Las grandes inundaciones amenazan El Maresme

Un estudio proyecta temporales más destructivos por la creciente urbanización y el impacto de la crisis climática

Un tren passant per Sant Pol de Mar durant el temporal
Elena Freixa
22/01/2021
4 min

BarcelonaEl litoral catalán es uno de los frentes donde se hace más evidente la exposición del territorio a los efectos de la crisis climática. Si bien hoy hay unos 61 kilómetro de costa muy vulnerables a los daños de los temporales, la cifra se habrá doblado en 2050, según recogen las previsiones del tercer informe sobre el cambio climático en Catalunya. Uno de los puntos más expuestos a los temporales cada vez más frecuentes es El Maresme, una comarca amenazada por un riesgo creciente de grandes inundaciones con destrozos cada vez más cuantiosos, según concluye la tesis doctoral que ha publicado recientemente el ingeniero de montes Oriol Bassa.

El trabajo Transformacions territorials, canvi climàtic i risc d'inundacions en la conca de la riera d'Argentona (1956-2050) dibuja escenarios de riesgo a treinta años vista a partir de las predicciones que hacen organismos como la IPPC o la ONU –unas más optimistas y otras más duras–. La conclusión en cualquiera de los dos casos es que la crisis climática –con episodios de lluvia violentos más recurrentes– y la gestión de suelo –con una urbanización creciente en detrimento otros usos del suelo como los agrícolas– propiciarán más violencia en caso de temporal. "Lloverá igual o menos, pero los procesos violentos crecerán y esto quiere decir más agua en la riera, con el peligro que hay por el encorsetamiento de las rieras de Cabrils a Vilassar de Mar –explica Bassa–. Bajará más agua, no cabrá y pasará por los lados con inundaciones aseguradas".

En caso de fuertes trombas de agua, remata, la creciente superficie forestal tampoco será la solución para retener el agua porque la misma crisis climática aboca a bosques "más debilitados". "Cuando llueve, por ejemplo 200 l/m2, el 10% va a parar a la riera y el 90% se lo queda el bosque, pero en las zonas urbanas esto no es posible y, en este caso, el tramo urbanizado equivale a más de la mitad del curso de la riera de Argentona", añade el experto.

Lo que se vio con el temporal Gloria hace ahora un año es solo una muestra de lo que puede pasar, opina Bassa. Su trabajo, de hecho, calcula que una tormenta violenta localizada sobre la riera podría ocasionar una riada de hasta 409 m3/segundo, "un caudal equivalente al que pasa por el Ebro un día normal, pero con la diferencia de que aquí lo haría con mucha furia y velocidad". El ingeniero, sin embargo, rehúye el alarmismo y dice que esta información tiene que ser útil para trabajar y empezar a adaptar el territorio para escenarios de futuro. El problema de la riera del Maresme, advierte, es replicable a otros muchos puntos del territorio donde hay rieras secas como estas, por ejemplo en el Camp de Tarragona, como también se vio con el Gloria.

El área comercial y la vía, en zona crítica

El mapa de zonas inundables del trabajo marca los lugares que se tienen que proteger de manera más urgente en caso de un temporal fuerte y localizado en la zona de Dosrius (donde nace la riera), Argentona, el plan de Cabrera y Vilassar de Mar. Por ejemplo, la zona comercial entre Vilassar, Cabrera y Mataró, ubicada un metro por debajo de la riera y expuesta a graves daños en estos escenarios. "En caso de un temporal de levante con gran oleaje y sumando al agua que bajaría, se originaría un muro de agua que se esparciría de los alrededores", avisa, y por eso recomienda a los municipios que requieran a las grandes superficies ubicadas en esta área que dispongan de planes de autoprotección (PAUS) muy actualizados.

Por otro lado, señala el experto, hay otras equipaciones en zona crítica que se tendrían que proteger de eventuales inundaciones, como por ejemplo la planta de tratamiento de residuos de Mataró o la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales del Maresme, en la misma capital de la comarca.

Entre las infraestructuras clave que se encuentran también en zona de máxima exposición a daños importantes está la línea litoral de Cercanías, crucial para la movilidad de millones de viajeros cada año. "Es lo más delicado porque no se puede proteger, lo que se tiene que hacer es sacarla de allá y planificar cuanto antes mejor por dónde tiene que pasar", pide.

Bassa ha basado sus cálculos en el mismo sistema de información geográfica que usa la Agencia Catalana del agua (ACA) para predecir inundaciones y también para hacer el cálculo de daños que, si no se hace nada, también se tienen que contar a la alza. "Los costes de los desperfectos con cada inundación se dispararán y de 100 millones que podrían costar ahora, pasarán a costar 260", apunta, además de subrayar que ahora mismo hay construcciones en marcha en zonas que son inundables en la comarca.

"Las construcciones están autorizadas y cumplen la normativa vigente, pero con lo que se sabe ahora los periodos de regreso de nuevos temporales son inferiores y esto tendría que obligar a replantear y proteger zonas", avisa. Algunas soluciones, apunta, paor para construir balsas de laminado, una especie de parques urbanos preparados para desviar el agua y que no vaya hacia la zona urbana, como pasa con el Parc de la Draga de Banyoles, explica. A su vez, propone sistemas de drenaje –llamados SUDS– que obliguen las grandes construcciones a infiltrar el agua al subsuelo y evitar que vaya a alcantarillado o rieras reduciendo el riesgo de inundaciones mientras, de paso, se recargan acuíferos.

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