Sánchez planea una crisis de gobierno después de los indultos
La vicepresidenta Ribera dice que el líder socialista "está trabajando con qué equipo gestiona la nueva etapa" después de la pandemia
MadridSoplan aires de cambios en el gobierno español ahora que se cumplen ya tres años de la moción de censura que echó a Mariano Rajoy, y que parece que poco a poco queda atrás el peor de la pandemia. El presidente español, Pedro Sánchez, estaría decidido a avanzar la crisis de gobierno que se había especulado que dejaría para después del congreso federal del PSOE previsto para el otoño. Según han avanzado El Español y eldiario.es, el líder socialista está estudiando impulsar una crisis de gobierno para después de los indultos y antes de las vacaciones de agosto.
En una entrevista a TVE, la vicepresidenta cuarta, Teresa Ribera, ha admitido que Sánchez está trabajando en una nueva etapa de recuperación, pero ha apuntado que le corresponde a él evaluar "cómo, cuándo y con qué equipo quiere seguir gestionándola". Fuentes de la Moncloa han evitado confirmar que sea así, han atribuido a "rumores o comentarios" las informaciones publicadas y han señalado que el presidente español es el único que "podría confirmar" una crisis de gobierno.
Ronda de contactos
"El presidente del gobierno [español] está centrado en la salida de la pandemia y en la superación de la crisis económica y la agenda del reencuentro con Catalunya", enfatizan la mismas fuentes, que recuerdan que es "prerrogativa exclusiva" de Sánchez "formar y modificar su gabinete". El presidente español ha empezado una ronda de contactos con los diferentes ministros que ha levantado suspicacias. Fuentes socialistas creen que "lo más lógico" es impulsar la crisis de gobierno antes del verano para que en septiembre ya pueda empezar la nueva etapa de la que ha hablado Ribera en TVE.
Desde el inicio de la última legislatura solo ha habido dos pequeños cambios en el ejecutivo: la marcha de Salvador Illa y la de Pablo Iglesias. Ahora la reforma que rumia Sánchez es profunda y busca que el ejecutivo tenga un perfil más "político" y también amortiguar el coste por la concesión de los indultos a los presos políticos. Sería casi exclusiva de la parte socialista, puesto que del equipo de Unidas Podemos solo está en entredicho el papel del ministro de Universidades, Manuel Castells.
