Accidentes de tráfico

El número de muertos y heridos se dobla en la AP-7 pero cae un 17% en el conjunto de la red viaria

Por la autopista circulan un 21% más de camiones, que se han visto implicados en la mitad de los accidentes mortales en la vía

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Una imagen del accidente múltiple a la AP-7 en Barberà del Vallès de enero, en el que murieron tres personas

BarcelonaUn año después de la liberación de los peajes en las principales arterias de movilidad de Catalunya, la radiografía es clara: la autopista AP-7 ha absorbido buena parte del tránsito que antes colapsaba las vías que circulan en paralelo y, con él, los consecuentes accidentes. Según los datos del Servei Català de Trànsit, desde el 1 de septiembre del 2021 hasta ahora el número de siniestros ha caído un 17,3% en el conjunto de carreteras, pero el número de muertos y heridos se ha duplicado en la AP-7, que aglutina uno de cada cinco accidentes mortales o graves. Respecto al mismo periodo del 2018 y 2019 (el tramo que se toma de referencia porque no estaba afectado por las restricciones derivadas de la pandemia), se ha pasado de 12 a 25 víctimas mortales y de 37 a 66 heridos graves.

Uno de los grandes cambios en la vía es la presencia de más camiones. En un año, circulan un 21% más, que se han visto implicados en la mitad de los accidentes mortales en la vía, donde también han crecido el número de motoristas (6) y peatones muertos (7). Para atacar el crecimiento de la siniestralidad en esta gran arteria, Trànsit ha pedido al ministerio de Transportes, que es el propietario de la vía, reducir la velocidad a 100 km/h en los 10 tramos que han concentrado más accidentes.

En el resto de autopistas liberadas también se han registrado más víctimas mortales, excepto en la C-32 norte: en concreto, en la autopista AP-2 se ha pasado de 0 a 4 muertos y en la C-33 se ha pasado de 1 a 2. En cambio, en las carreteras nacionales que discurren en paralelo a estas vías, que hasta ahora habían concentrado muchos de los puntos negros de la red viaria catalana, la mortalidad ha caído en picado: en la N-II se han registrado 4 muertos, respecto de los 9 del periodo anterior, mientras que en la N-340 el número de víctimas mortales ha bajado de 9 a tan solo una en el último año.

Para el Servei Català de Trànsit, la conclusión es que la supresión de los troncales ha supuesto "una mejora general de la seguridad en el conjunto de la red viaria catalana". Con los números en la mano, la dirección asegura que la medida "ha evitado 2.240 víctimas de accidentes de tráfico". Esta es la reducción, en cifras absolutas, del número de muertos, heridos graves y heridos leves que se ha registrado en el conjunto de las carreteras y autopistas desde la liberación de los peajes, en comparación al periodo de tiempo comprendido entre el 1 de septiembre del 2018 y el del 2019.

Cambio de paradigma

Más allá de la evolución de la siniestralidad, el primer año de liberación de los peajes se ha traducido también en un cambio en la movilidad en las carreteras. Según el Servei Català del Trànsit, la AP-7 norte soporta ahora un 37,6% más de vehículos entre La Jonquera y Parets que antes, y el tramo sur, entre El Papiol y Ulldecona, ha registrado un 26% más de circulación. En cambio, en el tramo central de la autopista el número de vehículos que circula ha bajado, porque muchos se desvían hacia la C-33, también liberada, para acceder a Barcelona. Y esto ha hecho que esta segunda autopista también haya visto cómo crecía exponencialmente el paso de vehículos: ahora tiene un 53,4% más de volumen de tránsito que antes y circulan un 121% más de camiones.

Trànsit también ha analizado el volumen de retenciones en las vías liberadas, que es especialmente significativo en la AP-7 entre Ulldecona y El Papiol, donde se han registrado más colas tanto por el aumento de accidentes como de averías, y por el incremento de circulación registrada en la vía. En el tramo norte de la autopista, las congestiones derivan sobre todo del aumento de la accidentalidad. En los tramos centrales del Vallès, que son los que han registrado un descenso de volumen de tráfico más pronunciado, por el trasvase de vehículos a la C-33, se han registrado, en cambio, más colas. Trànsit lo atribuye a la saturación que sufre el enlace de la autopista hacia la C-58, a la altura del Baricentro, que considera que "no es lo bastante eficiente y provoca más problemas viarios".

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