El mapa español de las tierras raras
Cataluña es una de las zonas que, por ahora, escapan de la identificación de zonas estratégicas que ha hecho Europa


MadridMolinos de viento para la producción de energía eólica, baterías de coches eléctricos o dispositivos electrónicos compactos como los GPS. Son ejemplos de tecnologías que necesitan algún mineral crítico para su funcionamiento. Aunque hace años que estas materias primas son muy preciadas, recientemente los focos se han vuelto a poner sobre ellos.
La Comisión Europea, en pleno impulso de la llamada "autonomía estratégica", acaba de lanzar un plan para tratar de obtenerlo y no depender de terceros países –China es dueño y señor global de estos materiales–. Esto supone abrir la puerta al regreso de la minería, o al menos a su expansión. Pero antes Europa ha querido saber por dónde empezar, y España ha estado entre los países señalados. Bruselas ha identificado hasta siete "proyectos estratégicos" en los que se podría extraer, reciclar, procesar o integrar algún tipo de mineral crítico o fundamental. Se ubican en Extremadura, Galicia, Andalucía y Castilla-La Mancha, y se encuentra litio, cobre, níquel, cobalto y tungsteno. Ahora bien, el mapa de la producción minera en el Estado es mucho más amplio.
Vamos a palmos. El potencial del Estado en lo que se refiere a los minerales críticos y las tierras raras (yacimientos que contienen hasta 17 de estos minerales) es de los más altos del Viejo Continente. De hecho, históricamente España ha sido rica en lo que se refiere a la localización de materias primas minerales. Actualmente se cuenta con unas 2.700 explotaciones mineras activas repartidas por todo el Estado: 10 de minería metálica, 165 explotaciones de minerales industriales, 439 de canteras de roca ornamental y unas 2.100 explotaciones de áridos o granulados, según datos del ministerio de Transición Ecológica. En el caso de Catalunya, en 2022 concentraba un 9,6% del valor de la producción minera en el Estado por hidrocarburos, potasa, rocas industriales y creta o piedra caliza, tal y como puede verse en el mapa que acompaña a esta pieza. En total, el sector moviliza anualmente 210 millones de toneladas de minerales en el conjunto del Estado, según el último balance del ministerio.
Ahora bien, si ponemos la lupa en los minerales críticos y tierras raras, el mapa se reduce en la zona oeste y sur del Estado y, sobre todo, en el área llamada Faja Pirítica Ibérica. De hecho, es aquí donde Bruselas ha situado seis de los siete proyectos estratégicos. "Es una zona que por la formación geológica del terreno siempre ha acumulado una serie de metales muy valorados", explica Adriana Espinosa, responsable de recursos naturales de la organización Amigues de la Terra. Por ahora Catalunya no está en la lupa de Europa en lo que se refiere a estas materias primas preciadas. Esto no significa que sea un territorio pobre en lo que se refiere a la localización de minerales, pero la mayoría de los que se extraen son áridos y se aplican principalmente a la construcción. También destaca la extracción de potasa en la comarca del Bages, en localidades como Súria o, hasta hace poco, Sallent, y las canteras de la zona del Garraf.
Hoy en día España cuenta con producción de minerales críticos o fundamentales como el estroncio, el espato flúor, el tantal, el silicio y el tungsteno, tal y como se desprende de la última hoja de ruta de las materias primas minerales elaborada por el gobierno español. Asimismo, se identificaron depósitos de antimonio, barita, bismuto, cobalto, litio y tierras raras. "Una cantidad importante de estos recursos fueron identificados durante las campañas de exploración llevadas a cabo en los años 70 y 80 o están asociados a explotaciones históricas", explica el ministerio de Transición Ecológica. El gobierno español ha decidido en este contexto iniciar el trámite para sacar adelante un plan de acción de las materias primas minerales para el período 2025-2029, el primero que se elabora en democracia.
Aunque muchos países tienen clasificaciones específicas sobre qué se puede considerar o no un mineral crítico, no existe una definición universal aceptada. "La evaluación de su criticidad cambia en función de factores económicos, geopolíticos y tecnológicos", apuntaba la Agencia Internacional de la Energía Renovable en un informe del año 2023. El organismo internacional, por ejemplo, también pone el foco en cómo la demanda creciente de estos minerales para alcanzar los objetivos vinculados a la transición energética puede convertir.
Pero esto es cuestionado por algunas organizaciones medioambientales y ecologistas. "Cuestionamos que se nos vierta a un boom minero sin antes saber qué cálculo han hecho de qué minerales se necesitan y para qué", reflexiona Espinosa en el ARA. "Es empezar la casa por el tejado", añade. También critica que no se estén planteando medidas suficientes para reducir su demanda.
Más allá de la extracción
Sin embargo, la mayoría de los proyectos que ha identificado Bruselas en el Estado son extractivistas, pero los procedimientos que rodean la obtención de los minerales críticos van mucho más allá: también deben procesarse y refinarse antes de su uso final. "Se convierte la Península en una zona de sacrificio porque todo el mundo sabe que la minería es la parte de la cadena de menor valor añadido. Deja muy poca riqueza a las comunidades autónomas, además de ser altamente contaminante", dice Espinosa. Por ahora China domina claramente el juego en este sentido, algo que también está vinculado a una normativa medioambiental poco estricta. Por ejemplo, en minerales críticos como la disprosis, esencial para los aerogeneradores, el país asiático representa el 100% del suministro refinado. También el 70% del refino de cobalto y casi el 60% en los casos del litio y el manganeso.