Salud

El 13% de los adolescentes del mundo tiene un trastorno mental diagnosticado

Unicef urge a aumentar la inversión en salud emocional y a romper el tabú para mejorar la atención entre los más jóvenes

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Pacientes de la Unidad  de Crisis para Adolescentes UCA del hospital Benito Menni, en Sant Boi de Llobregat, en una imagen de archivo

BarcelonaUno de cada siete adolescentes de 10 a 19 años en todo el mundo sufre algún problema de salud mental diagnosticado. Casi 46.000 se quitan la vida cada año. Pero, a pesar de la crudeza de los datos, los gobiernos continúan olvidando y maltratando la atención de este tipo de trastornos y, de media, les destinan tan solo el 2,1% de sus presupuestos de salud. De hecho, hay países de renta medio-alta que no le destinan ni tres dólares anuales per cápita. La pandemia no ha hecho otra cosa sino agravar el estado emocional de jóvenes y adolescentes, que viven con sufrimiento la incertidumbre del futuro. Los datos se recogen en el informe anual sobre la situación de la infancia que ha hecho Unicef, que reclama a las instituciones públicas más atención económica y médica. "Las consecuencias de la pandemia tienen un gran alcance, pero son solo la punta del iceberg", explica la directora ejecutiva de la agencia, Henrietta Fore, que denuncia que "no se está dando suficiente importancia a la relación entre la salud mental y sus consecuencias a lo largo de la vida".

Fore señala que la pandemia "solo muestra la punta del iceberg" de una situación dramática alrededor de depresiones, tristezas y dolor emocional que afecta a los jóvenes de todo el mundo, sin distinción de clases sociales ni de la riqueza de los países. Para mejorarlo, Unicef urge a hacer un abordaje integral, poniendo la atención a la salud mental al mismo nivel que la salud física, y en este sentido reclama un compromiso económico de los gobiernos para aumentar las partidas para la atención de la salud mental, con más servicios y profesionales. Para el presidente de Unicef en España, Gustavo Suárez Pertierra, las inversiones actuales son "absolutamente insignificantes" para el grueso de una problemática que repercute no solo en el adolescente enfermo sino también en sus familias y sus comunidades.

En la presentación del informe, Suárez Pertierra ha advertido de que es "urgente y fundamental" romper con los silencios y los tabúes que rodean este tipo de enfermedades, puesto que tradicionalmente el velo de incomprensión que ha habido hacia las personas enfermas les añade un dolor extra porque se les estigmatiza. Según explica, a menudo este señalamiento les obliga a dejar su casa o los estudios para huir del acoso o les hace convivir con el trastorno en solitario por miedo a ser objeto de comentarios y discriminaciones por parte de la comunidad. La agencia de la ONU para la infancia aconseja hablar sobre la salud emocional libremente para escuchar las inquietudes de los jóvenes, que reclaman ser escuchados para superar el sufrimiento. De hecho, el 83% de estos adolescentes creen que pueden salir de esta si cuentan con herramientas y un apoyo adecuado.

El informe
'Estado Mundial de la Infancia 2021. En mi mente: promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia' de Unicef

Los datos que aporta Unicef, que por primera vez dedica su informe anual a la salud mental, son sobrecogedores. El suicidio se sitúa entre la tercera y la quinta causa de muerte entre jóvenes y adolescentes a nivel global, dependiendo de la edad y el género, por detrás de los accidentes de tráfico, la tuberculosis, la violencia interpersonal o las diarreas. En Catalunya ya es la primera causa de muerte no natural.

Cada minuto se suicidan 11 adolescentes en el mundo; en total, 45.800 víctimas al año. Unas 80 millones de niños de entre 10 y 14 años tienen un trastorno y 86 millones más en el tramo de entre 15 y 19 años (una población similar a la de Alemania, el país más poblado de la Unión Europea). La depresión y la ansiedad son las patologías con más prevalencia, un 40%, junto con los trastornos por déficit de atención con hiperactividad, la bipolaridad, los de espectro autista o de la personalidad y los alimentarios.

Según los primeros resultados de una encuesta internacional realizada por Unicef y Gallup entre niños y adultos de 21 países –que se avanza en este informe de la infancia–, una media de uno de cada cinco jóvenes de entre 15 y 24 años encuestados afirma que a menudo se siente deprimido o tiene poco interés en hacer algún tipo de actividad. En España, los resultados de la encuesta revelan que casi seis de cada diez jóvenes de entre 15 y 24 años a menudo se sienten preocupados, nerviosos o ansiosos y poco más de un tercio tiene este sentimiento "a veces". Además, el 11,5% asegura que están deprimidos o tienen poco interés en hacer cosas "a menudo" y el 68% "a veces".

Al alto coste personal, la Escuela de Economía y Ciencia Política de Londres añade la factura económica por este sufrimiento emocional, que se traduce en la discapacidad que provocan las enfermedades mentales y el suicidio juvenil: poco menos de 335.000 millones de euros.

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