El descrédito de la Corona

Felipe VI: diez años de equilibrios para legitimar la monarquía

El rey se afana por dejar atrás el desgaste provocado por Juan Carlos I

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X aniversario de la proclamación del rey Felipe VI

Uno de los principales estudiosos de la monarquía española, el periodista José Antonio Zarzalejos, asegura que ha consultado encuestas no publicadas sobre Felipe VI y que su valoración se sitúa aproximadamente en un 7 sobre 10. En una nota similar se sitúa su hija, la princesa de Asturias y oficialmente heredera, Leonor; ya más distancia, la reina Letizia. Desde 2015 que el Centro de Investigaciones Sociológicas no pregunta a la ciudadanía sobre la monarquía. ¿Debería hacerlo? “El CIS de [José Félix] Tezanos, no”, afirma Zarzalejos en conversación con el AHORA.

La alternativa republicana no tiene la fuerza para articularse en el Congreso, aunque en la primera década de reinado de Felipe VI se hayan vivido las mayores crisis de la monarquía. Una encuesta de la Red de Estudios de las Monarquías Contemporáneas (REMCO) a una cincuentena de jóvenes nacidos entre 1993 y 2005 y publicada precisamente con motivo del décimo aniversario, este miércoles, de la proclamación del rey, concluye que el balance es más "crítico" que "favorable", sobre todo por la falta de transparencia, el sesgo conservador y la desconfianza, aunque lo compensa la "personalidad" del actual rey.

Leonor princesa de Asturias, el rey Felipe VI, la reina Letizia y la infanta Sofía en el balcón del Palacio Real en Madrid donde se conmemora el décimo aniversario del reinado de Felipe VI, este miércoles. El rey Felipe VI, junto con la reina Letizia y sus hijas, conmemora el décimo aniversario de su reinado con el relevo solemne de la Guardia Real, la imposición de condecoraciones a ciudadanos desconocidos y un almuerzo institucional

Uno de los coordinadores de este estudio, el catedrático de ciencia política de la Universidad del País Vasco Francisco José Llera, considera que la institución ganaría adhesiones si profundizara en el acercamiento a la ciudadanía con una mejor comunicación y con más medidas de transparencia. Felipe VI quiso impregnar de regeneración su mandato con el lema “Una monarquía renovada para un tiempo nuevo”, tras los escándalos del caso Nóos –por el que fue condenado expulsado de la familia el marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarín– y la cacería de elefantes de Juan Carlos, que expuso una vida personal marcada por los lujos. ¿Ha tocado techo el desgaste por la figura del emérito?

La renuncia a la herencia

Zarzalejos cree que el desgaste quizás sí, pero las "hitas" vinculadas a Juan Carlos no se acabarán hasta que muera. "La renuncia a los derechos sucesorios es simbólica", subraya. Se refiere a la decisión que tomó Felipe VI en marzo del 2020: aparte de retirarle la asignación económica a Juan Carlos, anunció que renunciaba a la herencia económica de su padre. Se trata de una declaración que no tiene ninguna validez hasta que se muera el emérito. El monarca reaccionó así cuando se hizo público que figuraba como beneficiario de las fundaciones Zagatka y Lucum, las sociedades a través de las cuales Juan Carlos movía fondos en el extranjero.

En ese momento la Fiscalía ya investigaba el emérito, que había entrado en un camino oscuro a raíz de la publicación en el 2018 de los audios entre su examante Corinna Larsen y el excomisario José Manuel Villarejo. El archivo de las diligencias en 2022 fueron una especie de respiro para la institución, que ya antes había tomado medidas: en el verano del 2020 la Moncloa y la Zarzuela pactaron que Juan Carlos I viviera fuera de España, y el emérito eligió a los Emiratos Árabes Unidos . En conversación con el ARA, el exministro de Defensa en la época de José María Aznar Eduardo Serra califica de "exagerado" que Juan Carlos no pueda vivir "en España o donde le plazca".

