¿Qué se sabe de las nuevas variantes del coronavirus?
La cepa descubierta en el Reino Unido es más contagiosa y la proveniente de Sudáfrica podría ser más difícil de neutralizar con anticuerpos de pacientes recuperados
BarcelonaEl coronavirus, como el resto de virus, muta constantemente, pero no lo hace a tanta velocidad como los virus del sida o de la gripe, por ejemplo. Si están surgiendo nuevas variantes es que el virus circula mucho, se replica mucho y, por lo tanto, tiene muchas oportunidades de mutar. "Cada día salen variantes -explica Joaquim Segalés, profesor de la UAB e investigador del Centre de Recerca en Salut Animal del IRTA, pero nos empiezan a preocupar cuando hay alguna que se encuentra con más frecuencia de la normal". Esto es lo que está pasando con las variantes descubiertas en Inglaterra, Sudáfrica y Brasil.
En términos del ritmo al que avanza la investigación científica, estas variantes son muy recientes y todavía hay pocos datos sobre sus características. De momento, la que se ha estudiado más es la llamada variante británica. Los estudios epidemiológicos que se han hecho en el Reino Unido indican que el número positivos entre los contactos de los infectados por esta variante es un 40% superior al de las variantes anteriores. Además, los datos del propio Reino Unido y de Dinamarca muestran un aumento del porcentaje de infectados por esta variante. Y esto permite deducir que es cerca de un 40% más transmisible que las anteriores. "Se trata de datos sólidos obtenidos por equipos de investigación diferentes y que indican lo mismo", apunta Julián Blanco, jefe de virología e inmunología celular del Institut de Recerca de la Sida (IrsiCaixa).
En cuanto a la letalidad, el primer ministro británico, Boris Johnson, anunció el viernes que esta variante estaría provocando un 30% más de muertes que las anteriores. Con todo, el asesor científico del gobierno británico, Patrick Vallance, matizó las declaraciones del conservador y explicó que los datos sobre mortalidad todavía eran inciertos. En esta misma línea se pronunció la OMS, que atribuye el exceso de mortalidad observado a la saturación del sistema sanitario británico.
Resistencia a las vacunas
Además de estudiarse desde el punto de vista epidemiológico, la variante británica también se ha sometido a experimentos de neutralización para averiguar si la inmunidad que confiere después de haber pasado la enfermedad o de recibir la vacuna es suficientemente eficaz. Parece que en ambos casos, enfermedad y vacuna -se ha comprobado con la de Pfizer / BioNTech y la de Oxford / AstraZeneca-, la respuesta inmunitaria que genera el cuerpo es capaz de neutralizar la variante con una eficacia casi equivalente a como lo haría con las anteriores. Esto no significa que no sea preocupante: una variante más contagiosa puede provocar más muertes que una más letal, porque puede hacer que aumenten los casos mucho más rápidamente. De todas formas, experiencias como la de Dinamarca, donde el porcentaje de positivos de la variante británica está aumentando pero el de casos global está disminuyendo, indican que la variante se puede contener sin una vacuna. Así, "no solo deben mantenerse sino reforzarse estas medidas", considera Blanco.
Respecto a las variantes detectadas en Sudáfrica y Brasil, aún hay pocos datos. Pero son más preocupantes. Para empezar, comparten muchas mutaciones con la variante británica, por lo que "es posible que compartan una más alta transmisibilidad, aunque sobre esto todavía no hay datos sólidos", explica Blanco. Tampoco hay muchos datos sobre la resistencia de estas variantes a la inmunidad generada por la enfermedad o por las vacunas.
El único estudio que se ha hecho indica que los anticuerpos en la sangre de personas que han superado la enfermedad no serían capaces de neutralizar con la misma eficacia la variante sudafricana que la británica o las anteriores (de la variante brasileña aún no hay datos). De todos modos, tal y como indica Blanco, "trasladar estos resultados a la respuesta generada por las vacunas es difícil".
Según Maria Bernabeu, jefa de un grupo de investigación en el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) en Barcelona, "es posible que como la inmunidad producida por las vacunas es mejor, puedan prevenir la infección por esta variante, pero esto aún no se sabe". Más allá de estas consideraciones, es interesante tener en cuenta que los anticuerpos que bloquean los virus no son la única defensa a la que dan lugar las vacunas. También se crean las llamadas células T, capaces de detectar y destruir las células infectadas y detener así la replicación viral.
"Quizás esta inmunidad celular es capaz de neutralizar esta variante", apunta Segalés, pero deja muy claro que esta posibilidad está por confirmar experimentalmente. En el caso de que se comprobara que las vacunas actuales pierden eficacia ante estas variantes, habría que modificarlas. Por suerte, las de Pfizer y Moderna, basadas en ARN, se pueden adaptar en cuestión de pocas semanas. En cualquier caso, "aún faltan datos para saber si es necesario redefinir la estrategia de vacunación", explica Blanco.
Más secuenciación
Sobre la variante británica, el EMBL ha emitido esta semana un comunicado dirigido a los funcionarios de salud pública y los gobiernos europeos en el que alerta de que las restricciones que pueden funcionar para reducir la incidencia de variantes menos contagiosas podrían no ser útiles para detener la propagación de esta nueva variante. En este sentido, Bernabeu considera "esencial que se incrementen los esfuerzos de secuenciación para conocer qué variantes circulan y aplicar las medidas adecuadas". "Desde el EMBL ya nos hemos ofrecido para asesorar a los gobiernos y ayudarlos a implementar estrategias de secuenciación globales", explica.
Más allá de la actividad frenética en el ámbito de la investigación, los expertos remarcan la importancia de mantener las medidas de seguridad. "A medida que se controle la pandemia, se reducirá el ritmo de aparición de nuevas variantes", concluye Segalés.