"Si alguien que lleva 20 años en coma se despertara no reconocería al país"
Expertos alertan de que el discurso "simplista y nostálgico" de la extrema derecha no solucionará los retos demográficos
BarcelonaSeguramente, el mayor mito demográfico es creer que podremos volver a vivir en una sociedad como la de antes. "No volveremos a ser generaciones con grandes familias, con mujeres cuidando a muchos hijos", afirma Dolores Puga, investigadora del Grupo de Investigación sobre Envejecimiento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Ante esto, adaptarse al presente puede ser más eficiente, según la experta, que intentar volver al pasado. Y puede serlo aunque el discurso "nostálgico", vehiculado por la extrema derecha, de subir la natalidad sea como sea pueda ser "muy goloso", corrobora Andreu Domingo, subdirector del Centro de Estudios Demográficos (CED).
El título del coloquio, moderado por la periodista del ARA Natàlia Vila, era Demografía: los retos de la sociedad del futuro, que también es el título de la nueva edición de la revista Ideas. Más de cien páginas para entender hacia dónde vamos como sociedad. Y para entender estas recetas, ambos expertos han intentado primero rebatir los falsos mitos sobre el futuro demográfico de Catalunya. Unas sociedades posttransicionales, que han pasado de un régimen tradicional, de baja natalidad y mortalidad, hacia todo lo contrario.
Y el primer mito es que la natalidad es el antídoto de todos los males. "En el siglo XX la población no creció por la natalidad o la inmigración, sino por el aumento de la supervivencia", apuntó Puga. Y otro mito verbalizado por Domingo: sólo un 13% de la inmigración que recibe Europa viene de fuera de las fronteras comunitarias. Es decir, que la demografía, han dicho los expertos en un debate que se ha celebrado este miércoles en el Recinto Modernista de Sant Pau, no entiende de dicotomías.
Por ejemplo, ¿por qué los catalanes tienen ahora menos hijos? Ha aumentado el coste de la crianza, también la sociedad cada vez opta por valores más individuales; hay una brecha entre los hijos deseados (la parejita sigue siendo la más querida) y los que finalmente se tienen; los proyectos profesionales compiten con la formación de familias, y en ocasiones no sólo es difícil tener un hijo sino tener una pareja. Todo esto que ha apuntado Domingo resume la sociedad actual en un país donde "si alguien que lleva 20 años en coma se despertara no le sabría reconocer".
"Demografía anclada al pasado"
"Pero no se arregla con que las mujeres tengan más hijos", ha insistido Puga. Y aquí es donde entran los discursos simplistas. "Interpretan una demografía anclada al pasado", reitera la investigadora, lo que acaba "aterrorizando a la población" y provocando un desplazamiento de responsabilidades: se pasa de aceptar que hay problemas que deben afrontarse como sociedad a culpabilizar a los comportamientos individuales.
Según los expertos, no hay recetas únicas, pero sí soluciones que deben empezar a implementarse. "Si planteamos el país de una forma cada vez más restrictiva, el problema lo tenemos nosotros", ha dicho Domingo, y ha añadido que las segundas generaciones de migrantes son, en buena parte, las que tendrán que transformar el país, y por eso es "fundamental" garantizar sus derechos. De la misma manera que, según Puga, es necesario adaptarnos a ser más viejos ya serlo, en muchas ocasiones, solos. Aquí es donde es necesario, en su opinión, adaptar los cuidados, hacerlos más complementarios y no empezarlos sólo cuando la situación ya es crítica. Dejar de ver el envejecimiento es, en esencia, "el paso previo a la desaparición".