Más de 500 congresos en un año: Barcelona, de ciudad industrial a capital de la ciencia y la salud
Collboni y Turisme de Barcelona agradecen al sector médico su contribución para catapultar a la ciudad como sede científica mundial

BarcelonaDesde que aterrizó en Barcelona, en 1992, de la mano (y con grandes esfuerzos) del referente mundial de la cardiología Valentí Fuster, el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC) ha repetido su hasta siete veces. Y gracias a la tozudez del doctor Josep Tabernero, todo indica que la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) –que la eligió en el 2019– quiere mantener sine die la capital catalana como punto de encuentro de las más relevantes investigaciones en el campo del cáncer. Como estos, y solo el pasado año, Barcelona acogió alrededor de 560 congresos médicos, tecnológicos y farmacéuticos –1.377 en la última década– y, de hecho, de cara al 2030 ya hay al menos otros 120 eventos confirmados.
La ciudad condal ha consolidado su papel en el mundo como capital de las ciencias de la salud y de la biotecnología. En unas décadas, Barcelona ha pasado de ser una ciudad portuaria e industrial a convertirse en un polo científico en Europa y el mundo gracias a congresos cada vez mayores, más sofisticados y relevantes. Es la primera ciudad a nivel estatal y la cuarta de la Unión Europea en producción científica. Y los responsables de facilitar esta proyección internacional son, en gran parte, los médicos, a los que Turismo de Barcelona –mediante el Barcelona Convention Bureau (BCB)– ha agradecido su labor con una cena en el Centro de Convenciones Internacional de Barcelona (CCIB) con más de 300 invitados.
Evidentemente, la mayoría de los asistentes eran facultativos –entre ellos los propios Tabernero y Fuster, aunque este segundo por videollamada desde Nueva York–, pero también había representantes de farmacéuticas como Joaquim Uriach o José María Giménez Arnau (Grupo Esteve), y del sector económico y turístico, como el presidente de la Generalitat; el director de Turismo de Barcelona, Mateu Hernández, y el director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals.
"Os dedica no sólo a hacernos vivir mejor, sino a captar visitantes que aportan ideas y conocimientos para hacer la ciudad mejor, para que vivamos y trabajemos mejor", agradeció Hernández en la apertura del acto. Unas palabras que se hizo también suyas el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que calificó a los facultativos de "dinamizadores de la economía" y fomentadores de que la capital catalana se proyecte en el mundo "desde la razón y la ciencia".
Dirigiéndose a los invitados, Collboni les reconoció como ejemplos de médicos que "van más allá de su profesión" y valoró su compromiso vital en la salud y en la defensa de la ciencia en un momento en que "es una obligación". "En Barcelona somos defensores orgullosos de la ciencia y debemos seguir siéndolo", dijo, alabando tanto al sistema sanitario público y privado como a la industria farmacéutica que tan arraigada está en la historia barcelonesa y catalana. También reivindicó que, a pesar de no tener competencias en ciencia, el Ayuntamiento dedica presupuesto a promocionar la ciencia a través del turismo. "Como alcalde, les pido que sigan estudiando y trabajando con este sentido de trascendencia y propósito por el bien común; eso es lo que nos hace singulares", concluyó.
Al frente de los tres motores económicos
Como embajadores de este trabajo decisivo para hacer de Barcelona uno de los destinos europeos de referencia en cuanto a congresos médicos, Tabernero y Fuster han participado en una mesa redonda sobre la importancia que tienen estos eventos para el desarrollo científico global. Para Fuster, los congresos son una fuente de conocimiento que da lugar a investigaciones de punta con efecto en el tratamiento de las enfermedades y la promoción de la salud. "He ido a congresos durante más de 30 años y, desde entonces, la participación se ha multiplicado por diez. Lo que se hace en Barcelona tiene una gran repercusión internacional; algo se está haciendo bien", valoró Fuster. Y, en este sentido, destacó una de las claves del éxito: "Barcelona se está poniendo en cabeza en los tres motores de una economía: la ciencia, la salud y la educación".
Tabernero, que bromeó diciendo que estos congresos no se organizan para "desplazar y entretener" a profesionales, sino para hacer apuestas innovadoras para la medicina del futuro, enumeró las múltiples virtudes de la capital catalana: es una ciudad atractiva, bien dotada de espacios, apasionada de la apasionada de la . "Además, los congresos se celebran en la misma ciudad y no en las afueras", añadió. Sin embargo, destacó un factor que la diferencia del resto: su polo biomédico no se circunscribe sólo a las facultades ya los grandes hospitales, sino que existe un gran engranaje con institutos de investigación e industrias farmacéuticas, diagnósticas y biotecnológicas en crecimiento constante.