Trump hace peligrar al menos veinte investigaciones con sello catalán
Los científicos de nuestra casa viven instalados en la incertidumbre a la espera de saber si recibirán más financiación por sus proyectos
BarcelonaEl gobierno estadounidense ha decidido dejar de financiar proyectos de investigación de laboratorios y hospitales de fuera del país que hasta ahora recibían subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud (NIH). En Catalunya hay al menos cinco instituciones de investigación de primer nivel con el corazón en un corazón por esta decisión, ya que entre todas suman veinte proyectos de investigación que podrían quedar parados por culpa de estos recortes. Son el Instituto de Investigación San Pablo (IR Sant Pau), el IrsiCaixa, el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), el Centro de Regulación Genómica (CRG) y el Hospital del Mar Research Institute. El gobierno catalán tiene en marcha un estudio para saber el alcance real de la situación y, según ha podido saber el ARA, hasta ahora ha recibido datos de más de la mitad de los 42 centros de investigación que existen en Cataluña.
"Es un drama. Todavía nos faltan entre dos y tres años para acabar estos proyectos. De momento estamos esperando con nerviosismo alguna comunicación por parte del NIH y, si finalmente cae la financiación, tendremos que encontrar nuevas subvenciones", explica Jordi Surrallés, director del IR Sant Pau, que tiene diez estudios en curso en colaboración con instituciones biomédica en todo el mundo. La mayoría de estos estudios se centran en el Alzheimer y su vinculación con el síndrome de Down, ya que Sant Pau es un referente mundial en el campo de la neurología y tiene una unidad especializada para entender mejor esta asociación entre la enfermedad y el síndrome.
De hecho, Sant Pau participó en los ensayos clínicos que han permitido su aprobación en Europa del primer fármaco que modifica el curso de la enfermedad. Ahora mismo el centro participa en varios estudios centrados en desarrollar fármacos con los que ralentizar la aparición del Alzheimer, buscar nuevas formas de prevenir la enfermedad y encontrar biomarcadores que indiquen si alguien tiene más riesgo de desarrollarla. Surrallés ha destacado que también tienen proyectos en marcha sobre otras enfermedades, como el ictus o la embolia pulmonar, que junto al Alzheimer tienen una incidencia elevada en Estados Unidos. "Dejar de financiar estos estudios es dispararse un disparo en el pie, ya que mucha gente muere por estas enfermedades en Estados Unidos", argumenta.
Con todo, Surrallés calcula que los diez estudios tienen un coste de 7,5 millones de dólares, de los que ya han recibido un 40%. Si finalmente dejan de recibir el 60% restante, el director avisa de que tendrá un impacto directo en una de las "áreas de excelencia" del centro.
"La ciencia debe ser una prioridad"
En cuanto a IrsiCaixa, el director, Bonaventura Clotet, detalla que el centro tiene cuatro proyectos en marcha con dinero del NIH, uno de los cuales habría tenido que recibir ya la carta de renovación la semana pasada y no lo ha hecho. Aunque puede haber una demora en el pago, son investigaciones centradas en el VIH y el sida y la administración Trump ha suspendido ya más de 200 subvenciones para proyectos con esta línea de investigación. En concreto, en uno de los estudios en los que participa IrsiCaixa se quiere desarrollar una vacuna preventiva contra la infección, lo que supondría un cambio de paradigma en la lucha contra el VIH en todo el mundo. Para Clotet, el "negacionismo sobre el efecto de las vacunas" del gobierno estadounidense está detrás de la decisión de dejar de financiar determinados proyectos y avisa de que en el futuro "habrá muertes por enfermedades que hasta ahora estaban totalmente controladas".
El director del centro estima que entre los cuatro proyectos necesitan una financiación de unos 6 millones de dólares. Por eso, ha hecho un llamamiento para que las administraciones europeas destinen más dinero a la investigación, ya que si finalmente pierde el dinero del NIH, la recuperación en el Viejo Continente no será inmediata: "Habrá un retraso, no conseguiremos una vía alternativa de financiación de un día para otro y tendremos que empezar de nuevo muchas cosas. El pago de los investigadores también está en peligro". También ha defendido que los gobiernos "deben ponerse las pilas y deben entender que la ciencia debe ser una prioridad", y ha propuesto medidas imaginativas como que en la declaración de la renta haya una casilla para centros de investigación, al igual que existe una para la Iglesia.
Quien también tiene proyectos centrados en el desarrollo de vacunas es el ISGlobal. La directora científica, Denise Naniche, ha explicado que el centro tiene tres estudios en colaboración con instituciones estadounidenses, uno de los cuales se centra en la respuesta de una vacuna contra la malaria y los otros dos estudian el impacto de determinados contaminantes ambientales sobre la salud de las personas. La crisis climática es una de las otras líneas de investigación que más ha atacado a la administración Trump. Para Naniche, actualmente se encuentran en una "zona gris en la que todo es muy imprevisible" y no saben si podrán terminar los proyectos en marcha, mientras que ya da por hecho que los otros seis estudios que tenían previsto empezar quedarán "pendientes de resolución". Entre los tres que sí que tienen empezados necesitan 1 millón de dólares.