Sant Andreu y Gràcia se dan la mano en un derbi que gusta a Oriol Junqueras
El duelo barcelonés disputado en el Narcís Sala ha acabado con un empate (1-1) que mantiene al Europa como líder


BarcelonaEl japonés Taito Suzuki, presidente y máximo accionista del Sant Andreu, es uno de los pocos guiris que ha habido en las gradas del Narcís Sala este domingo. Ahora que ha terminado una nueva edición del derbi barcelonés Sant Andreu - Europa, e independientemente de si en el público había más locales o más foráneos, casi cada una de las 6.500 personas que han llenado el estadio tenía un motivo para beber una copa de cava después de un empate (1-1) que satisface a los dos conjuntos porque lo deja todo abierto a pesar de que mantiene al Europa como líder del grupo 3 de Segunda RFEF. Este vínculo íntimo e intenso entre las gradas y sus equipos contrasta con lo vivido en otro derbi disputado hoy en Barcelona, el Barça-Girona, presenciado en Montjuïc por miles de turistas que ni les va ni les viene el resultado y que enfrían el ambiente de un estadio a la misma velocidad que ayudan a hacer caja en el fútbol moderno que tanto odian en Sant Andreu y en Gràcia.
La diferencia no solamente se ha palpado en las gradas, con los Desperdicis del Sant Andreu y los Eskapulats del Europa mirándose cara a cara en el Narcís Sala y cantando a la vez Els segadors, que también ha entonado Oriol Junqueras desde la tribuna, antes del inicio del partido. Los andreuenses han estado tomando cervezas desde temprano por la mañana en la rambla de Fabra i Puig y el Europa ha llevado a 800 seguidores desde Gràcia, que han comenzado su expedición a la plaza Raspall y han ido llenando el paisaje de bengalas durante su recorrido. Pero el derbi también ha sido un derbi en el césped. Intenso, impreciso, sobreexcitado, igualado. El Sant Andreu y el Europa se han hecho suya la actitud del escritor barcelonés Enrique Vila-Matas, quien asegura que puede bromear sobre cualquier cosa menos de fútbol.
El derbi de la primera vuelta del Nou Sardenya estuvo inspirado por el cuadro desaparecido que Salvador Dalí regaló al Sant Andreu con una lluvia de goles, con la suspensión por la caída de una valla y con la continuación del enfrentamiento a puerta cerrada. El de hoy, en el Narcís Sala, se ha disputado con mayor normalidad. Mendes pudo adelantar a los locales en el comienzo, pero se ha dormido en la antesala de su duelo con Flere, y Álex Cano, el capitán de Europa, le ha robado el balón por detrás. En cambio, el pequeño de los hermanos Cano, Jordi, ha estado bien activo para cruzar el balón ante la salida de Nil y poner por delante al Europa antes de la media hora de juego.
Sergi Serrano pudo empezar a cambiar la historia en los primeros compases del segundo tiempo, pero cuando el Narcís Sala celebraba ya el empate, el extremo de 25 años ha enviado un disparo al larguero desde dentro del área. Más tarde, Jordi Cano ha podido hacer más grande el agujero, pero ha perdonado. Y le ha salido caro. Porque en la siguiente jugada Neeskens ha introducido el balón en su portería cuando quería rechazar un centro de Lucas Viña. A partir de entonces, el Sant Andreu ha pasado a dominar el juego de forma dictatorial y el Europa se ha hartado de intentar sacarlos de su área. Los gracienses han logrado resistir.
El empate mantiene al Europa como líder del grupo 3 de la Segunda RFEF, la única posición que otorga el ascenso directo. Sigue teniendo un punto de ventaja respecto al Sant Andreu, que va segundo, cuando solamente faltan cinco jornadas. Si uno de los dos equipos (por vía directa o a través de los play-offs) o los dos suben de categoría, ya habrá tiempo para gestionar la problemática que puede suponer que sus estadios sean de césped artificial, una superficie prohibida en la Primera RFEF. Sant Andreu y Europa no merecen un exilio que ponga en peligro fiestas como la de este domingo.