Ofensiva europea de Sánchez para hacer frente al impacto de la guerra

El presidente español busca el liderazgo con la crisis energética mientras reclama apoyo a la oposición

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El presidente español, Pedro Sánchez, ayer a Roma con el primer ministro italiano, Mario Draghi

Barcelona / MadridCamisa roja informal, el teléfono en la oreja y cara de preocupación. Faltaba todavía un mes para que empezara la guerra en Ucrania, pero la tensión en la frontera con Rusia iba en aumento y la Moncloa difundía imágenes de Pedro Sánchez en un maratón de llamadas con “representantes de la UE y la OTAN”. El presidente español, anfitrión de la cumbre de la Alianza Atlántica que tendrá lugar en Madrid en junio, quiso reivindicar desde el minuto 1 el protagonismo de España en la respuesta occidental a la amenaza de Moscú. La estrategia, que arrancó con el polémico despliegue de barcos en el mar Negro y, una vez consumada la invasión rusa, con el envío de armas a Ucrania, logra ahora su punto álgido en el marco de la crisis económica derivada del conflicto. Sánchez ha intensificado los contactos para liderar la respuesta al encarecimiento de los precios de la energía, que se tendrá que concretar en la reunión del Consejo Europeo del 24 y 25 de marzo. Un papel que espera que lo refuerce en el Estado mientras busca el aval de la oposición al paquete de medidas económicas y fiscales que la Moncloa tiene previsto aprobar –a pesar de la urgencia que le reclama la derecha– el día 29.

“La escalada de los precios del gas y la electricidad es absolutamente inasumible para la economía, la industria, las pymes y los ciudadanos de la UE”, clamaba este viernes el líder socialista desde Roma, donde ha hecho frente común con sus homólogos italiano (Mario Draghi), portugués (António Costa) y griego (Kyriakos Mitsotakis) para reclamar a la UE la reforma “urgente” del mercado energético. Desvincular la electricidad del precio del gas, comprarlo de manera conjunta con la misma UE, acelerar el impulso de las renovables o mejorar la interconexión energética en Europa son algunas de las medidas para las que Sánchez busca una alianza del sur de Europa que presione a los países más reticentes, como Francia o Alemania. En una gira que arrancó el miércoles, el presidente español también buscó el apoyo de Croacia, Eslovaquia y Rumanía, y este viernes por la tarde viajó a Berlín para trasladar su posición al canciller alemán, Olaf Scholz. Antes de la cumbre europea de la semana que viene todavía tiene previsto pasar por Irlanda y reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, a pesar de que fuentes de la Moncloa apuntan que la agenda todavía no está del todo cerrada.

A la espera del resultado de estos encuentros y más allá de potenciar el rol de España en la Unión, la hiperactividad en la agenda europea también busca efectos de puertas adentro. “Ser un actor europeo realmente influyente te eleva en las discusiones nacionales”, admiten fuentes socialistas. Por eso la Moncloa empezó también el miércoles una ronda de contactos con los grupos parlamentarios para intentar consensuar las medidas en el Estado para hacer frente a la crisis económica derivada de la guerra. Es decir, para buscar apoyos para aprobar el decreto del día 29.

¿El aval del PP o de los socios?

El PP, el primer grupo con el que se reunió el Gobierno español, le pide que actúe de forma inmediata y que no espere a consensuar las medidas con Europa. Continúa reclamando una bajada de impuestos generalizada en todos los productos energéticos. A pesar de avalar esta rebaja, la Moncloa se resiste a implementar la medida sin el consenso comunitario y ya es de los pocos países que no ha tomado ninguna iniciativa desde que ha estallado el conflicto bélico al este de Europa. Y a pesar de que Sánchez pidió este viernes que las conversaciones sirvan para que el decreto cuente con “el apoyo unánime de la cámara”, será difícil hacer compatibles las propuestas del PP con las de su socio de gobierno, Unidas Podemos.

La coalición que lidera Yolanda Díaz pide, por ejemplo, un impuesto a las grandes eléctricas, una medida que se ajusta poco a lo que defienden los populares. Es cierto, sin embargo, que Sánchez ha apostado por un aumento del presupuesto de defensa sin que su socio esté de acuerdo, una medida que sí que cuenta con el aval del PP. Los lilas, aun así, ya empiezan a presionar para evitar un giro del PSOE. Ya se ha reunido con la CUP y de cara a la semana que viene el ejecutivo español se tiene que reunir con los socios de investidura, con los que Unidas Podemos confían aprobar este decreto.

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