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La pubertad se adelanta tres meses cada década

La pubertad prematura es uno de los principales motivos de consulta en endocrinología infantil, que ha visto aumentar un 50% los casos en los últimos cinco años, y los expertos apuntan como causa el sobrepeso y disruptores endocrinos

Niños en edad de la pubertad
03/04/2025
7 min
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BarcelonaCon ocho años recién cumplidos, Lua empezó a decir que le dolían los senos y su madre, Marcela Sáenz, que es enfermera, se dio cuenta de que ya le había aparecido el botón mamario –crecimiento del pecho–, que es, generalmente, la primera señal de inicio de la pubertad en niñas. "Vi que no era normal, que era demasiado pronto, y fuimos al CAP para hacer una valoración y de ahí nos derivaron al endocrino en el Hospital San Juan de Dios", explica la madre de Lua. Allí le realizaron pruebas, como analíticas y una radiografía ósea de la mano, para valorar si su crecimiento se correspondía con su edad. También valoraron su peso al nacer y su evolución.

La mitad de los casos que llegan a las consultas de endocrinología son consultas por sospecha de pubertades avanzadas como la de Lua, explica Abel López Bermejo, pediatra especialista en endocrinología infantil del Hospital Josep Trueta de Girona y jefe del grupo de investigación de endocrinología pediátrica del Institut. La pubertad avanzada es como la normal, pero a una edad relativamente temprana, en las niñas entre los 8 y 9 años y en los niños entre los 9 y 10 años.

En niñas es frecuente (el 10-12% de las niñas según el Hospital Sant Joan de Déu) y es un motivo de consulta habitual. "Hace años que lo vemos y va en aumento, no está estable", sostiene Lourdes Ibáñez, endocrinóloga pediátrica del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Las consultas han aumentado un 50% en los últimos cinco años: "Hemos percibido una mayor sensibilización desde el covid. Los pediatras están más sensibilizados y toda niña que comienza la pubertad antes de tiempo nos la derivan porque valoremos si hay que tratar. Estamos prácticamente desbordados en las consultas de endocrinología infantil", añade.

Si bien en la mayoría de casos la pubertad progresará normalmente, se deben realizar pruebas, como le hicieron a Lua, y un seguimiento. "Cada vez vemos a más niñas que no sólo empiezan antes sino que también evolucionan más rápidamente. Y el resultado es que la regla viene antes y tienen una talla más baja porque si tienes menos tiempo para crecer, creces menos", explica Lourdes Ibáñez. Tras la menarquía (primera regla) el crecimiento es, de promedio, de entre seis y siete centímetros en los siguientes dos años.

Hacer seguimiento

Debe distinguirse entre pubertad avanzada y pubertad precoz. Pubertad precoz es cuando aparecen los caracteres sexuales secundarios antes de los 8 años en las niñas, y antes de los 9 en los niños, siendo una condición "poco frecuente o rara" que se da en menos de una por cada 1.000 niñas. Por término medio, la edad normal de aparición del botón mamario en niñas es entre los 10 y los 11 años. La pubertad avanzada, en cambio, está "poco definida". Hay quien la fija entre los 8 y 9 años, pero otros entre los 8 y 10. Tampoco hay acuerdo en si debe tratarse aunque lo habitual es no tratarlo, ya que "los 8 años sería el extremo mínimo de la normalidad", aclara este endocrino del Hospital Josep Trueta.

En las consultas de pediatría también han observado estos cambios. "Si antes veíamos la aparición del botón mamario a los 9 años, ahora lo vemos ya a partir de los 8, un margen que no es patológico –asegura la presidenta de la Sociedad Catalana de Pediatría de la Academia de Ciencias Médicas de Catalunya, Anna Gatell–, pero hay que realizar un seguimiento para comprobar que no se acelera".

Los estudios científicos indican que, a escala global, el inicio de la pubertad se adelanta tres meses cada década, sobre todo en niñas. "Es prácticamente cada generación. Esto significa que en cuatro generaciones se ha avanzado prácticamente un año. Y esto no es normal", asegura López Bermejo.

¿Qué ocurre con los niños?

En los chicos no es tan prevalente la pubertad avanzada, aunque el mecanismo es el mismo. Y, además, es más difícil de identificar. La primera señal es el aumento del volumen testicular. "Y eso ocurre muy desapercibido, cuando llegan a consulta ya llevan un año de evolución", explica la endocrinóloga del Hospital Sant Joan de Déu, Lourdes Ibáñez. La consecuencia es un tamaño más bajo. Aunque en una niña se considera pubertad precoz antes de los 8 años, en niños es antes de los 9 años. La pubertad precoz es por lo menos diez veces más frecuente en niñas que en niños.

