Crisis de Sumar

¿Qué pasará con Sumar después del "paso al lado" de Yolanda Díaz?

El partido nombra una dirección provisional con cuatro miembros de la actual ejecutiva, pero mantiene a la vicepresidenta como cara visible

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Reunión del grupo coordinador de Sumar con Yolanda Díaz

MadridLa renuncia de Yolanda Díaz al día siguiente del 9-J como líder de Sumar pero no como vicepresidenta segunda del gobierno español ha generado confusión en los últimos días y ha dejado muchas incógnitas sobre el futuro de este proyecto, que todavía se está construyendo y que se ha construido hasta ahora en torno a la figura de Díaz. La ministra de Trabajo empezó a impulsarle durante la anterior legislatura, después de que la salida de Pablo Iglesias del ejecutivo la situara como líder de facto del espacio a la izquierda del PSOE, por mucho que no encabezara ninguno de los partidos que concurrieron juntos a las anteriores generales bajo el paraguas de Unides Podem (UP). "He estado cuatro años siendo ministra sin tener un espacio político", dijo este jueves Díaz en una entrevista en TVE para justificar que mantenga el cargo institucional pese a dejar de tener el título de coordinadora general de Sumar. El objetivo, dijo, es centrarse en la acción de gobierno y facilitar un "proceso de reflexión" de la izquierda. ¿En qué debe convertirse Sumar? ¿Qué papel debe tener Díaz? ¿Puede volver a tener cabida Podemos?

De entrada, Díaz planteó que Sumar fuera un "movimiento ciudadano" que trascendiera "las siglas y los partidos" y que sirviera para reimpulsar y reorganizar un espacio político en declive. Tuvo que aparcarlo pronto, cuando la convocatoria anticipada del 23-J la llevó a acelerarlo todo y crear un partido "instrumental" bajo el nombre de Sumar, desde donde aglutinó tanto las formaciones que ya habían concurrido bajo las de UP como nuevas alianzas con Compromís, Más Madrid y candidatos independientes elegidos por ella. Tras aquellos comicios, en los que la candidatura aguantó el tipo y logró entrar en el gobierno español, Díaz dio un paso más y optó por dotar a Sumar de una estructura permanente. El movimiento ciudadano reconvertido en coalición electoral pasó a ser el 23 de marzo una organización política con estatutos, aprobados en una asamblea fundacional que la proclamó coordinadora general. A partir de ese momento, Díaz pasó a compaginar oficialmente el liderazgo orgánico de un partido con el del espacio político.

Ya desde un primer momento la iniciativa de Díaz generó tensiones con los partidos preexistentes, en especial con Podemos, que hace meses que se borró de Sumar. En los últimos tiempos las tensiones han ido en aumento con el resto, que reprochan a Díaz que les esté minimizando. De hecho, antes de las europeas Sumar tuvo que paralizar ya la integración de los partidos de la coalición en su dirección orgánica, a la que reservaba un 30% de los puestos. Compromís decidió desde un inicio quedar fuera y Más Madrid y Izquierda Unida lo dejaron en standby. Los malos resultados de las europeas, que les han dejado sin representación después de que Díaz les relegara al cuarto y quinto puesto de la lista, hace que ambos partidos estén cuestionando en qué debe convertirse Sumar y rechacen que la vicepresidenta siga teniendo tanto poder de decisión.

Un partido más

El nuevo líder de Izquierda Unida, Antonio Maíllo, sentenció el lunes, tras la dimisión de Díaz, que Sumar "está superado" como "espacio aglutinador" y pidió abrir una "nueva etapa" en la que sea "un actor más ". "Los partidos no estaremos bajo un paraguas de nada", ha insistido este viernes en RNE. La líder de Más Madrid y ministra de Sanidad, Mónica García, habla en términos similares, distanciándose del "proceso de reflexión" que ahora abre Sumar, y le sitúa como un partido más de la coalición formada con otros como el suyo, que ya tienen "arraigo territorial". Desde Compromís mantienen que Sumar no debe desplegarse en territorios donde ya hay fuerte implantación de otros partidos de la coalición y limitan su vinculación a las citas electorales. Mientras no haya nuevos comicios a la vista, se mantienen al margen. Los comunes, los principales valedores del proyecto de Díaz, se mantuvieron en silencio estos días sobre el futuro de Sumar. En medio del debate, reúnen este sábado su consejo nacional.

De momento la vicepresidenta del gobierno español seguirá siendo la cara visible de Sumar y no dejará de formar parte de sus órganos, aunque no los lidere formalmente. Lo subrayó ella misma 24 horas después de dimitir. El grupo coordinador de Sumar, que son el 70% de la dirección que sí se nombró a la espera de la integración de los partidos, aprobó este jueves por la tarde constituir una dirección interina formada por cuatro personas afines a Díaz, de la actual ejecutiva. Son Elizabeth Duval, Txema Guijarro, Lara Hernández y Rosa Martínez. Tienen el encargo de "abrir un proceso de debate y diálogo interno y con las organizaciones que forman parte de la coalición Sumar" para responder a estas cuestiones.

Por ahora lo que parece claro es que Díaz deja un cargo sin perder ascendencia sobre el proyecto y que lo tendrá complicado para convertir a Sumar en lo que había proyectado en la asamblea fundacional de hace solo dos meses y medio. En Podemos se miran esta crisis como espectadores desde la barrera después de que, en su caso, el 9-J les haya brindado una oportunidad de mantenerse en el tablero de juego. Al día siguiente del nombramiento provisional, Díaz quiso dejar claro ante los medios su cambio de rol y rechazó responder a preguntas relacionadas con Sumar. "Esta misión corresponde ahora a los partidos de la coalición", ha dicho, limitándose a responder asuntos relacionados con su "agenda institucional".

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