La inviolabilidad, intacta

La falta de transparencia, pese a todas las promesas, no ha permitido conocer el detalle del coste para el Estado del sostenimiento de su vida en el extranjero, y el gobierno de Pedro Sánchez tampoco se ha avenido a tocar la inviolabilidad total de Felipe VI para evitar casos similares: requeriría reformar la Constitución y abrir la caja de los truenos. Zarzalejos justifica que no existe otra monarquía donde los actos privados del rey puedan ser juzgados, y sitúa la inviolabilidad en la “esencia” de la Corona.

Leonor, princesa de Asturias (c), y su hermana, la infanta Sofía, junto a su padre, el rey Felipe VI, durante el almuerzo en el Palacio Real en Madrid

El líder del PSOE, eso sí, ha limitado durante su mandato el papel internacional de Felipe VI –16 viajes de estado en una década– y ha reservado la proyección exterior para el ejecutivo. De cara adentro, trata de rehacer relaciones con Catalunya tras el discurso del 3-O, que según el ex-Jemad Julio Rodríguez “nunca debería haberse producido”.

Del 3-O a la expulsión de Juan Carlos: el más destacado de la década

Regeneración y transparencia

Con la llegada al cargo, Felipe VI prohibió que los miembros de la familia aceptaran dinero y regalos caros, como sí lo había recibido Juan Carlos I. Lo decidió por “no comprometer la dignidad de las funciones institucionales”. Con el paso de los años se constató que no era suficiente, y Zarzuela y Moncloa tomaron nuevas medidas: el Tribunal de Cuentas auditará cada año las cuentas de la Casa del Rey –el primer ejercicio será el del 2023, todavía pendiente– y se publicará el patrimonio de Felipe VI y la ejecución del presupuesto de la institución, además de un nuevo código ético para funcionarios y miembros de la Casa del Rey.

La Fiscalía investiga el emérito

El último tramo de la década está marcado por la investigación que la Fiscalía abrió contra Juan Carlos I. En marzo del 2022 archivó las diligencias porque todos los posibles delitos habían prescrito o porque era inviolable en el momento de los hechos, pero concluyó que había cometido delitos. De hecho, la defensa del emérito evitó una causa judicial porque regularizó a tiempo frente a Hacienda 5,1 millones de euros que el monarca había ocultado. Sin embargo, hacía casi dos años que Juan Carlos I ya residía en los Emiratos Árabes Unidos, ya que los escándalos que le rodeaban perjudicaban al actual rey ya la institución.

Cataluña y el fin del bipartidismo

Políticamente, Felipe VI ha vivido el fin del bipartidismo, que ha provocado una situación de inestabilidad con cinco elecciones generales en nueve años –2015, 2016, dos en 2019, y 2023–, que la han expuesto en su papel de árbitro de la investidura. También se han sucedido las plantadas de las formaciones soberanistas catalanas, vascas y gallegas, especialmente a raíz de su actuación en el referendo del 1-O. El discurso del 3 de Octubre fue un antes y un después en su reinado: algunos le enaltecen y lo comparan con el de su padre el 23-F, y para otros es el peor error de la década, porque aparcó la neutralidad y se alineó con la derecha.

La construcción de la heredera Leonor

En la línea de pasar página a Juan Carlos I y mirar al futuro, los últimos años han estado marcados por la construcción de quien debe ser la heredera de Felipe VI: la princesa de Asturias Leonor de Borbón. El pasado 31 de octubre cumplió la mayoría de edad y se convirtió oficialmente en la sucesora. Su exposición pública ha ido en aumento, también por su entrada en la formación militar. Los expertos apuntan a que el hecho de que sea una mujer es clave para que en un futuro la institución pueda conectar más con la sociedad y mostrar una imagen más moderna, aunque su educación se está llevando a cabo en entornos elitistas.

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