Salud

¿Existe algún vínculo genético entre la obesidad, la demencia y el síndrome de Down?

Un estudio constata que la preferencia por los dulces entre las personas con un cromosoma extra les afecta cognitivamente

Trabajo cognitivo en un cursillo organizado por la Fundación Catalana Sindrome de Down, en una imagen de archivo.
ARA
21/03/2025
3 min
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BarcelonaLas personas con síndrome de Down tienen mayor tendencia a ingerir de forma descontrolada azúcares y grasas ya padecer obesidad y enfermedades metabólicas como la diabetes a causa de una alteración genética. Y todo ello puede perjudicarles cognitivamente, según un estudio europeo pionero liderado por el Centro de Regulación Genómica (CRG) y el Hospital del Mar de Barcelona. "No es una cuestión solo de peso o estética; en el síndrome de Down la obesidad es un factor de riesgo para alteraciones cognitivas y seguramente para la neurodegeneración", ha señalado este viernes la doctora Mara Dierssen, líder del grupo de neurobiología celular y de sistemas del programa de biología de sistemas en el CRG y presidenta del Consell .

La investigación ha constatado que el gen DYRK1A provoca que a las personas con Down les cueste más controlar el impulso de comida, sobre todo cuando se trata de dulces y grasas. Esta alteración genética también les hace cuatro veces más propensos a sufrir diabetes tipo 2, a tener resistencia a la insulina ya sufrir otras afectaciones del páncreas o hígado. Si se añade la falta de ejercicio, todo ello hace que tengan mayor tendencia al sobrepeso u obesidad que la población general ya sufrir antes. "En modelos animales hemos visto que si [el gen] está sobreactivado, prioriza alimentos dulces y salados, así que existe predisposición genética a preferir estos alimentos", ha explicado Dierssen.

Por eso, mediante modelos animales, el estudio ha constatado que más consumo de proteínas de calidad, verduras y cereales integrales puede mejorar la capacidad cognitiva de estas personas. También se han constatado diferencias entre sexos: mientras que las mujeres con síndrome Down tienen mayor rendimiento cognitivo, también están más afectadas por las alteraciones metabólicas. Dierssen ha señalado que las personas con este trastorno genético, que consiste en tener una copia extra del cromosoma 21, sufren un "riesgo muy elevado de diabetes y obesidad" en la infancia y la adolescencia de forma mucho más temprana que el resto de la población.

Disciplina en la dieta

Esta particularidad también se atribuye a los hábitos alimenticios de las personas con síndrome de Down y los de sus familias, especialmente las madres. Por eso los expertos recomiendan a las familias mucha "disciplina" a la hora de denegar ciertos caprichos alimentarios y realizar ejercicio cotidianamente, sobre todo en la infancia, la adolescencia y la juventud. Por último, también se ha constatado que el estrés social de los afectados, provocado por el bullying o el estigma, puede derivar en mayor sobrepeso.

El coordinador de farmacología integrada y neurociencia de sistemas del Hospital del Mar, Rafael de la Torre, recuerda que algunas de estas recomendaciones también son válidas para los pacientes con Alzheimer, que desarrollan la enfermedad en la edad adulta. En cambio, las personas con síndrome de Down deben empezar a tratarse desde que nacen. Y si es necesario cambiar los hábitos alimenticios y de ejercicio físico de los afectados, también es necesario hacerlo de sus padres. En este sentido, De la Torre ha recordado que la demencia está disminuyendo en las capas socioeconómicas más favorecidas gracias a los hábitos cotidianos, mientras sigue aumentando en las clases bajas. Por eso ha pedido la implicación de las administraciones para contrarrestar este sesgo.

Prevenir la demencia

Las personas con síndrome de Down tienen una esperanza de vida más corta que el resto de la población, en torno a unos 60 años, pero también se ha ido alargando y algunos alcanzan los 80 años. Al tener una predisposición elevada a sufrir Alzheimer de mayores, los investigadores han destacado que unos buenos hábitos de vida y una buena alimentación no sólo pueden favorecer que no se deteriore su rendimiento cognitivo, sino que también podrían ayudar a retrasar la aparición de la demencia.

En esta investigación han participado entidades de personas con esta discapacidad, como Down Catalunya y Down España, así como La Casa de Carlota, un estudio de diseño especialista en incorporar laboralmente a personas de este colectivo.

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