La pobreza baja en Cataluña, pero crece entre los niños
Seis de cada 10 hogares catalanes viven de prestaciones sociales o pensiones de jubilación


BarcelonaMás de 412.000 niños menores de 16 años que viven en Cataluña son pobres, lo que equivale al 34,8% del total de población de este grupo de edad. Las entidades sociales y el Síndic de Greuges llevan muchos años alertando de los riesgos que haya tantos menores viviendo en familias que tienen carencias materiales que impactan en su línea de expectativas futuras, ya que ni los escudos sociales en forma de prestaciones son lo suficientemente fuertes para recortar las desigualdades de oportunidades. El dato de pobreza infantil se extrae de la última Encuesta de Condiciones de vida que ha publicado este jueves el Instituto de Estadística (Idescat), que, por el contrario, señala que la tasa de pobreza y exclusión social en el conjunto de la población se ha reducido en este último año en 0,4 puntos, una disminución muy baja que la situación social démia: sin embargo, el 24% de los catalanes (uno de cada cuatro) malviven con deficiencias de todo tipo en su día a día.
En esta reducción de la pobreza los menores de 16 años quedan fuera de la tendencia y reafirman así el argumento de quienes defienden la creación de una prestación infantil que ni en España ni en Cataluña se ha salido adelante, mientras que en muchos países de alrededor se ha constatado que es una palanca que sirve para reducir la población pobre en una etapa vital de la vida. De hecho, se calcula que en el caso de la mitad de las criaturas en riesgo, unas 200.000, en su casa no entra ninguna ayuda social, en parte por los duros criterios que tienen estas prestaciones o directamente por las dificultades de la burocracia. Según los datos, en el último año la tasa de niños pobres ha aumentado en 1,7 puntos, mientras que en los mayores de 65 años, el otro grupo de edad que también se ha empobrecido, ha sido un 0,8%, la mitad que los niños. Entre los de 16 y 64 años, la pobreza ha disminuido en 1,1 puntos.
Para las entidades sociales, los datos evidencian que es necesario un reforzamiento del sistema de protección de los colectivos más vulnerables, como son la infancia y la vejez, porque con la actual "se mantiene una bolsa de pobreza crónica y estructural muy enquistada", apunta en un comunicado el presidente de la Mesa. , en relación con el ingreso mínimo vital y la renta garantizada de ciudadanía, además de blindar un sistema que asegure la actualización automática del IRSC, el índice que marca el umbral para recibir una ayuda y que durante más de una década estuvo congelado.
También la ONG Save the Children incide en que hoy en día tener hijos es un "factor de riesgo", como lo demuestra que los hogares con niños presentan una tasa de pobreza del 28,5% frente al 18,8% de los que no los tienen. Para combatir esta situación, la entidad apuesta por implementar una prestación universal por la crianza, ampliar el parque de viviendas sociales y garantizar el acceso a las guarderías en la etapa 0-3 años. En la misma línea, Unicef-Catalunya advierte que los datos ponen de manifiesto que, después de tres años de incrementos de la tasa, la pobreza infantil "no ha tocado techo" y, aparte de insistir en fortalecer la protección social, también alerta de que en las edades más tempranas la carencia material se relaciona con "más problemas de salud mental", a la vez que las familias.
Sin vacaciones ni carne ni pescado
También han disminuido ligeramente los hogares que viven de prestaciones y pensiones. Si en 2023 un 62,2% recibían una transferencia de estas ayudas, un año más tarde eran un 60%, seis de cada diez. De éstas, el 57% se deben a pensiones por vejez después de toda una vida trabajando y de supervivencia y logran recortar en 16 puntos la tasa de pobreza de los beneficiarios. Por debajo quedan las familias que tienen derecho a una prestación por desempleo (29%) y un 33% más que cumplen los criterios para otros subsidios.
¿Cómo se nota la pobreza? Según el Idescat, el 6% de las familias no pueden hacer frente a comer carne o pescado al menos dos veces a la semana, en el porcentaje más elevado de la serie que arranca en el 2019. También empeora el factor de vacaciones: el 30,4% -tres de cada 10 familias- no pueden pagar una semana de estancia fuera de casa, y hay quienes no pueden asumir un gasto imprevisto de más de 800 euros, que en estos seis años de análisis han pasado de ser el 26% al 35% de los hogares.