Competencias básicas

¿Por qué las faltas de ortografía no restan en las pruebas de Educación?

El departamento defiende que no se penalizan los errores porque los ejercicios no son de expresión escrita

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Una nueva forma de evaluar las competencias básicas en la secundaria A partir de este curso 2018-2019 se utilizarán calificaciones cualitativas en lugar de cuantitativas El equipo docente evaluará las competencias que se trabajan desde diversas materias

BarcelonaEste curso, por primera vez, se están haciendo pruebas de nivel a todos los alumnos de 4º de primaria y 2º de ESO del Estado para cumplir con lo que marca la ley de educación española Lomloe. En Cataluña estos exámenes, llamados "pruebas de diagnóstico", se están aplicando durante el mes de abril y evalúan las competencias de cinco ámbitos: matemáticas, lengua inglesa, ciencias experimentales y lengua y literatura castellana y catalana. A diferencia de lo que ocurre con las tradicionales pruebas de competencias básicas (que desde este martes harán los alumnos que terminen la primaria y la ESO), la corrección de estos nuevos exámenes depende del mismo docente que normalmente da clase a los alumnos evaluados y no de un profesional externo.

Más allá de la indignación por el incremento de trabajo que supone la corrección de estos exámenes, varios docentes se han mostrado indignados por el "bajo nivel de exigencia" de los exámenes de catalán y castellano, ya que, por ejemplo , no prevén que el alumno desarrolle ningún texto largo. También critican que, tal y como dice el documento de corrección que se ha hecho llegar a los centros, al que ha tenido acceso el ARA, a la hora de corregir las preguntas abiertas "los errores ortográficos y gramaticales no deben tenerse en cuenta, salvo que dificulten en serio la comprensión del significado de la respuesta".

"Es una prueba muy básica que no pide ningún conocimiento en profundidad", critica un docente de catalán de un instituto del Maresme, que, al ser interventor de las pruebas, prefiere mantenerse en el anonimato. El profesor asegura al ARA que ya ha empezado a corregir los exámenes y que se ha encontrado que en las preguntas de respuesta abierta la mayoría de alumnos han sacado la puntuación máxima. "Si los resultados son estos, la prueba no sirve para mostrar el nivel, porque normalmente no todos los estudiantes sacan un excelente a catalán, ni mucho menos", critica. En este sentido, insiste en que esto se debe a la "poca dificultad" de la prueba y al hecho de que las faltas de ortografía no queden en la nota final.

El hecho de que en las pruebas de diagnóstico y en gran parte de los ejercicios de las pruebas de competencias básicas no se tengan en cuenta los errores ortográficos tiene una explicación, según la conselleria de Educación. Fuentes gubernamentales confirman a este diario que esta decisión se fundamenta en que las pruebas no tienen un ejercicio de expresión escrita como tal. Defienden que tanto en las pruebas internacionales como en el Estudio Internacional de Progreso en Comprensión Lectora (PIRLS) o PISA, así como en los criterios de corrección del ministerio de Educación (del que dependen las pruebas de 4º de primaria y 2º de ESO ), se especifica que "las faltas de ortografía sólo restan cuando se evalúa específicamente la expresión escrita".

A diferencia de lo ocurrido en otras ediciones, este año en las pruebas de diagnóstico sólo se evalúa la comprensión lectora y la comprensión oral, pero no la expresión escrita. Según Educació, esto se debe a que, ante el exceso de trabajo que podía suponer que este curso haya pruebas de competencias básicas, pruebas de diagnóstico y pruebas de comprensión oral, se ha decidido evaluar sólo las competencias obligatorias, entre las que no figura la expresión escrita.

"Los profesores no somos autómatas"

Otro de los criterios de corrección que han levantado polvareda en escuelas e institutos catalanes es el que determina qué puntuación tiene una respuesta en función de si es completa, parcial o errónea. Más allá de que el documento que se ha enviado a los centros estipula que "cuando la respuesta sea globalmente correcta, pero contenga algún pequeño error o imprecisión, los docentes correctores deben tender, siempre que sea posible, a considerarla completa o parcial", la forma en que se codifica cada tipo de respuesta ha generado confusión entre los docentes.

En el documento se detallan las características que debe tener una respuesta para ser considerada completa (si es totalmente correcta), parcial o errónea, pero junto a cada categoría hay un número entre paréntesis. De esta forma las respuestas se clasifican del 1 al 3: el uno por la respuesta errónea y el tres por la completa. Esta clasificación ha hecho que algunos docentes interpretaran que si la respuesta del alumno es errónea, debe sumarse un punto. Educació ha desmentido esta idea y ha aclarado que los números que acompañan a las respuestas sólo sirven para codificar el tipo de respuesta que después se interpretará una vez se recojan los resultados de todos los centros.

"Encuentro triste que nos traten como autómatas que corregimos según unos baremos que no entendemos", ha criticado uno de los docentes que habían interpretado así los criterios de corrección, que también quiere mantenerse en el anonimato. También ha advertido que con este tipo de corrección es difícil que el profesor pueda hacerse una idea de cuál es la nota global de sus alumnos, ya que desconocen qué peso tiene cada aspecto de la prueba.

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