Salud

El 60% de los adolescentes de Barcelona no se gustan cuando se miran en el espejo

Crece el malestar emocional, que ahora expresan el 30% de los jóvenes, y es más alto en los barrios desfavorecidos

Dos adolescentes en una aula,  en una imagen de archivo.
29/03/2022
5 min

BarcelonaQue la pandemia y los confinamientos han pasado factura emocionalmente y de forma destacada entre los jóvenes es una evidencia que cada vez corroboran más datos. Los últimos son los que recoge la encuesta de Factores de Riesgo en Estudiantes de Secundaria (FRESC), que hace la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) desde 1987 y que recoge información sobre jóvenes escolarizados de entre 13 y 19 años. La encuesta, sobre un total de 3.290 jóvenes, se hizo entre febrero y el mayo de 2021 y evidencia que ahora el 38,6% de las chicas y el 20,3% de los chicos expresan malestar emocional, lo que supone una subida brusca de 15 puntos en ellas y de 8 en ellos en solo cinco años. Y el porcentaje es más alto en barrios desfavorecidos (llega al 45% entre las mujeres de los distritos de Ciutat Vella y Sants-Montjuic). En el caso de las chicas, dos de cada 10 están en riesgo de sufrir un problema de salud mental, casi el doble de lo que se detectaba en la última edición de la encuesta, la de 2016, y el 35,6% están poco o nada satisfechas con su vida.

En términos globales, además, el 60% de los adolescentes no están satisfechos con la propia imagen y este porcentaje es más alto entre las chicas (63,2%) que entre los chicos (55,3%), pero, si se compara con los datos de 2016, ha crecido mucho más entre ellos (19 puntos) que entre ellas (11 puntos). Este dato sobre la decepción con el propio cuerpo se obtiene de ofrecer a los jóvenes varios modelos de siluetas preguntándoles con cuál se identifican y con cuál les gustaría identificarse. En más de la mitad de los casos, se trate de chicos o de chicas, las dos elecciones no se corresponden. En este aspecto no hay diferencias en función del nivel socioeconómico del barrio, pero el disgusto con la propia imagen sí que se mitiga con la edad.

En cuanto a las diferencias en función del género, aparte de que hay más chicas que no se sienten cómodas con su imagen, la encuesta también evidencia que este es un motivo de discriminación más habitual para ellas que para los chicos: el 53% de las adolescentes se han sentido discriminadas por su aspecto físico, mientras que en el caso de los chicos la cifra es del 39%, a pesar de que también es la principal causa de discriminación. Y las diferencias van más allá si se mira cuál es el segundo motivo más habitual para atacar alguien: por detrás del aspecto, las jóvenes sitúan el hecho de ser mujeres (cuatro de cada diez chicas encuestadas se han sentido discriminadas por el hecho de ser mujeres) mientras que ellos sitúan la etnia. Ellas manifiestan más a menudo que se sienten solas (16%) que ellos (9%) y la soledad afecta más a las jóvenes de los barrios menos favorecidos: llega al 23,5% en Nou Barris.

Con los datos de la última encuesta FRESC en la mano, la regidora de Salud del Ayuntamiento, Gemma Tarafa, ha destacado que en términos generales la percepción que tienen los jóvenes de la ciudad sobre la propia salud y su red social y familiar es buena o muy buena, pero que los indicadores sobre la salud mental han empeorado después de la pandemia, que ha obligado a romper "de forma abrupta" la relación de los jóvenes con su red en una edad en la que es "importantísima".

Más víctimas de maltratos

Si se comparan los datos de 2016, la encuesta también refleja un aumento pronunciado de las chicas que dicen haber sufrido maltratos físicos, emocionales o sexuales de su pareja. Esta pregunta, que se hace solo a los jóvenes que han tenido pareja el último año (un millar del total de los encuestas), muestra que aproximadamente una de cada cuatro chicas (el 24,1%) se ha sentido víctima de maltratos. El porcentaje es más alto entre las alumnas de 4º de ESO (26,3%) y segundo de bachillerato y ciclos formativos de grado medio (24,8%) que entre las de 2º de ESO (19,2%), pero en todas las franjas es superior al que se daba en los resultados de hace cinco años. Un punto que la directora del Observatorio de la Salud Pública de la ASPB, Lucía Artazcoz, atribuye en parte al hecho de que haya más "sensibilidad social" en este ámbito después de la irrupción del movimiento Me Too: "Es probable que haya un aumento real de casos y también que antes se normalizaran conductas de maltrato". Un 37,7% de las chicas encuestadas han sufrido acoso sexual.

En cuanto a bullying escolar, un 6% de los jóvenes dice haber sufrido, mientras que un 25% de las chicas dicen haber sido víctimas de ciberbullying (un 16,7% en el caso de los chicos).

Juego patológico en el 6% de los chicos

Esta edición de la encuesta también ha preguntado, por primera vez, por problemáticas que han despuntado entre los jóvenes en las últimas encuestas de salud, como la adicción al juego con dinero. El 5,9% de los chicos presentan un juego problemático, es decir, que responden que sí cuando se les pide si han mentido a personas importantes para ellos para poder continuar jugando y que apuestan cada vez más fuerte. Y el 12% ha jugado con dinero durante el último año.

Menos tabaco, alcohol y cannabis y más pantallas

La edad de inicio al juego con dinero son los 14 años. Baja, en cambio, el porcentaje de jóvenes fumadores de tabaco y de los que consumen cannabis, una tendencia que ya recogían las últimas encuestas de salud de la ciudad: el 10,8% de las chicas encuestadas fuman tabaco de forma habitual (el 6,5% en el caso de los chicos), pero el porcentaje es más alto entre los encuestados de más edad y en entornos desfavorecidos.

En cuanto al cannabis, la media de edad de inicio de consumo se sitúa cerca de los 15 años. El 17,6% de los alumnos de 2º de bachillerato y ciclos han fumado porros en los últimos 30 días, y el porcentaje es más alto entre chicos que entre chicas, como también lo es el consumo considerado de riesgo (lo sufre el 11,7% de los chicos encuestados de más edad). En cambio, el consumo de tranquilizantes o medicamentos para dormir es más frecuente entre las chicas: toman el 6,2% de las estudiantes de bachillerato y ciclos, y el 4,9% de los chicos.

La edad media para iniciarse en el alcohol son los 13 años y medio y el consumo intensivo –haber bebido cinco o más bebidas alcohólicas en una ocasión en el último mes– es más habitual entre chicos (17,1%) que entre chicas (11,7%) y sobre todo en los cursos de bachillerato y ciclos formativos. Lo que sube es el uso del móvil y otros dispositivos con pantallas: las chicas pasan de media cuatro horas cada día mirando el móvil y los chicos tres y media, pero ellos destinan más tiempo a videojuegos, casi una hora los días laborables. Unos y otros pasan alrededor de una hora y media diaria ante el televisor. Artazcoz ha apuntado que es posible que haya una "substitución" del consumo de sustancias como el alcohol y el cannabis por otras "dependencias" como los juegos con pantallas, sobre todo los fines de semana.

Poco verde y demasiado ruido

Esta edición de la encuesta también ha incorporado preguntas sobre el entorno y la contaminación como un elemento más de la salud de los jóvenes. Las conclusiones son que el 42% denuncian un exceso de ruido en sus desplazamientos de casa a la escuela, que el 45% declaran que hay poca vegetación en el camino y que el 32% cree que hay mucho tránsito. La mayoría están satisfechos con el barrio donde viven, pero el 36,8% de las chicas manifiesta inseguridad cuando andan por la noche.

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