Barcelona

Collboni no tiene prisa por encontrar socios

La opción de un pacto sólo con ERC se suma al abanico de posibilidades del alcalde de Barcelona

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, junto a la primera teniente de alcalde, Laia Bonet
17/12/2023
3 min

BarcelonaDurante muchas semanas, en el Ayuntamiento de Barcelona se dio por supuesto que la investidura de Pedro Sánchez desataría también el rompecabezas del gobierno municipal, donde Jaume Collboni gobierna en franca minoría –solo 10 concejales de 41– desde que el 18 de junio va conseguir la vara de alcalde con los votos in extremis de los comunes y el PP. Ahora, cuando hace un mes que Sánchez es presidente y seis que el PSC gobierna en solitario en la capital catalana, nadie espera que pronto haya acuerdos en el ayuntamiento. Aunque mantiene conversaciones abiertas con todo el mundo, Collboni ya no tiene prisa por encontrar socio. recientemente cuando en una entrevista en Intermèdia Comunicació se fijó como objetivo tener aprobados los presupuestos “antes de la primavera”. “Quiere tener tiempo para ver cómo queda finalmente el escenario”, apuntan fuentes socialistas, que subrayan que, una vez se confirme este viernes el adiós de Ernest Maragall, todavía faltará por resolver la despedida de Xavier Trias –que ya ha dicho que se marchará pronto– y de Ada Colau, que todo el mundo da por hecho que no continuará, pero que aún no ha definido un futuro que podría estar en Bruselas: hay elecciones europeas en mayo.

Collboni tiene sobre la mesa principalmente dos opciones: un acuerdo con Junts per Catalunya o un pacto a tres bandas con Barcelona en Comú y Esquerra. El alcalde ha insistido en público en que prioriza esta segunda opción, pero dentro de su partido –y también de su propio gobierno– hay voces que prefieren el acuerdo con Junts. De hecho, por ahora las conversaciones que mantiene Collboni avanzan mucho más rápido con los de Xavier Trias que con Ada Colau y los republicanos. Hasta el punto de que, según explicó el lunes el portavoz de Junts, Jordi Martí Galbís, en su caso ya se está hablando incluso de qué áreas de responsabilidad tendría cada partido en un hipotético gobierno de coalición. Sin embargo, las mismas fuentes son escépticas sobre el éxito final de estas conversaciones y creen que a última hora Collboni acabará optando por un gobierno de izquierdas. Desde Barcelona en Comú i Esquerra, en cambio, explican que en su caso prácticamente no ha habido avances y que ni siquiera se ha entrado a negociar nada.

La relación con los comunes

El gobierno con Junts o el tripartito con los comunes y ERC no son las únicas opciones con las que cuenta Collboni. Hay voces que animan al alcalde socialista a seguir gobernando en solitario todavía unos meses, viendo que el gobierno va haciendo sin demasiados inconvenientes más allá de los presupuestos y las ordenanzas fiscales. La imposibilidad de que la oposición articule una mayoría alternativa por el veto cruzado entre los comunes y Junts alimenta esta opción, ya que incluso en el caso de querer evitar la prórroga presupuestaria, Collboni podría aprobar las cuentas sometiéndose a una cuestión de confianza que ganaría.

Fuentes socialistas apuntan todavía a otra posibilidad. Un pacto de gobierno sólo con ERC que no incluyera a los comunes. Los republicanos están en pleno proceso de reflexión interna en Barcelona tras el batacazo de hace medio año, pero la opción de dejar huella en el gobierno tras un mandato dándole estabilidad desde fuera les puede seducir, sobre todo si en más los comunes quedan fuera, forzados a tener que decidir en cada debate entre apoyar a un gobierno progresista o votar con los grupos de la derecha. Además, la sintonía que tiene Collboni con la futura líder de ERC en el Ayuntamiento, Elisenda Alamany, es muy superior a la que tenía con Ernest Maragall. En el trasfondo de esta opción está también la confluencia de intereses entre PSC y ERC, que aspiran a morder a parte del electorado de los comunes una vez se marche Ada Colau.

La relación entre los socialistas y sus antiguos socios de gobierno en los últimos mandatos tampoco es la mejor. Los debates en las comisiones –donde como ocurrió este martes entre Janet Sanz y Laia Bonet frecuentan los enganches entre los concejales del gobierno municipal y los de los comunes– son una buena muestra de ello.

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