Lucha contra la corrupción

Pillar corruptos, detectar fraude o ayudarte con el IRPF: los nuevos usos de la IA

El 'big data' permite generar alertas sobre pujas sospechosas radiografiando los portales de contratación pública

Una persona consultando la app de la AEAT.
16/08/2025
4 min

BarcelonaLa revolución de la inteligencia artificial (IA) ha llegado a la administración. Ya hace unos años que el sector público empezó a incorporar herramientas de procesamiento masivo de datos, pero la aceleración de estas tecnologías abre ahora nuevos horizontes: por ejemplo, para pillar corruptos, detectar fraude fiscal, ayudar a los contribuyentes a hacer la declaración de la renta o multar a quien no lleve la etiqueta ambiental al coche escaneando su matrícula. Algunos de estos mecanismos forman ya parte del día a día de la Agencia Estatal de la Administración Tributaria, la Seguridad Social o de algunos ayuntamientos. Otros apenas empiezan a tomar velocidad. Es un tema que gana peso en la actualidad política, a raíz de escándalos como el caso Cerdán o Montoro, pero también los incumplimientos de España en los compromisos anticorrupción que le reclama el Consejo de Europa.

Pero, ¿cómo puede ayudar la IA a detectar casos de corrupción como el que salpica al PSOE y al ministerio de Transportes de José Luis Ábalos? Según explica Júlia Miralles, profesora asociada de ciencias políticas en la UPF, los sistemas de big data ya permiten radiografiar los portales de contratación pública para generar alertas y revisar sospechosas adjudicaciones. Lo hacen de forma mucho menos pesada que una auditoría tradicional, pese a la dificultad añadida que supone el hecho de que, en estos momentos, no exista una plena interconexión entre estos y otros datos de que dispone el Estado sobre todo aquel que interviene. Pero, desde un punto de vista técnico, no es una tecnología difícil ni cara de implementar, según fuentes expertas consultadas por este diario.

Este sistema permite detectar las llamadas red flags para identificar sobrecostes que pueden encubrir comisiones, sea en mascarillas o en obra pública. En este campo, ya hay algunas iniciativas en marcha: la Comisión Europea ha creado una herramienta llamada Arachne para detectar irregularidades en fondos europeos, y las Oficinas Antifraude catalana y valenciana también han dado pasos en este campo. Durante la comparecencia del presidente Salvador Illa sobre el caso Cerdán, los comunes pidieron al Govern arremangarse para potenciar estas herramientas en la Generalitat.

Los casos más innovadores

Más allá de las fronteras europeas, todavía existen casos más innovadores. Con el apoyo de Microsoft, el Banco Interamericano de Desarrollo ha creado una plataforma, MapaInversiones, que utiliza IA para aumentar la transparencia en las inversiones públicas. En Costa Rica, las autoridades han unido el big data con el llamado Internet of Things (IoT) y el 5G. El resultado ha sido un sistema de cámaras a través de las cuales los ciudadanos pueden seguir en directo la ejecución de obra pública. El sistema puede detectar quién entra en la obra, pero también si, efectivamente, el volumen del hormigón, el cemento o el metal que se utilizan se corresponde con el licitado. "Pero todavía es muy experimental", apunta Miralles, especialista en integridad pública y prevención del fraude.

En China, hace un par de años se implementó un sistema que procesaba todo tipo de datos sobre funcionarios públicos para evitar conductas de corrupción. Pese a los buenos resultados, se dejó de utilizar, y el régimen no dio más detalles. En este sentido, la experta alerta sobre la necesidad de debatir cuáles deben ser los límites de estas herramientas para respetar los derechos de las personas (en particular, el de la privacidad).

Sin embargo, no toda corrupción es detectable con estos sistemas, añade el profesor de estudios en derecho y ciencias políticas de la UOC, Ismael Peña-López. Casos como el escándalo del caso Montoro, que presuntamente utilizó un despacho de abogados para pedir dinero a empresas a cambio de hacerles leyes a medida. "La administración es muy poco corrupta, porque está muy bien hecha", señala el experto, que recalca que, para dar un auténtico salto en la prevención del fraude, es necesario avanzar en la profesionalización de los directivos del sector público. Es una de las medidas que ha puesto en marcha el Govern.

Los grandes retos

El aterrizaje de estas tecnologías en la administración choca con dos grandes retos, según los expertos consultados: el primero, la legislación de protección de datos. El segundo, los procesos de la administración, que son a menudo lentos y no evolucionan al ritmo que lo ha hecho la IA en los últimos dos años. Por otra parte, la eficiencia de estas herramientas depende, a menudo, de los datos de que dispone la administración y planificación que hace de sus políticas públicas. Y aquí es donde existe un gran margen de mejora, subraya Peña-López, que también ha estudiado a fondo esta cuestión. Dicho de otro modo: para que la IA pueda trabajar, primero es necesario tener buenas bases de datos y saber para qué se quiere utilizar, teniendo presentes los sesgos que puede tener hacia colectivos vulnerables. Si se superan estos obstáculos, en unos años podrían verse avances en la prevención de desastres naturales, grandes sequías o de incendios.

Para ponerse al día con estas tecnologías, Estado, Generalitat y administraciones locales han ido a buscar empresas tecnológicas que conocen las últimas tendencias en el sector de la IA. Lluís Vicente, responsable de consultoría e innovación de la catalana Quantion, destaca, en primer lugar, la creciente implementación de chats bot en las webs del sector público: sirven tanto para ayudar a una persona a solicitar una subvención como para prestar servicio de atención a la ciudadanía. Este especialista en IA también detecta un interés creciente por saber cómo se pueden proteger los datos de la ciudadanía en el despliegue de estas tecnologías. "Estamos hablando de información sensible. A veces nos buscan porque realizamos un asesoramiento técnico, pero también ético", explica. Aquí también intervienen los expertos en ciberseguridad. El director técnico de la multinacional Trend Micro en la península Ibérica, José de la Cruz, mantiene que la IA, pese a ser una tecnología segura, pone a prueba las capacidades de las administraciones: "Los malos cada vez son más eficientes. Y la línea entre lo bueno y lo malo, a veces, es muy fina", añade.

Fuera de las instituciones, la IA avanza en política

Mientras, la IA también avanza imparable en el campo de la comunicación política. Se utiliza para hacer argumentarios, articular hordas de saltos en las redes sociales o, incluso, mejorar la tonalidad de la voz y la dicción de los dirigentes políticos en los cortes que se difunden de sus intervenciones. Así lo explica el experto en marketing político Isaac Hernández. Ya se utilizaba en la campaña de las generales del 2023, y sigue ahora: desde noticias falsas a montajes con intervenciones inventadas sobre Pedro Sánchez o al uso que ha hecho Donald Trump retratándose como el Papa o en un resort turístico ficticio en Gaza. "Es una máquina constante de comunicación. Y, ante eso, los medios tienen un papel fundamental como referencia de lo verdadero", reivindica el experto en neuromarketing.

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