4 años del 1-O

El Govern se compromete a recuperar "el espíritu del 1-O" después de la discordia en el Parlament

El 'president' Aragonès reitera la apelación a la unidad en el cuarto aniversario del referéndum

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El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, durante el acto de conmemoración del 1-O con el Gobierno  en pleno

BarcelonaEl día después de la discordia independentista en el Parlament en el debate de política general, los caprichos del calendario político han querido que tocara conmemorar el cuarto aniversario del 1-O. El Govern lo ha hecho con una declaración en el recinto de la Maternitat de Barcelona, que ha terminado en cinco minutos, pero ha bastado para asumir el compromiso de que no quiere que vuelva a pasar lo que se vivió este jueves en la cámara. Así, el ejecutivo se ha comprometido a recuperar "el espíritu del 1-O", es decir, la unidad que aquellos días tejieron partidos y entidades para hacer posible aquella votación. ¿Con qué objetivo? Pues que Catalunya vuelva a votar en un referéndum. "Es la solución inevitable", ha asegurado el president de la Generalitat, Pere Aragonès.

El acto se tenía que celebrar en la Escola Industrial de Barcelona, pero finalmente se ha hecho en la Maternitat porque la Diputación de Barcelona, gobernada por el PSC y Junts, denegó el permiso para hacerlo en el emplazamiento original. Todos los consellers han acudido a la cita, que ha consistido en leer una declaración, y el primero en hablar ha sido el vicepresidente, Jordi Puigneró, que ha enviado varios dardos hacia el Estado. Ha criticado "la obsesión" que mostró en su día para impedir el 1-O, un referéndum que se hizo "con las urnas que algunos todavía buscan", ha destacado. Para el máximo representante de Junts en el ejecutivo, el 1-O no solo fue un "éxito popular", sino "el momento fundacional de la República Catalana". "La semilla de la victoria y de nuestra libertad", ha proclamado.

Aragonès ha sido el segundo y último en hablar y se ha mostrado convencido de que el 1-O fue un "punto de inflexión", un "punto de no retorno" en la historia de Catalunya. Como en el debate de política general, ha vuelto a insistir en que su Govern quiere "culminar" el camino hacia la independencia "sin renunciar a nada". Pero más allá de las proclamas habituales en un día como hoy, ha incidido en el gran problema que tiene actualmente el movimiento independentista y que evidenció en el debate de política general –a pesar de que no ha hecho referencia explícita a ello–: la falta de unidad y de un proyecto compartido. Con este telón de fondo, el president ha remarcado que el referéndum "fue posible gracias al consenso de partidos políticos y movimientos sociales" y que ahora toca recuperar ese camino. "Solo avanzamos cuando generamos grandes consensos", ha resuelto.

La hoja de ruta

El Govern se reconoce como "heredero del 1-O" pero, indirectamente, admite que con aquella votación no bastó para culminar la independencia. Ante este hecho, el president ha asegurado que "Catalunya volverá a votar". No ha dicho cuándo ni cómo, pero el debate de ayer en el Parlament ya resolvió estas incógnitas. Sobre el cuándo, sin plazos prefijados, a pesar del disgusto de la CUP porque no se aceptó su propuesta de volver a intentar un referéndum unilateral en esta legislatura. Sobre el cómo, intentando una negociación con el Estado a través de la mesa de diálogo para conseguir un referéndum acordado, a pesar de que de nuevo la CUP y en este caso también JxCat estén escépticos. La declaración del Govern ha señalado lo único que ahora mismo pone de acuerdo a todo el independentismo: hay que recuperar la unidad.

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