Cáncer de mama

Salud no tiene fecha para avanzar las mamografías a los 45 años

El Gobierno no prevé por el momento ampliar la edad del cribado del cáncer de mama pese a la recomendación europea

Ainhoa Castelruiz, de 50 años, se encuentra en tratamiento contra el cáncer de mama.
Cáncer de mama
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L'Hospitalet de LlobregatEn Cataluña todas las mujeres de entre 50 y 69 años reciben una carta de Salud cada dos años para hacerse una mamografía para la detección precoz del cáncer de mama. Ainhoa Castelruiz Valverde hizo los 50 el pasado 5 de octubre, pero no tuvo tiempo de recibir la carta. A principios de diciembre, ella misma se detectó un bulto en la axila. Le han hecho una mastectomía y en la actualidad recibe quimioterapia. “Me preguntaron si me había hecho alguna mamografía antes para poder comparar”, recuerda desde el Instituto Catalán de Oncología (ICO), en Hospitalet de Llobregat, donde la están tratando. La pregunta la descolocó: “¿Acaso me he saltado alguna revisión?”. Ainhoa se hacía revisiones ginecológicas en la sanidad pública cada tres años. “Nunca me hicieron una mamografía. Lo único que te hacen es palparte las tetas”.

Hemos oído mil veces que las mujeres se deben palpar las mamas con regularidad para detectar un posible cáncer. La coordinadora de la unidad de mama del ICO de L’Hospitalet, la doctora Sònia Pernas, corrobora la importancia de la auto exploración, pero admite que eso no reduce la mortalidad por cáncer de mama: “Cuando un tumor se palpa, ya es demasiado grande. Habría que diagnosticarlo antes”. La mamografía es la única prueba que permite detectar un cáncer de forma precoz. El año pasado 1.067 mujeres murieron en Cataluña por esta enfermedad.

La Comisión Europea recomendó en junio de 2016 que los cribados de cáncer de mama –es decir, las mamografías cada dos años en la sanidad pública- se ampliaran a las mujeres de 70 a 74 años, porque existen evidencias científicas que eso reduciría la mortalidad por cáncer de mama en esa franja de edad. Sin embargo, Cataluña hizo caso omiso a la recomendación. En septiembre de 2021 la Comisión Europea fue más allá y aconsejó que las mamografías regulares también se hagan entre los 45 y los 49 años. Pero Cataluña sigue sin ampliar la edad de cribado, ni tan siquiera sabe si lo hará en el futuro. Un total de 5.337 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama el año pasado en Cataluña, de las cuales el 30% tenían más de 69 años, y el 16,5% entre 40 y 49, según datos del portal de Transparencia.

Evolució de les dones diagnosticades amb càncer de mama a Catalunya per grups d'edat
Distribució de les dones diagnosticades amb càncer de mama a Catalunya per grups d'edat el 2023

El coordinador de la Oficina de Cribado de Cáncer del Plan Director de Oncología del departamento de Salud, el doctor Josep Alfons Espinàs, explica que en la actualidad una comisión asesora “está valorando” si aplicar en Cataluña la recomendación europea. “Entre julio y septiembre” esa comisión llegará a una conclusión, que después elevará al departamento de Salud para que decida si la lleva a cabo o no. En caso de que finalmente opte por ampliar la edad de cribado, se deberá planificar después su implementación. Es decir, calcular el presupuesto necesario, los recursos, etc. “Lo que es seguro es que no será una cosa inmediata”, admite el doctor Espinàs.

¿Y si mientras tanto una mujer quiere hacerse una mamografía en la sanidad pública fuera de la edad de cribado actual? “Un médico tendrá que valorarlo de forma individualizada, porque eso no está incluido en la cartera de servicios de forma sistemática, excepto las mujeres que tienen un alto riesgo de cáncer por antecedentes familiares”, contesta Espinàs. En otras palabras, no le queda más remedio que irse a la sanidad privada. Una mamografía cuesta unos 100 euros.

