Acaba de publicar en la editorial Planeta el libro 'Cuida tus bacterias prehistóricas', en el que defiende que la salud hay que potenciarla desde los intestinos

Mariana Aróstegui, nutricionista: “Las bacterias de tu intestino están conectadas con el cerebro y, por lo tanto, con el bienestar mental”

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Mariana Aróstegui es autora del libro "Cuida tose bacterias prehistóricas" (Planeta)

¿Por qué es importante tener una buena salud bacteriana?

— Porque todos los estudios apuntan que tiene relación con el buen funcionamiento de todo el organismo. Para empezar, gracias a unas buenas bacterias, el sistema inmunológico estará fuerte, y si lo está, diferenciará entre los agentes malos y los que no lo son, por lo que hacen que el sistema inmunológico madure y funcione correctamente. Después, porque tiene conexión con el cerebro. Actualmente la evidencia refleja una conexión total entre el intestino y nuestro estado de ánimo, porque las bacterias están relacionadas con la correcta síntesis de sustancias relacionadas con el bienestar mental, como es el caso de la serotonina o la hormona de la felicidad.

Portada del libro escrito por Mariana Aróstegui

 ¿Cómo se consigue tener una buena salud bacteriana?

—  Comiendo vegetales, porque la fibra que aportan al organismo alimentará a los microbios que tenemos especialmente en el colon, donde llega lo que no hemos sido capaces de digerir. Este hecho, la alimentación de los microbios del colon, nos genera beneficios para el sistema digestivo, y de rebote para todo el organismo.

 Los vegetales siempre han formado parte de la alimentación de la humanidad.

—  Habíamos comido muchos, pero actualmente la realidad es que ya no aparecen tanto en nuestros platos diarios. Ni vegetales ni frutas ni frutos secos, que son tres de los grandes grupos que alimentan la comunidad de microbios de los intestinos. Y por eso las patologías digestivas han aumentado.

 ¿Si en el plato no hay tantos vegetales, hay más cereales, quiero decir derivados de los cereales?

—  Hay que decir que los cereales son alimentos buenos, pero no es recomendable basar la dieta en su protagonismo. Y es así porque los cereales son ricos en almidón, que está formado por cadenas kilométricas de glucosa, que cuando entra en la boca, en contacto con la saliva, empieza a degradarse, y continúa haciéndolo en el intestino. Esta glucosa puede llegar a ser tóxica en proporciones altas, y como nuestro organismo lo sabe, la retira. ¿Cómo lo hace? Secreta la hormona de la insulina desde el páncreas, y la insulina actúa como una puerta, porque hace que la glucosa entre dentro de las células. Y cuando la glucosa ha entrado en las células es cuando se genera energía. Y aquí es cuando se genera un pico de glucosa en sangre. Al cabo de pocas horas, habrá la bajada, la llamada hipoglucemia. También hay que decir que si el cuerpo no necesitaba toda esta energía, la transformará en grasa.

 ¿Pero los cereales han quitado protagonismo a las verduras en los platos diarios? Por ejemplo, preparar un plato de pasta puede ser más rápido y económico que uno de verdura fresca.

— Los cereales tienen que ser un ingrediente más del plato, pero no el único. Si basamos en ellos la alimentación, entonces las hiperglucemias y las hipoglucemias serán continuas, y es cuando puede haber patologías metabólicas.

 ¿Y qué hacemos con los desayunos y las meriendas, que en gran parte se basan en el bocadillo?

— Tenemos que buscar alternativas, que hay muchas. Sé que aquí es muy difícil concebir un desayuno y una merienda sin bocadillos, pero hay alternativas tan buenas como el queso con nueces; frutos secos; frutas, como plátanos, mandarinas...

 Hay una corriente que propone hacer rebanadas de pan con moniato; cocido, claro.

— Sí, la conozco. Los moniatos pueden ser una alternativa al pan, y de hecho se están haciendo propuestas muy buenas con este ingrediente. Pero es evidente que no es igual de fácil preparar un bocadillo a partir de una barra de pan que cocer el moniato al horno para después convertirlo en una rebanada. Ahora bien, es una buena alternativa.

Sigo con los cereales. Durante muchos años, en las famosas pirámides nutricionales estaban situados en la base de la alimentación. Ahora están las verduras.

— Las pirámides nutricionales nacieron sin evidencia científica; se promueven por intereses comerciales en un momento histórico en el que la salud no era prioritaria. Por eso ahora ha cambiado, y en la base están las verduras, mientras que los cereales son un complemento.

 ¿Qué opinas de la carne?

—  Que se ha satanizado hasta el punto de que se ha relacionado con el cáncer. Y hay que decir que la humanidad se dedicaba a la caza, que lo más importante es fijarse en qué carne comes y de qué cantidad. Si comes mucha carne, seguramente en tu plato faltarán verduras. La recomendación es comer entre 0,8 y 2 gramos por kilos que pesa la persona y que sea de buena calidad. Y esta proporción tendrá que estar más cerca de los 0,8 o más cerca de los 2 gramos según la actividad física que hagas y la edad que tengas. Está claro que un niño necesita comer más carne que la gente mayor porque está fabricando tejidos y por lo tanto necesita más proteínas.

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