Can Ruti crea la primera unidad pediátrica integral de Catalunya de covid persistente

Tratan con preadolescentes y adolescentes que hace meses que tienen síntomas

Gerard Fageda Soler
3 min
Equip de la nova unitat pediàtrica de covid persistent de Can Ruti

BarcelonaEl 12 de marzo de 2020 la madre de Nerea, que es enfermera de UCI, tuvo los primeros síntomas de covid y, al día siguiente, lo cogió su hija, que tiene 12 años. Primero tuvieron unas décimas de fiebre, tos y disneas. La madre –se quiere mantener en el anonimato–, de 43 años, tuvo problemas de respiración muy graves durante tres semanas y actualmente si hace esfuerzos se ahoga, pero Nerea lo ha pasado mucho peor y todavía hoy, 12 de enero de 2021, no puede hacer vida completamente normal.

Después de los síntomas respiratorios, tuvo diarreas y cefaleas muy fuertes, hasta que en junio del año pasado le vino un dolor ocular "impresionante", mareos, vómitos y una parálisis en la parte inferior de la mandíbula. "Parecía un ictus", compara la madre, que explica que finalmente ingresaron a Nerea en el hospital a pesar de que los médicos descartaron que tuviera nada que ver con el covid. Antes, además, ya habían llamado al CAP, pero simplemente les dijeron que los síntomas ya irían desapareciendo.

De hecho, según denuncia el Colectivo de Afectados y Afectadas Persistentes por el Covid-19, si la "invisibilización" de casos de covid persistente es "preocupante", todavía lo es más en los niños. Por este motivo, cuando la madre de Nerea se enteró a través del colectivo de que el Hospital Germans Trias i Pujol quería poner en marcha una unidad de covid persistente pediátrica para adolescentes y preadolescentes en Catalunya no dudó en apuntarse.

En Can Ruti, el primer día ya le hicieron una ecografía pulmonar –vieron que solo funcionaba el 40% del pulmón derecho–, analíticas, radiografía en el tòrax y la visitó el rehabilitador, que le propuso ejercicios respiratorios para ejercitar el diafragma. De hecho, por casos como este, que presenta diferentes síntomas derivadas del covid, la jefa de servicio de pediatría de Can Ruti, Maria Méndez, destaca la importancia de crear una unidad integral y multidisciplinaria que cuenta con especialistas en enfermedades infecciosas, neurología, neumología y cardiología, y trabajan con el Institut Guttmann para los que necesitan rehabilitación cognitiva. Durante una época, Nerea también tuvo problemas neurológicos. "Se le acalambraban los brazos y las piernas y la tenía que ayudar a levantarse del sofá como si fuera una anciana de 90 años", explica la madre.

Además, tal como destaca la doctora Méndez, los psicólogos y los psiquiatras también juegan un papel importante. "El hecho de encontrarse mal de forma prolongada tiene repercusiones emocionales evidentes; no pueden quedar con los amigos o hacer deporte porque se cansan y tienen debilidad, y algunos no pueden ni ir a la escuela y tienen que dejar las extraescolares", apunta la doctora Méndez, que dice que la mayoría de casos son chicas de entre 14 y 16 años. Por suerte, Nerea no ha tenido que necesitar este tipo de apoyo a pesar de que hasta junio solo salía de casa para ir al médico, y todavía ahora no puede hacer, por ejemplo, educación física en el instituto; y también le cuesta mucho más concentrarse a la hora de estudiar. Pero, sobre todo, como la mayoría de casos, se cansa muy rápido, tiene debilidad y fatiga.

Desde que el programa de Can Ruti se puso en marcha, el 15 de diciembre, y Nerea va, ha dado un paso adelante muy importante. "A pesar de que no sabemos si se curarán del todo ni cuánto tardarán, lo que es seguro es que con ayuda física y neurocognitiva mejoran mucho", apunta Méndez, que explica que de momento solo están tratando a 14 pacientes –hay más en lista de espera– y no han tenido que destinar recursos extra al proyecto, pero que si tienen un alud de peticiones, se lo tendrán que replantear. También el jueves de la semana que viene Can Ruti ya ha organizado una videollamada con diferentes hospitales de Catalunya para difundir el proyecto.

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