Llama la atención que en la mayoría del territorio estatal ya se ha reducido la edad de cribado del cáncer de mama por debajo de los 50 años, y en algunos casos se ha aumentado por encima de los 69. El País Valenciano, Castilla y león, Castilla-La Mancha o Navarra lo hicieron hace años, pero otras comunidades autónomas han empezado a mover ficha en ese sentido a raíz de la última recomendación europea. El doctor Espinàs no acaba de aclarar por qué se está haciendo en el resto del Estado y aquí no.

L'edat de cribatge del càncer de mama a l'estat espanyol
Edat d'inici i de finalització per comunitat autònoma
L'ampliació de l'edat de cribatge del càncer de mama a l'estat espanyol

“Un programa de cribado es una cosa muy compleja, porque no es solo hacer mamografías, sino todo el trabajo que viene después. En la actualidad, el 5% de las mamografías que hacemos son positivas. Si aumenta la proporción de población a la cual se le hace el cribado, los casos positivos también aumentarán y habrá que hacer biopsias, anatomías patológicas, resonancias magnéticas, operaciones…”, argumenta. Es decir, un auténtico tsunami que de momento no está claro si se quiere afrontar. En la actualidad, un 1.100.000 mujeres de entre 50 y 69 años son citadas cada dos años en Cataluña para hacerse una mamografía. Si se amplía la edad de cribado, habría que convocar a unas 550.000 mujeres más de entre 70 y 74 años, y unas 334.000 entre 45 y 49 años, detalla.

Montse Soria, de 48 años, delante del Instituto Catalán de Oncología de Hospitalet de Llobregat, donde recibe tratamiento

Montse Soria, de 48 años, es una de esas mujeres a las que le cogió el tsunami. En septiembre del año pasado tuvo una mastitis, es decir de repente se le inflamó y endureció un pecho, y acudió al CAP. En dos días, la derivaron de urgencia al ICO y en una misma jornada le hicieron una mamografía, una ecografía y una biopsia. “La oncóloga me dijo que tenía el 90% de posibilidades de que fuera malo”, recuerda. Le han hecho una mastectomía, se ha sometido a quimioterapia y ahora debe recibir radioterapia. “Soy la primera persona de mi familia que tiene cáncer”. Iba a revisiones ginecológicas a la sanidad pública y se palpaba el pecho con regularidad. “Yo no tenía ningún bulto”, asegura. Porque eso es otra cosa: a diferencia de lo que se cree, no todos los cánceres de mama suponen tener un bulto palpable en el pecho.

“¿La gente mayor no tenemos derecho? ¿Después de los 69 años ya nos podemos morir?”, se queja Isabel Ferrer, de 74 años. Ella se hacía mamografías en la sanidad pública cada dos años hasta que cumplió los 70 y quedó fuera de la edad de cribado. A principio de noviembre se notó un bulto en el pecho, fue al CAP y le dieron hora para hacerse una mamografía para el 25 de enero, es decir casi tres meses después. La mamografía dio positiva y entonces sí, todos a correr. En cuestión de una semana le hicieron una biopsia, y a los dos días ya le llamaban del ICO para visitarla. En la actualidad está bajo tratamiento farmacológico para la reducción del tumor. Después la tendrán que operar.

Isabel Ferrer, de 74 años, muestra en su casa, en Hospitalet de Llobregat, los medicamentos que debe tomar contra el cáncer

Es cierto que existe una cierta confusión sobre en qué edad es recomendable hacerse mamografías. Por ejemplo, expertos del grupo de trabajo de servicios preventivos de Estados Unidos recomiendan empezar a hacerlas de forma regular a partir de los 40 años, según un estudio publicado en la revista JAMA a final de abril. La doctora Marina Álvarez Benito, presidenta de la Fundación SEDIM (Sociedad Española de Diagnóstico por Imagen de la Mama), aclara que los cribados que se hacen en Estados Unidos no son poblacionales, a diferencia de los de los países de la Unión Europea. “Es decir, no se cita a todas las mujeres para hacerse mamografías ni su sistema de salud tiene la responsabilidad de planificar los recursos para hacerlo –destaca-. Por lo tanto, las recomendaciones de estos programas son diferentes”.

