Salud

El corazón trasplantado que ha resistido dos embarazos (inesperados) y dos partos

Awilda acaba de parir a su tercer hijo después de un trasplante de corazón por una cardiopatía que desarrolló durante el primer parto

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El Awilda con su hijo, acabado de nacer, y acompañada del obstetra Maria Goya y la cardióloga Laura Galian, del Hospital Vall Hebrón.

BarcelonaEs una enfermedad muy poco común: miocardiopatía periparto. Es una insuficiencia cardíaca que se puede dar al final del embarazo o en los primeros cinco meses después del parto y es potencialmente grave. En el caso de Awilda Matos fue tan grave que requirió un trasplante de corazón justo después de parir su primer hijo en 2009 en Inglaterra. Hasta entonces, había sido una persona sana. "Afortunadamente, es una enfermedad muy infrecuente, pero cuando pasa puede requerir un trasplante urgente. Es muy dramático", sostiene Maria Goya, obstetra del Hospital Vall d'Hebron.

Después del trasplante, Awilda, que ahora tiene 34 años, se mudó a Catalunya y ya tenía muy asumido que no tendría más hijos –los médicos se lo desaconsejaban– cuando, sin planificarlo, se quedó embarazada. Se enteró cuando ya estaba de cuatro meses. "Me asusté", reconoce. Lo consultó con el equipo de cardiología del Hospital de Bellvitge, donde le hacían seguimiento del trasplante, y con el equipo multidisciplinario de obstetricia y cardiología del Vall d'Hebron, y decidió continuar con el embarazo. "Todo estaba bien y esto me tranquilizó para seguir adelante", dice. Había un doble riesgo. Por un lado, la medicación para evitar el rechazo del corazón se tenía que ajustar, porque uno de los dos fármacos que toma es lo que se denomina teratogénico, es decir, que puede afectar el desarrollo del feto. Por otro, aparte del riesgo de rechazo también estaba el riesgo del parto, "ya que su enfermedad la desarrolló en relación con el parto", explica la cardióloga del Hospital de Bellvitge Elena García Romero.

El embarazo en mujeres trasplantadas no es habitual. "El primer caso de embarazo después de un trasplante de corazón lo tuvimos en 1988", recuerda Goya. "Las guías actuales de práctica clínica lo desaconsejan porque el riesgo de complicaciones obstétricas es elevado", admite Laura Galian, médico adjunta del servicio de cardiología del Vall d'Hebron. Hay más riesgo de hipertensión, de rechazo del órgano y de prematuridad del bebé. No obstante, Galian explica que hay mujeres que, a pesar de todo, se quedan embarazadas y se tiene que respetar su decisión. "Hace muchos años se desaconsejaba el embarazo a todas y hoy en día hemos conseguido embarazos exitosos. Se tiene que individualizar cada caso porque la evidencia que hay es baja", añade. Lo mismo opina García Romero: "Por la poca experiencia que tenemos y por la medicación y el riesgo que supone para el feto se recomienda evitar el embarazo, pero Awilda estaba teniendo una evolución correcta, su corazón funcionaba y las guías están obsoletas, hay que individualizar cada caso".

Estrictos controles médicos

Awilda vivió el embarazo con miedo. Temía el momento del parto: "Tenia mucho miedo de que el corazón volviera a fallar". Todo fue bien y hace 15 meses nació su hija Sharon. Pero la excepcionalidad del caso no acaba aquí. Esta semana ha nacido su tercer hijo, un niño, Gabriel. Este tercer embarazo también llegó por sorpresa –el DIU falló– y lo supo al tercer mes de gestación.

Ante la buena experiencia del anterior embarazo, Awilda decidió continuar con la gestación. Ha seguido estrictos controles médicos en el Vall d'Hebron y en Bellvitge. Ha tenido buenos embarazos, a pesar de que tenía más riesgo de desarrollar enfermedades como hipertensión, anemia, diabetes o infección del tracto urinario. Este tercer parto fue rápido.

"El riesgo del parto no era por el trasplante en sí, porque su evolución había sido buena, sino por el riesgo de la miocardiopatia. A pesar de que lo hizo una vez con su corazón original, todavía se desconoce cuáles son los factores desencadenantes y no sabíamos si también lo podría hacer con el corazón trasplantado", explica García Romero. Como la miocardiopatia se puede producir durante o después del parto, los médicos le harán seguimiento durante los próximos tres meses. Este caso ha sido "un aprendizaje" para todos los profesionales y también ha servido para dar más opciones a las pacientes que vengan detrás. "La tendencia es curarse en salud y desaconsejar el embarazo, pero hay un porcentaje de mujeres jóvenes trasplantadas y también se tiene que tener en cuenta su deseo gestacional", sostiene García Romero. "Lo más importante es que reciban siempre asesoramiento de cardiología y de obstetricia antes del embarazo para saber cómo será y qué opciones tienen en caso de cardiopatías muy graves", añade Galian.

Awilda mira a su hijo Gabriel y dice que no se lo cree. Pero ya está. Ahora está en lista de espera para una ligadura de trompas. "Ya basta, ya no quiero correr más riesgos".

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