¿Son compatibles las estrategias internacionales de Puigdemont y de Aragonès?

La Generalitat prioriza las inversiones y el Consell per la República la denuncia de la represión

Pere Aragonès y Carles Puigdemont se encontraron ayer a Waterloo por primera vez desde que el líder  republicano fue escogido presidente de la Generalitat.

BarcelonaReunión con el gobierno de Baden-Wurttemberg con el gasoducto Midcat entre los temas de interés. Visita a las instalaciones de IBM en Stuttgart, anuncio de una inversión de 10 millones de la multinacional Freudenberg en Parets del Vallès y visita al centro de acogida de refugiados de Berlín. Es el resumen del viaje a Alemania del president de la Generalitat, Pere Aragonès, con agenda de varios días y seguimiento diario de los medios como cuando fue hace unos meses en Francia (también ha visitado Bruselas y Escocia), y que se ha parecido más a los que hacían sus predecesores antes de la eclosión del Procés que a los que hacía Quim Torra la legislatura pasada. No se lo ha escuchado hablar, al menos en público, ni de autodeterminación ni de represión –más allá de responder a alguna pregunta a la prensa catalana–, y ha focalizado los objetivos en las relaciones económicas y de solidaridad. Todo ello, mientras Puigdemont frecuenta la Catalunya Norte y organiza viajes –como el de Cerdeña que le costó la detención– focalizados en el Procés. ¿Son compatibles las estrategias de Puigdemont y de Aragonés?

fuentes del Consell per la República, que preside Puigdemont, no tienen ninguna duda. La principal función, explican al ARA, es precisamente llegar allí donde no puede llegar el Govern teniendo en cuenta la persecución judicial, política y administrativa contra la acción exterior de la Generalitat. Por eso, que Aragonés no hable de autodeterminación en sus viajes –sí que lo hizo en su visita a Escocia, donde se reunió con Nicola Sturgeon– no les sorprende, pero tampoco les molesta. "Precisamente, entre otras cosas, vamos por el mundo para explicar que el gobierno autonómico puede tener problemas solo por hablar de autodeterminación", apuntan las fuentes del organismo privado, sometido a la legislación belga. La última decisión que han tomado es el impulso de un "ministerio libre de Exteriores" que apenas empieza a intentar captar "embajadores" en todo el mundo para explicar el conflicto catalán.

Aparentemente, sin embargo, las estrategias parecen contradictorias. Para captar inversiones, al Govern le interesa vender Catalunya como una zona económicamente próspera y políticamente estable, y, en cambio, para generar complicidades con una hipotética Catalunya independiente al Consell per la República le interesa denunciar que la represión no se para y que Catalunya está coartada económicamente y políticamente por España. En todo caso, que en el viaje a Alemania no haya entrado la autodeterminación o la represión no quiere decir que en la agenda internacional de Aragonés no puedan volver a aparecer.

Hace un mes el Parlament aprobó una moción que el Consell considera una vía más de su legitimación, que desde el minuto cero ha sido fruto de disputas sobre todo entre JxCat y ERC. Las dos formaciones, y también la CUP, avalaron "la tarea que lleva a cabo el Consell per la República en el ámbito internacional gracias a la libertad que le proporciona actuar desde fuera del estado español". Y el objetivo, decían, tiene que ser "dar a conocer el conflicto político entre Catalunya y el Estado, y hacer entender que su resolución solo es posible desde el respecto del derecho de autodeterminación de los pueblos". De hecho, las reticencias de Esquerra con el Consell tienen más a ver con el hecho de que quiera constituirse en el órgano de decisión colegiada del independentismo que en su acción internacional de denuncia.

La convivencia

Desde la Presidencia de la Generalitat no quieren abrir polémicas sobre la compatibilidad de las dos estrategias. Fuentes consultadas por el ARA exponen que cada cual tiene el derecho de aproximarse en su acción exterior como considere conveniente a pesar de que puntualizan que "la acción exterior del Govern la hace el Govern". La consellera de Exteriores, Victòria Alsina, también ha hecho ya algunos viajes, más en la línea del president de la Generalitat que en la del Consell per la República. Por ejemplo, uno de los más destacados la llevó a Bruselas para intentar recuperar la interlocución con la Unión Europea, ausente desde antes del 1-O. Alsina se reunió con la comisaria, Elisa Ferreira, encargada de Cohesión y Reformas, y le trasladó temas como las prioridades de la red Pirineus Mediterrània, las “preocupaciones” que la Generalitat tiene en relación con la gobernanza de los fondos europeos en España y la reivindicación del papel del catalán dentro de la Unión Europea. El Procés también estuvo ausente.

Cuando se dio a conocer la propuesta del "ministerio libre de Exteriores", Alsina enseguida aseguró que no había problema. Fuentes del departamento insisten en que se puede trabajar en "lógica de complementariedad" con entidades que tienen "una vertiente internacional y objetivos que son buenos para el país". También reivindican el trabajo hecho desde el primer día para "aumentar el prestigio del país en el exterior" y recuerdan que la consellera ya ha hecho viajes a siete países diferentes.

La amenaza latente

Una de las cuestiones de fondos que lo condicionan todo son las trabas existentes para hacer política exterior en tiempo del Procés. Por ejemplo, está la causa abierta del Tribunal de Cuentas que amenaza con embargar una cuarentena de altos cargos. Tal como explicó hace unos meses el ARA, procesos judiciales como estos preocupan a los funcionarios y condicionan el trabajo. En septiembre del año pasado, en una entrevista también con el ARA, Alsina decía que no quería que el Tribunal de Cuentas dictara lo que se tenía que hacer y lo que no, pero a la vez afirmaba que hacía falta "ser inteligentes y maximizar la capacidad de acción exterior sin poner en riesgo a los trabajadores".

Desde el Consell se asume que el gobierno autonómico "hace lo que puede" y consideran que lo que ha hecho con la moción parlamentaria es "externalizar" parte de su tarea exterior, aquella que en el modelo autonómico podría ser considerada ilegal. Por eso, llaman a puertas, organizarán actos y pagarán jornadas que en el pasado habían formado parte de las funciones de la Generalitat. Y no solo esto: también se plantean que, esta vez sí, el independentismo esté preparado para conseguir apoyos internacionales en el momento en el que decida volver a desafiar la indisoluble unidad de España.

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