La justicia avala la continuidad de las obras en la Vía Laietana

La transformación de la Vía Laietana que Barcelona empezó el mes pasado seguirá adelante con el plan previsto por el Ayuntamiento después de que el enjuiciado contencioso administrativo número 14 de Barcelona haya denegado la parada cautelar de las obras solicitada por Foment del Treball y Barcelona Oberta, que han presentado un recurso contra el proyecto. Las dos entidades entienden que hacían falta más estudios para sacar adelante la transformación y que puede tener consecuencias "graves" para la movilidad metropolitana. Pero la resolución a la cual ha tenido acceso este diario niega que sea necesario suspender los trabajos de manera cautelar porque, apunta, quien tendría que asumir el coste económico de una eventual marcha atrás de las obras no serían los denunciantes sino el mismo Ayuntamiento.

El texto, de hecho, considera contradictorios los dos motivos que los denunciantes alegan para justificar la parada cautelar de los trabajos, que son, por un lado, que la reversión de la reforma supondría un gran coste para las arcas públicas y, por otro, que no sería posible devolver a la Vía Laietana su "función básica de interés metropolitano". El juez cree que si realmente no fuera posible dar este paso atrás no habría ningún impacto económico para las arcas municipales. Y, por lo tanto, defiende que las obras continúen. Los trabajos ya cortan estos días la circulación en sentido subida a partir de la plaza de Antoni Maura.

La reforma aprobada para la Vía Laietana limitará la circulación de tránsito privado a un único carril en sentido bajada (con la velocidad limitada a 30 km/h) y se espera que esté terminada en 2024. El nuevo proyecto busca dejar atrás el protagonismo del tránsito que siempre ha acogido la Vía Laietana, por donde, según datos del 2018, circulan cada día unos 47.000 vehículos. Con la reforma, las aceras se ampliarán hasta los cuatro metros (el compromiso municipal es que el nuevo espacio no lo ocupen terrazas).

El sentido de subida quedará restringido a bicicletas (con carril segregado), transporte público y vecinos (como ya se hace en la Rambla, se controlará con cámaras que quién utilice el carril sea vecino de la zona o tenga destino en la misma Vía Laietana). En cuanto a la bajada, habrá un carril pensado para el tránsito privado y uno compartido entre bicicletas y autobús, como el que ya funciona en la calle Creu Coberta.