Primeras señales

En las niñas, el primer indicio de la pubertad es que empiezan a crecer los senos y termina cuando viene la menstruación. El crecimiento del vello no se considera un indicador del inicio de la pubertad, aunque pueda coincidir en el tiempo, puesto que no depende de los ovarios sino que lo regula las glándulas suprarrenales y no condiciona la edad de la primera regla. Si bien el crecimiento de los senos es la primera señal, por sí solo no es un diagnóstico de pubertad porque en algunos casos desaparece, y puede ser una falsa alarma. "En ocasiones, puede aparecer el botón y después se va, y es una variante de la normalidad porque el ovario es un órgano que está siempre en actividad. Por eso hay que realizar pruebas para determinar si será progresiva o no porque la otra señal que indica el inicio puberal es si evoluciona y va a más", explica Ibáñez.

De media, son dos años entre que empieza a crecer el pecho y viene la regla. Pero en el caso de las niñas cuya pubertad progresa de forma rápida, este plazo se acorta y en un año ya pueden tener la menstruación. Y esto repercute en la estatura. A Marcela, madre de Lua, le preocupaba que su hija pudiera quedarse más baja. "Pero vieron que la niña tenía una altura que correspondía a su edad y que, aunque le hubieran empezado a crecer los senos, no era necesario detener su desarrollo, si bien nos ofrecieron entrar en un ensayo clínico", explica.

Las consecuencias del avance de la menarquía son tanto físicas como emocionales. "Son niñas pequeñas que no están preparadas para tener la regla y existe mayor riesgo de abusos sexuales o embarazos no deseados", asegura López Bermejo. También existe un mayor riesgo de enfermedades asociadas a la exposición de estrógenos durante más años, como el aumento de riesgo cardiovascular o de algunos cánceres como el de mama o endometrio. También se han descrito consecuencias en lo que a salud mental se refiere. "Las niñas que experimentan la pubertad antes de tiempo tienen más riesgo de sufrir ansiedad, depresión o autoestima baja por verse diferentes del resto; a nadie le gusta ser diferente ni ser la primera en tener la regla", admite Gatell.

Sobrepeso y obesidad

Los motivos por los que se adelanta la pubertad son multifactoriales, pero el sobrepeso y la obesidad pueden acelerarla. "La grasa corporal es la que estimula el inicio de la pubertad y hay una conexión muy clara entre más grasa y más estímulo para empezar la pubertad. Fíjate en que si una niña con reglas normales tiene anorexia, deja de tener la regla porque este mecanismo funciona tanto por exceso como por defecto", explica el endocrino del Trueta.

Según un estudio del 2022 realizado en China, la pubertad avanzada se da en un 4% de las niñas sin sobrepeso y en un 21% en niñas con sobrepeso. "Es un porcentaje pequeño, pero aumenta mucho si tienes sobrepeso, la diferencia es muy marcada", constata López Bermejo.

Según los expertos consultados, el adelanto de la edad de la pubertad ha ido en paralelo a una epidemia mundial de sobrepeso y obesidad. "Y sabemos que el índice de masa corporal ha ido aumentando en las últimas tres décadas. Si los niños acumulan mayor grasa, entran en pubertad antes de tiempo", asegura López Bermejo. De hecho, coincidiendo con la pandemia de cóvido, hubo un aumento de casos, ya que el confinamiento –los niños no salieron a la calle durante casi dos meses– favoreció menos actividad física, mayor ingesta de calorías, cambio en las horas de sueño y mayor uso de pantallas. "La carencia de hábitos saludables y el sedentarismo favorecen el sobrepeso, sumado a las pantallas, y es un círculo vicioso que vemos a consulta", dice Anna Gatell. También existen alteraciones genéticas que pueden contribuir al inicio avanzado de la pubertad y el aumento de peso puede hacer que se expresen.

El ambiente y el estrés son otros factores que pueden influir en ellos así como los disruptores endocrinos, que pueden alterar el equilibrio hormonal. "Plásticos como el bisfenol A tienen actividad estrogénica. Es una molécula que puede activar los receptores de estrógenos al igual que la hormona femenina", dice López Bermejo. Pero no hay datos suficientemente concluyentes.

