos discursos, también ha hablado de la necesidad de desburocratizar la administración y de realizar la nueva revolución industrial.

Ahora bien, Salvador Illa también quiere captar esta franja de votante. Esta operación ya empezó con el acuerdo con Unidos para Avanzar –la antigua Unión– de Ramon Espadaler y ha seguido con conversaciones del líder socialista con exmiembros de CDC y Junts. La presencia de los exconsejeros Miquel Sàmper y Santi Vila en su conferencia el jueves–el expresidente del PDECat David Bonvehí estaba invitado pero finalmente no asistió– va en esta línea y habrá más guiños durante la campaña. La propuesta de modelo de financiación respetando el principio de ordinalidad es también una manera de intentar hacer agujero en esta bolsa de electores. "Para mí Isla sería la opción racional, pero Puigdemont es el nuestro", admite un ex alto dirigente de CDC y el PDECat. Un miembro de la dirección de Junts, en cambio, replica tajante: “Un convergente de verdad nunca votaría al PSC”.

¿Y qué dicen los datos? El movimiento demoscópico es mínimo. Los datos del CEO muestran que, en lo que se refiere al recuerdo de voto de las últimas catalanas, un 3% de votantes de Junts ahora optarían por el PSC. Para los expertos, éste es un dato “insignificante” en demoscopia, aunque añaden que este tipo de votante es difícil de cuantificar porque es un grupo que probablemente no votó en el 2021 –y por tanto no hay recuerdo de voto– o que votó al PDECat, que quedó fuera del Parlament. Ahora bien, si se observa la intención de voto para las próximas elecciones –la encuesta está hecha antes de la convocatoria del 12-M–, de quienes manifiestan que votarán al PSC un 7% lo harían por Junts como segunda opción . Y de los que tienen como primera preferencia a los junteros, también un 7% sitúan a los socialistas como segunda opción.

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