Segunda noche de disturbios por Pablo Hasél en Barcelona, Girona y Lleida

Los Mossos detienen a 29 personas en las diversas protestas, en las que se producen barricadas y destrozos

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Una barricada en la calle Balmés de Barcelona

BarcelonaCatalunya vivió ayer una segunda noche de disturbios en las protestas por el encarcelamiento de Pablo Hasél. Barcelona, Girona y Lleida fueron las tres ciudades donde se produjeron nuevas escenas de contenedores y barricadas quemadas y también destrozos en establecimientos. Los Mossos detuvieron más personas que el día anterior: 10 en Barcelona, 12 en Lleida, 5 en Girona y 2 en Tarragona –allá se cortó la autovía A-7–. Ocho personas resultaron heridas, siete en Barcelona y una en Lleida. En la capital catalana ayer se vieron más incendios que martes con llamas muy virulentas, y los bomberos no daban al alcance para apagarlos. Los manifestantes quedaron dispersados por el Eixample y quemaron barricadas de manera simultánea en varios puntos.

La marcha de Barcelona arrancó en los Jardinets de Gràcia –la Guardia Urbana calculó que se habían concentrado 2.200 personas, entre las cuales en el principio se podía ver gente de todas las edades– y bajó por el paseo de Gràcia sin incidentes. La tensión empezó cuando la manifestación llegó a la plaza Urquinaona y algunos participantes empezaron a mover contenedores y vallas. Después de unos lanzamientos contra los Mossos, que impidieron con las furgonetas de la Brigada Móvil (Brimo) que la marcha continuara hacia la Vía Laietana, se produjo la primera quema de contenedores de la noche.

En aquel momento, la estrategia de la policía fue aplicar la técnica conocida como carrusel en Urquinaona: las furgonetas de la Brimo circularon de manera rápida por la plaza para dispersar a los concentrados. La maniobra provocó que los manifestantes se esparcieran, pero esto no paró los disturbios. Justo el contrario, porque entonces empezaron a quemar nuevas barricadas, primero en la plaza Catalunya y a continuación por los alrededores: la rambla de Catalunya, la ronda Universitat y las calles Balmes, Pelai y Pau Claris y la plaza Universitat, entre otras.

Los vehículos policiales en las barricadas de plaza Urquinaona

El impacto del toque de queda

La situación, que empezó en Urquinaona antes de las ocho y media del anochecer, se alargó hasta pasadas las diez de la noche, coincidiendo con el inicio del toque de queda, en el Eixample de Barcelona. El perfil de los concentrados que quedaron era gente joven –el día anterior los detenidos tenían entre 17 y 25 años y eran residentes de la zona donde protestaban– que encendían contenedores, vallas y lo que encontraban mientras las furgonetas de la Brimo les corrían detrás, con agentes que bajaban de vez en cuando y disparaban proyectiles de foam, y los bomberos apagaban los fuegos de llamas altas. Las obras en la ronda Universitat dificultaron que los vehículos circularan.

Algunas personas entraron en un hotel del passeig de Gràcia y en un concesionario de coches de la Gran Vía, e hicieron destrozos en estos dos establecimientos y en otros, y quemaron algunas motos.

Detenciones una vez disueltos

Los disturbios en Girona se produjeron una vez desconvocada la manifestación por Hasél, cuando algunos asistentes lanzaron botellas y petardos a la línea policial ante la Subdelegación del gobierno español en Girona, informa Maria Garcia. Los Mossos desplegaron varias unidades de antidisturbios del ARRO que dispersaron los participantes por la plaza 1 de Octubre. Algunos hicieron barricadas en la calle Santa Clara y el Pont de Pedra y continuaron en el barrio viejo de la ciudad, por la plaza del Vi y la calle Ciutadans. Agentes de paisano hicieron las detenciones cuando se disolvían los concentrados que quedaban.

Enfrentamientos entre manifestantes y policía en Lleida por la protesta del encarcelamiento de Pablo Hasél

En Lleida la marcha llegó a la prisión de Ponent, donde Hasél está entre rejas desde martes, y acabó con contenedores quemados y lanzamiento de objetos contra el cordón policial, y los Mossos dispararon proyectiles de foam, informa Imma González. En cambio, en Vic, donde martes varias personas destrozaron la comisaría, rompiendo los cristales y las cámaras de seguridad, la concentración de ayer transcurro sin incidentes. El conseller de Interior, Miquel Sàmper, había hablado horas antes de “violencia gratuita” contra la policía y que los Mossos redimensionarían los efectivos, pero después de la segunda noche de disturbios esta mañana vuelven a comparecer.

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