La Guardia Urbana pondrá las nuevas pistolas Taser en manos de los mandos de los antidisturbios

BarcelonaLa Guardia Urbana de Barcelona pondrá en manos de los mandos de su unidad de antidisturbios las nuevas pistolas eléctricas con las que espera contar a principios del 2026. Esta es una de las claves del protocolo para regular el uso de este tipo de armas que ha aprobado el gobierno de Jaume Collboni, que establece que antes de poder utilizarlas los agentes tendrán que pasar por unos cursos de formación.

El reglamento, que el gobierno municipal ha presentado este viernes a los grupos, prevé también que cada vez que un agente de la Guardia Urbana desenfunde una de las pistolas eléctricas del cuerpo, se active la cámara de videovigilancia que llevará encima. De esta forma se quiere tener constancia en todo momento de cómo se ha procedido en cada caso y facilitar el trabajo de la unidad de Asuntos Internos, que revisará cada actuación que se lleve a cabo.

El protocolo quiere definir quién y cuándo puede usar este nuevo armamento, largamente reivindicado por los mandos de la Guardia Urbana, que subraya que además de los Mossos hay 78 municipios catalanes. donde la policía local cuenta con este tipo de pistolas, defiende que puede ayudar a reducir la necesidad de uso del arma de fuego en situaciones tales como las de una persona que amenaza de utilizar un arma blanca.

Fuentes de la Guardia Urbana han explicado que durante todo el 2024 la Guardia Urbana vivió 13 situaciones de riesgo en las que hubo que desarmar a una persona que llevaría un arma blanca, cinco más que durante el 2023. "Aquellas acabaron bien, pero con un arma blanca puedes poner fin a la vida de una persona", avisan desde el cuerpo, y subrayan que las nuevas pistolas eléctricas deben facilitar este tipo de intervenciones.

Inmovilizar a una persona que amenace a los agentes o terceras personas con armas u objetos peligrosos es, de hecho, uno de los supuestos previstos en el protocolo para el uso de estas pistolas. También prevé su uso para reducir a una persona que muestre una actitud violenta hacia los agentes o terceras personas, o que muestren una resistencia activa que "ponga en peligro la integridad física" de los policías o de terceras personas.

En cambio, el texto prohíbe "como norma general" y siempre que los agentes puedan "percibir" estas condiciones, utilizarlo contra menores de 14 años, embarazadas, personas mayores o débiles de salud. Tampoco está permitido utilizar la pistola eléctrica en manifestaciones o concentraciones de mucha gente siempre que no sea contra alguien que está poniendo en riesgo la integridad física de terceros.

El protocolo no incluye un número máximo de descargas que se pueden hacer contra alguien, si bien fuentes policiales subrayan que normalmente con un disparo –de una duración máxima de cinco segundos– debería bastar para inmovilizar la persona. En todo caso, las mismas fuentes remarcan que el protocolo sí establece que todas las actuaciones deben regirse por los principios de "proporcionalidad, congruencia y oportunidad".

También se prevé que, "siempre que las circunstancias lo permitan", las pistolas eléctricas sólo se utilicen avisando previamente a la persona contra la que se dispara y después de haber utilizado las vías del diálogo y la negociación.

22 pistolas eléctricas para la Guardia Urbana

La previsión del ejecutivo de Collboni es, tras negociar con los grupos, llevar este protocolo a debate a la comisión de Presidencia del mes de marzo para que se pueda aprobar inicialmente. presentar alegaciones antes de que se produjera el debate final en un pleno, posiblemente en junio Será una vez aprobado el reglamento cuando el Ayuntamiento comprará las 22 pistolas de las que quiere disponer el cuerpo y que deberían poder empezar a utilizarse a partir de enero del 2026.

El objetivo de la Guardia Urbana es que siempre haya 10 disponibles entre las patrullas de antidisturbios que hay en cada distrito de la ciudad para permitir una actuación rápida siempre que sea necesario. Según fuentes policiales, este tipo de armamento permitirá a la Guardia Urbana disparar a una persona para inmovilizarla desde una distancia aproximada de 13 metros como máximo.