En cambio, sigue explicando, en la Unión Europea existe una comisión que hace recomendaciones para que las apliquen los países miembros y exista una cierta uniformidad. En la actualidad su recomendación es clara: hacer mamografías cada dos años en la sanidad pública a todas las mujeres de entre 45 y 74 años de todos los países de la UE. No es poca cosa.

Sanidad privada

“Mi madre ha sido enfermera toda la vida y soy una defensora a ultranza de la sanidad pública, pero yo recomendaría a las mujeres que, si se lo pueden permitir, se hagan mamografías en la sanidad privada si no se las hacen en la pública. Nos va la vida”, afirma sin dudar Rebeca Ríos Solsona, de 41 años y residente en Lleida. También sufre cáncer de mama. Se dio cuenta por casualidad: levantó el brazo delante del espejo y vio que el pecho se le hundía hacia dentro. Ella tampoco tenía ningún bulto palpable en la mama. “Parecía que el cáncer estaba súper localizado, pero he tenido metástasis en el hígado”, lamenta. “Nadie te salvará de tener un cáncer, pero si te lo pueden diagnosticar cuanto antes, la balanza cae por su propio peso”, opina.

Rebeca Ríos Solsona, de 41 años, padece cáncer de mama y ha tenido metástasis en el hígado

¿Cuánto tarda en desarrollarse un cáncer? ¿Y cuándo puede haber metástasis? No hay respuestas claras para esas preguntas. “Hay cánceres de mama, generalmente los dependientes de hormonas, que se desarrollan de forma más lenta. Pero hay otros tumores más agresivos que aparecen en el intervalo entre cribados”, explica la doctora Isabel Echavarría, portavoz y secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM). En cuanto a la metástasis, afirma: “Sabemos que los cánceres de mama, incluso cuando se diagnostican de forma precoz, pueden soltar células al torrente sanguíneo y depositarse en otros órganos, dando lugar a las metástasis. Es por eso que en la mayoría de cánceres de mama localizados, se plantean tratamientos además de la cirugía, como la hormonoterapia o la quimioterapia”. Pero de una cosa no hay duda: “A mayor tamaño del tumor y de afectación de ganglios, más riesgo de metástasis hay”, afirma.

Rosana Esguevillas, de 44 años, en el Instituto Catalán de Oncología de Girona, donde recibe tratamiento
Pilar Ros Vila, de 44 años, en su casa de Mataró. Ella también ha sufrido metástasis

Rosana Esguevillas, de 44 años y residente en Figueres, tuvo la mala suerte de sufrir metástasis en el hígado, a pesar de que se hacía mamografías cada dos años en la sanidad privada y no tenía antecedentes en la familia. El cáncer es una lotería. “Una detección temprana salva vidas y supone menos coste económico para el sistema sanitario. Mi tratamiento es muy caro”, destaca. El pasado 22 de marzo le hicieron una mastectomía, también se ha sometido a quimioterapia, y ahora recibe radioterapia y le inyectan anticuerpos monoclonales cada 21 días. El cáncer metastásico requiere tratamiento permanente. No tiene cura.

Lo sabe bien Pilar Ros Vila, de 44 años y residente en Mataró. Hace más de dos años y medio que está en tratamiento. Tiene metástasis en el pulmón. Ella empezó a encontrarse mal en mayo del 2021: estaba muy cansada, le costaba respirar y le salió acné. El médico de familia le recetó diazepam pensando que sufría estrés, y no le hicieron una mamografía hasta el 29 de septiembre, más de cuatro meses después. “Ahora no puedo volver al pasado pero me duele pensar que, si me hubieran hecho la mamografía antes, tal vez no habría tenido metástasis”, confiesa. Tiene una recomendación para los políticos: “Que vayan a los hospitales de día a hablar con las pacientes, porque desde los despachos se ve la realidad muy diferente. Hay madres, hijas, cuñadas, tías… No somos números”.

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