El PP catalán reabre viejas guerras y debilita a Alejandro Fernández
El relevo en Tarragona arrincona al único dirigente provincial cercano al líder catalán y sitúa a una concejala que había roto el carnet del PP por enfrentamientos con él
BarcelonaEsta semana se ha materializado una sacudida en el PP catalán, con cambios en las direcciones de dos de las cuatro provincias catalanas: Tarragona y Gerona, dos demarcaciones que la dirección estatal y el propio partido en Catalunya detectaban que hacían falta relevos urgentes por razones diferentes. Pero estos cambios, en particular los de Tarragona, han hecho rememorar viejas guerras que implicaron a la nueva líder, Maria Mercè Martorell, y al actual presidente del partido en Catalunya, Alejandro Fernández –que queda más debilitado por la estructura–. En concreto, es significativa la pérdida del concejal salouense que hasta ahora era presidente, Mario García, de la máxima confianza de Fernández y que hizo campaña por él cuando muy pocos lo hicieron en el pulso con Alberto Núñez Feijóo. Es reemplazado por un equipo de signo opuesto porque abraza el "catalanismo constitucional" que desearía el dirigente gallego, según diversas fuentes, y porque sitúa como la nueva líder a Martorell, que también es concejala tarraconense –protagonista de sonoros enfrentamientos pasados con el líder catalán cuando él también era concejal y líder local–, acompañada de la ' con Josep Piqué. En Girona, en cambio, se opta por fuego nuevo para sustituir a Jaume Veray con el joven ampurdanés Daniel Ruiz, que era su número dos.
Según múltiples fuentes conocedoras consultadas por el ARA, Martorell, que en estos momentos tiene el máximo crédito de la dirección estatal, llegó a romper el carnet del partido por las peleas políticas con Fernández por el liderazgo en la ciudad hace casi dos décadas –que ganó Fernández. Dejó al PP ya la política en general en unos episodios que se recuerdan a lóbrecos en la provincia. Desde 1995 hasta 2007 fue concejala en la ciudad e incluso teniente de alcaldía de Patrimonio Histórico en los últimos ocho años –gracias a la coalición con CiU–, pero los encontronazos constantes con Fernández llegaron a un punto de no retorno y en 2007 impulsó sin éxito una plataforma. Ahora bien, en el 2023, después de más de quince años de esos hechos, Martorell fue ungida por la dirección de Feijóo como alcaldable e incluso después de los comicios, el secretario general del partido, Miguel Tellado, anunció que sería ella la que repetiría como candidata.
La histórica concejala, de profesión abogada y agente inmobiliaria, ha mostrado un talante pragmático. "Se constata lo que hay, que es que todo el mundo está con Feijóo, cuya moderada lo hace todo en catalán y liga con el catalanismo constitucional", aseguran fuentes consultadas. Un cuadro relata que "se han cargado el perfil de Fernández" con un "buen fichaje por Tarragona" que todavía se recuerda ampliamente que "salió y rompía el carnet por él". Un episodio de "problemas" con Fernández que otro cuadro recuerda bien, conocedor de que el líder del partido en Catalunya "está muy solo" en la estructura provincial, con el único dirigente cercano a él dando un paso al lado, si bien sostiene que al líder catalán "le da igual" y "deja hacer", preocupado sólo por la línea ideológica y los discursos. La pérdida de influencia provincial es evidente, pero una voz asevera de que "no hay ninguna lectura" en el sentido de querer hacer "perder peso a Alejandro Fernández".
El entorno de Fernández saca hierro de las disputas pasadas con Martorell y asegura que no tiene "ningún problema" con las entradas y salidas. Centrado en la labor de dar cuerpo ideológico al partido, desde su línea dura liberal, no se ha preocupado demasiado de una reestructuración que depende de Génova, con la que mantiene unas siempre complejas relaciones con episodios incluidos de alta tensión, incluso públicamente en entrevistas y discursos o en un libro con un mensaje claro para Feijóo. Siempre ha destacado el soporte mayoritario de las bases, que contrasta con la poca adhesión de los cuadros.
Más enredos
Que el PP de Tarragona había acumulado enredos internos era evidente. Un año antes de que Lorena Roldán plegara como senadora, el perfil oficial de X provincial anunció que renunciaba como diputada cuando, al final, los hechos demostraron lo contrario. Los tira y aflojas internos fueron intensos, con el argumento de la duplicidad de cargos –una política que Feijóo ha endurecido por todas partes–. Por contra, en Girona ha habido una "acumulación de cosas", como el exceso de cargos de Veray sumado a la recuperación de un cáncer, según fuentes cercanas al ya expresidente. Tellado y él hablaron este agosto y coincidieron en que era necesaria una transición y "un relevo de gente joven". Otras fuentes de la provincia también sostienen que "hacía falta un cambio" con un "impulso joven" para "aplicar soluciones distintas respecto a las de los últimos cuarenta años", en las que la familia Veray ha tenido un papel preeminente. Algo que algunas voces dentro de la provincia habían hecho llegar al propio Veray, diciendo que era necesario que la juventud tomara el relevo. Según fuentes conocedoras, Tellado notó que en estas dos provincias "habían que realizar cambios inmediatos para tener el partido activado, habló con Fernández y se hizo".
El reto es municipal, pero también estatal para evitar empezar con una derrota por goleada en Catalunya –en la que el PP saca solo seis diputados de los 48–. Asimismo, una fuente apunta a que "algún día tendrá que pasar lo mismo en Barcelona y acabar con las familias". Unas familias, entre los próximos, Dolors Montserrat, Fernández Díaz, Xavier García Albiol, figuras emergentes polémicas como Daniel Sirera y los versos libre o cercanos a Alejandro Fernández.