¿Cuánto pesas al nacer?

Un factor de riesgo es el aumento rápido y exagerado de peso en los primeros años de vida

Otro factor de riesgo que podría explicar el adelanto de la pubertad es el rápido y exagerado aumento de peso en los primeros años de vida en bebés que nacieron con bajo peso. Se cree que ese aumento de peso postnatal, esta grasa, actuaría igual que la obesidad –a pesar de que en la niñez no sean niñas obesas ni tengan sobrepeso– al activar el inicio de la pubertad. "Estas niñas son las que más riesgo tienen de hacer una pubertad avanzada. Si te llega a consulta una niña que ha empezado la pubertad antes y ves que nació con poco peso, ya sabes que prácticamente la mayoría tendrá una pubertad de evolución rápida, lo que ya determina que habrá que valorar tratar", explica el endocrino Abel López Berme. Son niñas que al nacer estaban por debajo del percentil 3 de peso, por debajo de los 2,5 kg. Éste es uno de los campos de investigación del Hospital San Juan de Dios de Barcelona y el Hospital Trueta de Girona.

¿Tratar o no tratar?

Generalmente, a las niñas con pubertad precoz se les administra un tratamiento –una inyección intramuscular cada 28 días o trimestral– para frenar estos cambios y que la regla se retrase hasta una edad dentro de los límites considerados normales, logrando así una talla final congruente con la talla genética. "Pero a partir de cierta edad ósea, y si ya se tiene la regla, no se trata porque ya no surte efecto y tiene efectos secundarios", explica Lourdes Ibáñez.

En el caso de la pubertad avanzada no hay consenso y habitualmente no hay indicación de tratamiento, ya que es un extremo de la normalidad, pero hay pacientes que tienen más riesgo de que la talla adulta pueda verse comprometida y en estos casos se puede recomendar el tratamiento. "Es un campo gris", confirma López Bermejo. "Muchos profesionales dicen que no hay que hacer nada, pero la evidencia científica reciente dice que debe distinguirse entre las niñas que evolucionan bien y las que no, y frenar también la pubertad en estos últimos casos".

Se calcula que la mitad de las niñas no harán complicaciones –es decir, ni van a perder talla ni les vendrá la regla antes– pero la otra mitad, sí. "Y dependerá mucho de la genética, del peso de la niña y de los disruptores endocrinos", añade López Bermejo. Pero no puede generalizarse. Se deben realizar pruebas y realizar un seguimiento antes de tomar una decisión.

El reto es identificar en cuáles de estas niñas la progresión será de evolución rápida y, en este sentido, está en marcha un ensayo clínico entre el Hospital San Juan de Dios de Barcelona y el Hospital Josep Trueta de Girona para identificar marcadores epigenéticos que puedan determinar qué niñas con pubertad avanzada tendrán una evolución rápida. Este estudio de observación ha de durar dos años.

La opción de retrasar o detener la pubertad dependerá de la edad y el momento en que llega la niña, explica Ibáñez. En cualquier caso, esta endocrinóloga hace hincapié en la prevención y los buenos hábitos de vida para combatir el sobrepeso y la obesidad.

Investigación en marcha

El Hospital Sant Joan de Déu y Josep Trueta tienen varios estudios en marcha sobre pubertad avanzada

Valorar para las niñas con pubertad avanzada un tratamiento alternativo a la medicación inyectable que se administra en casos de pubertad precoz es otro de los ensayos clínicos que están en marcha en el Hospital Sant Joan de Déu y el Hospital Trueta de Girona. "Hay controversia sobre si debe indicarse tratamiento inyectable a las niñas con pubertad avanzada, no hay consenso, y estamos valorando si podemos aportar un nuevo tratamiento específico para estos casos", explica Abel López Bermejo. Es una combinación de medicamentos para disminuir la grasa hepática, que es lo que está estimulando el inicio de la pubertad, "y que, por consecuencia, ayudaría a que no maduraran tan rápidamente". "Es un tratamiento experimental versus placebo que estamos probando en un estudio con ciego doble, es decir, que ni pacientes ni nosotros sabemos lo que están tomando", explica Lourdes Ibáñez.

Lua es una de las participantes de este ensayo clínico, que acabará a lo largo del 2025. "La impresión que tenemos es que las que toman la medicación maduran más lentamente", añade esta endocrinóloga.

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