Societat

Cataluña, a la cola en inversión educativa

El crecimiento del número de alumnos vulnerables respecto a otros países y comunidades españolas se traduce en una pérdida de equidad

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Imagen de archivo de un aula en el IES Jacint Verdaguer, en Sant Sadurní d'Anoia.

Barcelona¿Los malos resultados de Catalunya en las pruebas PISA se explican por la inversión que destina el país en educación? "No es la única de las razones, pero sí una de ellas", responde el analista de políticas públicas de Esade Lucas Gortazar, especializado en políticas educativas. El experto sitúa tres razones tras el fracaso catalán: la pandemia (común en el resto de países), un elevado volumen de alumnado recién llegado y vulnerable a Cataluña en relación a otras comunidades y países, y una baja inversión presupuestaria en esta materia. A la hora de realizar la radiografía de los países y comunidades participantes en las pruebas PISA, Cataluña sale perdiendo se mire como se mire. Castilla y León, la comunidad española con mejores resultados, invierte en educación casi el doble de su producto interior bruto (PIB) que Catalunya. Un 4,49% frente al 2,52%. En comparación con los países de la OCDE, la relación entre los presupuestos educativos y el PIB catalán también está lejos de Estonia, Alemania, Francia o Japón. Con una única excepción: Singapur, que es el país que lidera el ranking de resultados, pero tan sólo invierte un 2,39% de su presupuesto público en educación.

Inversió en educació segons posició en el rànquing de les proves PISA
En percentatge del PIB
Les xifres a Espanya

Ahora bien, las diferencias entre el país asiático y la realidad catalana son muchas. De hecho, una de las variables donde Cataluña tiene un perfil muy distinto al del resto de países es en la cantidad de alumnos recién llegados que atiende. El informe PISA incluye en este grupo tanto a los alumnos nacidos en Cataluña, pero de madre extranjera, como a los alumnos nacidos fuera de Cataluña: un 24% lo son. En cambio, este alumnado es sólo un 1% del total en Japón, que ha obtenido los terceros mejores resultados en las pruebas PISA de este año. El porcentaje catalán es similar al de Alemania (26%), que este año también ha obtenido los peores resultados de su historia.

Pero es que el índice social, económico y cultural catalán (-0,02% según los baremos que utiliza PISA) también está muy lejos del castellano-leonés (+0,08%), si la comparativa se realiza dentro de España . Y queda por debajo de países como Estonia (+0,08%), que ha obtenido los cuartos mejores resultados en el ranking PISA. Los redactores del informe explican que la influencia de ese índice en los resultados no es "la misma" en todos los países. Pero sí que es una buena referencia, aseguran, sobre la "equidad" de cada sistema educativo. "Cuanto mayor sea el porcentaje de variabilidad, menor es el nivel de equidad del sistema educativo", concluyen los redactores del informe, que añaden que Catalunya tiene un modelo menos equitativo que la media española.

"La inversión es la gran asignatura pendiente", subraya Gortázar. El dinero que destina Cataluña a cada alumno (5.229,5 euros por cada estudiante este curso 2023-2024 si la comparativa se hace con los presupuestos de Educación de este año) queda lejos de los 6.082 euros que, de media, invierten los países del continente europeo. Entre la cifra que destina Cataluña por cada estudiante y la que destina Castilla y León este año hay una diferencia de más de 1.300 euros. El gobierno castellano-leonés invierte 6.555,5 euros en cada niño o adolescente. Sin embargo, Cataluña no es la comunidad que dota con menos dinero a sus estudiantes. Por ejemplo, en Andalucía la inversión media por alumno este año es de 4.722,6 euros. La comunidad andaluza es una de las que peores resultados ha obtenido en las pruebas PISA: es la cuarta por la cola del ranking español. De hecho, cae hasta el decimonoveno puesto, mientras que Catalunya ocupa el decimoséptimo.

Focalizar los recursos

Gortázar calcula que Cataluña debería aumentar al menos en 1.000 euros la inversión por alumno. Ahora bien, también advierte que no se trata sólo de verter dinero en la educación, sino de ponerlo donde toca. Y, en este sentido, el analista considera que es en la atención al alumnado vulnerable (a menudo también coincide esta variable con el hecho de ser recién llegado) donde es necesario poner los recursos. "Hay que aumentar la inversión sobre todo en el alumnado que tiene más necesidades, reforzar los programas con este tipo de estudiantes, rebajar las ratios en las aulas, realizar más tutorías individualizadas, fomentar las competencias básicas y las adaptaciones lingüísticas", subraya. "Dónde más crece el sistema está en las bolsas de pobreza, está en juego la igualdad de oportunidades", añade.

Más allá de eso, Gortázar apunta a otro factor: la importancia que se da a la educación, entre las familias y los propios estudiantes, como herramienta de progreso o de oportunidades. Sin embargo, recuerda que los índices que ofrece el informe PISA son sólo "una métrica" ​​y que hay que tener en cuenta el resto de evaluaciones que se realizan a escala internacional, española y catalana para poder realizar la radiografía completa de los puntos fuertes y débiles de nuestro sistema educativo.

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